El Grupo Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático, de la ONU, publicó hace unos días el reporte que concluye que con la tendencia actual solo tenemos una década para detener graves afectaciones a la vida. La Tierra está en semáforo rojo ambiental.
El Grupo Científico creado para la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU dice que los sistemas alimentarios contribuyen con 30 por ciento de las emisiones de gases de invernadero, con 80 por ciento de la deforestación en los trópicos y es causante principal de serios problemas de disponibilidad de agua, desertificación, erosión y pérdida de biodiversidad. La forma en cómo se produce y se consume los alimentos tiene profundas implicaciones en la salud del planeta y de la gente. Es decir, no todos los sistemas alimentarios afectan negativamente al planeta.
Para atender lo anterior, la FAO organizó en julio una precumbre. Convocó a diversos actores, entre ellos los Pueblos Indígenas por la experiencia y conocimiento que tienen y que explica la conservación del 80 por ciento de la biodiversidad en el mundo a través de sistemas alimentarios sostenibles, de manejo de recursos naturales y experiencias en mini cambios climáticos.
Así se incluyeron representantes de los pueblos indígenas en las diversas actividades para aportar y sustentar ideas y experiencias que se tradujeron en propuestas. Además, con el aval de renombrados científicos y con el liderazgo del Centro de Pueblos Indígenas de la FAO se produjeron dos publicaciones que demostraron las bases científicas de los sistemas alimentarios que tienen los pueblos indígenas en el mundo: El libro blanco/wiphala (doi.org/10.4060/cb4932es) y Los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas (https://doi. org/10.4060/cb5131en). Se organizaron grupos de trabajo conocidos como Vías de Acción (action tracks) y se definieron áreas donde participaron renombrados indígenas quienes asistieron a numerosas reuniones de trabajo para presentar, defender, consensuar y escribir dos páginas con la propuesta concreta que fortalecería cada vía de acción. Es decir, los Pueblos Indígenas participamos en el proceso de la precumbre con base en las “reglas del juego” establecidas entonces. Poco a poco se fue conformando la idea de que al igual que otros grupos, por su importancia y para avanzar en el proceso, los Pueblos Indígenas formarían una Coalición de Sistemas Alimentarios.
Así llegamos a la precumbre que incluyó actividades combinadas, presenciales y en línea. Al terminar los 3 días de discusiones, sin consulta alguna, los representantes Indígenas que viajaron a Roma para estar presentes en las reuniones, mesas de trabajo, sesiones de análisis, fueron notificados que no se reconoce la formación de la Coalición y que las propuestas presentadas por los participantes indígenas, todas consensuadas en sus respectivas mesas y sesiones, se habían desechado. ¡Una noticia terrible! ¿Qué pasó?
Con base en lo anterior, los Pueblos Indígenas han comunicado que “Hasta que la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU no reconozca formalmente la Coalición de Sistemas Alimentarios de los Pueblos Indígenas, como parte del proceso de discusión en la Cumbre, y hasta que nuestras recomendaciones no estén de nuevo en la mesa de negociaciones, consideren a los Pueblos Indígenas fuera del proceso, fuera de la Cumbre. Estamos muy decepcionados por la forma en que las decisiones han sido tomadas en el proceso que conduce a la Cumbre”.
Ojalá que en el contexto de los 500 años de la toma de Tenochtitlan, México emita un posicionamiento en la ONU a favor de la Coalición de Sistemas Alimentarios de los Pueblos Indígenas y se sume a países como Canadá, Nueva Zelanda, Finlandia y otros.
Edición: Ana Ordaz
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