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Francisco J. Rosado May
La Jornada Maya

Martes 3 de marzo, 2020

“La conservación de los recursos naturales, la espiritualidad y el respeto a la tierra, son parte de la cosmovisión maya” frase que se escucha una y otra vez en diferentes ámbitos, incluyendo el académico, el social y el político. Esta expresión también está presente en el contexto de la discusión de proyectos para el desarrollo de la península de Yucatán, en general, que han hecho los gobiernos locales o el federal.

Asumiendo que el tema de la cosmovisión maya es importante, que está en la mente de varios actores de diferentes grupos, y que puede convertirse en el eje de una narrativa para entender procesos sociales, es necesario explorar un poco más a profundidad que se puede entender por “cosmovisión maya”.

Constantemente se usa el término cosmovisión para explicar varias de las acciones, actitudes y decisiones que se observan en los grupos originarios. Una rápida revisión de literatura sobre la palabra cosmovisión nos indica lo siguiente: 1.- Es una de las palabras favoritas para explicar conductas, actitudes o acciones de grupos sociales, especialmente indígenas; 2.- Algunos autores ubican su origen en la obra del filósofo alemán Wilhelm Dilthey quien en 1914 acuñó el término Weltanschauung (Welt, “mundo”, y anschauen, “observar”) en su obra Introducción a las ciencias de la cultura; 3.- La forma más resumida de definición de cosmovisión, en la que coinciden la mayoría de los autores, es “la manera de ver e interpretar el mundo”.

La expresión con la que inicia esta entrega parece estar sustentada por investigaciones científicas como la de Bray y colaboradores, quienes en 2004 publicaron un artículo en la revista [i]Land Use Policy[/i], donde demuestran que el éxito de la conservación de la selva en un ejido del centro de de Quintana Roo, está bien correlacionado con la buena alineación de la organización y estructura institucional a nivel local, municipal, estatal, nacional e internacional.

Personalmente considero que la visión y forma de pensamiento local que permitió la articulación con los otros niveles se refleja en la palabra maya “kanan k’áax”, que básicamente quiere decir cuidar el monte, muy arraigada en la cultura local. Es decir, este ejemplo exitoso demuestra que si la cosmovisión juega un papel importante en el éxito de la conservación de los recursos naturales quiere decir que las cosmovisiones de diferentes organizaciones sociales y diferentes ámbitos geográficos, y, por ende, de diferentes culturas, tuvieron que alinearse y articularse adecuadamente alrededor de una actividad económica o ideal de desarrollo.

La palabra cosmovisión tiene un origen eminentemente occidental, no está presente en la lengua maya. Lo que sí podemos encontrar en la lengua maya son palabras que expresan una visión de conectividad cultural con el ambiente. Por ejemplo, en la cultura occidental la palabra “ecosistema” es ampliamente reconocida, aceptada y usada como guía para entender procesos ecológicos en un territorio determinado. En el caso de maya, la palabra “yóok’ol kaab” es la que mejor expresa la idea de ecosistema. “Yóok’ol kaab” puede ser interpretado como mundo o como universo. En el universo, de acuerdo con la cosmogonía maya, se puede encontrar el mundo, el supramundo y el inframundo. Con esta cosmovisión, el concepto de “yóok’ol kaab” incluso rebasa al concepto de ecosistema porque incluye el aspecto espiritual de las cosas. La cosmovisión maya reconoce las interacciones entre ecosistemas y también que el planeta tierra no está aislado del resto del universo; esta visión ofrece un elemento filosófico y conceptual sólido para entender las interacciones entre especies y la interconectividad entre ecosistemas.

No hay que perder de vista que lo anterior, como parte de un proceso cultural, necesariamente es dinámico. Lo es mucho más en un mundo globalizado, multicultural. El concepto de cosmovisión podría mantener sus premisas básicas, para cada cultura, pero al mismo tiempo encontrar formas de interacción y co-creación de ideas, acciones, proyectos, etc., que nos permitan construir un entorno de paz y desarrollo intercultural

Los argumentos anteriores, presentes y disponibles especialmente en entornos académicos, también se presentan en contextos en donde el concepto de cosmovisión es un factor que puede “impedir” la búsqueda de explicaciones científicas o alternativas viables a fenómenos, acciones, actitudes y decisiones que se toman en política pública que afectaría a poblaciones rurales y citadinas. En más de una ocasión he escuchado argumentos de diferentes áreas de conocimiento apelar a este concepto en forma condescendiente para explicar fenómenos, sociales o naturales, en zonas indígenas, o para presentar posiciones divergentes a propuestas o hipótesis de trabajo, sean académicas o de desarrollo. Estas reflexiones, debo admitir, han generado reacciones diversas. Por un lado, sorpresas por no estar totalmente alineado al concepto “originario” de cosmovisión (por tanto, argumentan quienes no están de acuerdo con mis puntos de vista, pierdo mi identidad como indígena y, supuestamente, me resta autoridad en la materia); por otro lado, reacciones que permiten explorar con mayor profundidad los mismos fenómenos y poder salir de esquemas rigurosos que no permiten la innovación necesaria para la construcción del nuevo conocimiento que requiere una sociedad multicultural.

Lo anterior confirma que hay que construir puentes entre culturas para conciliar posiciones con base en el reconocimiento de la visión del mundo particular de cada cultura y la posibilidad de explorar científicamente fenómenos sin que la persona involucrada en este proceso pierda su identidad. Es posible encontrar principios, bases, premisas, comunes entre culturas, pero necesitamos la voluntad y la actitud adecuada. Para ello es importante hacer visibles algunos elementos que normalmente pasan desapercibidos. Por ejemplo, la existencia del nahual en el centro de México, o del wáay chivo en el centro de Quintana Roo, ambos en comunidades indígenas, es evidencia de la cosmovisión local. Sin embargo, la capacidad de personas de transformarse en animales u otros seres no solo está presente en la cultura indígena; ahí están Hulk y Batman, en la cultura occidental. ¿No es cierto, entonces, que se puede aplicar el concepto de cosmovisión en las culturas que generaron estos personajes?

Uno de los legados de Einstein fue evidenciar que no hay forma de resolver los problemas que hemos generado los humanos, que tenemos frente a nosotros y que impiden nuestro desarrollo adecuado, usando el mismo sistema y estructura de pensamiento que se usó cuando los problemas se originaron. Su resolución implica que debemos generar nuevas formas de pensamiento y construcción de conocimiento. El concepto de cosmovisión, con un enfoque intercultural como el que aquí se propone, puede contribuir grandemente a resolver los grandes retos de la humanidad, no solo de los mayas, a través de la co-creación de conocimientos.

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