Margarita Robleda Moguel
Foto: Captura de pantalla
La Jornada Maya
Viernes 3 de enero, 2019
El calendario nos ayuda enumerando los días, agrupándolos en estaciones y cerrando los ciclos. Concluye un 2019 intenso y desconfiado y nos acerca a una nueva etapa que llevará por nombre 2020, “veinte veinte”, aunque en otras latitudes, según sus calendarios, lo llamen distinto.
Con los años he descubierto que me va mejor si al cierre de año echo una mirada hacia atrás para evaluar mi paso por esta etapa. Esto me permitirá intentar hacer propósitos que me ubiquen y ayuden a crecer. Quizá sean soltar, llámese kilos o relaciones tóxicas, perdonar a otros y sobre todo a mí misma; revaluar la meta, cargar pilas, zurcir la esperanza; hacer conciencia de lo que representa estrenar el año. Darme un tiempo para preguntar: ¿Es por aquí? ¿Es esto lo que quiero? ¿Hasta donde quiero llegar? ¿Qué me hace feliz? Esta última pregunta, tan socorrida por la mercadotecnia para vendernos sus productos, pocas veces nos la hacemos nosotros.
¿Cómo queremos el 2020 para nuestro querido México? Me queda claro que no puedo hacer mis planes ni propósitos en espera de las decisiones que otros hagan.
¿Queremos cambiar el mundo? Comencemos con nosotros mismos:
Antes de comprar, conecta la de pensar.
Sé puntual. El tiempo de los demás es sagrado.
No inventes chismes ni repartas los ajenos; estos sólo destruyen vidas.
Haz bien tu trabajo y no al “ahí se va”. No culpes a los otros de tus errores.
No desperdicies el agua, ni contamines los cenotes.
Sonríe y di con frecuencia las palabras mágicas: por favor, gracias, perdón.
Alimenta tu cerebro con ideas frescas, con ideales y sueños.
No tires basura en las calles, ni en lo oscurito; menos en el mar.
Disfruta el deporte como lo que es, un juego.
Cero violencias a mujeres, hombres, jóvenes, niños, ancianos y animales; a la Madre Tierra.
Respeto y tolerancia al que no piensa como yo.
No juzgues a nadie sólo porque peca de forma diferente que tú.
Estaciónate bien en los lugares permitidos. Jamás en los reservados para personas con necesidades especiales.
Participa en actividades en beneficio de la comunidad.
La sonrisa y la “jeta” se entienden en todos los idiomas del mundo. Son mágicas: acercan o alejan, abren puertas o las cierran.
Toca alimentar la esperanza de que las cosas pueden cambiar, sin ella, ¿qué nos queda?
El cambio llega haciendo bien las cosas pequeñas de cada día, ¡a darle!
¡Feliz 2020! ¡Vamos con todo!
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