Estamos atravesando momentos muy delicados como humanidad, pareciera que el enemigo a vencer es un virus invisible ante los ojos del hombre, pero en sí es un gran gigante que ha hecho correr a las farmacéuticas para crear una vacuna y que aún con ella nadie está tan seguro; las mutaciones del virus son más rápidas que la velocidad de la luz, la Delta y ahora la Lambda, y en medio de susurros el virus de Marburgo, el hongo negro de África. Más allá de que si es un virus hechizo o es una simple venganza de la Tierra, como afirma Leonardo Boff, es una realidad que nos ha venido a revolucionar la vida.
Las distintas variantes del Covid-19 están acechando al mundo ¿ya era necesario parar el índice de la población mundial? Para quienes traen esa agenda les cayó como anillo al dedo. Sin embargo ¡el ser humano no es quien debe decidir quién vive y quién muere! Es probable para los creyentes que el ser humano tenga una partícula de Dios, pero también es cierto que hay leyes universales que requieren ser respetadas. En todo este tiempo no podemos pensar que el único protagonista ha sido la oscuridad, también han estado como faros de luz seres renacentistas, que desde siempre han apostado, gestado y co-creado una nueva humanidad más sensible, consciente, sustentable, sana, amable, bondadosa, amorosa, compasiva, comprensiva, fraterna, solidaria, justa, honrada. Aunque no son la mayoría, ese tipo de seres humanos, también cuenta.
El Covid-19 llegó desde hace mas de año y medio, y hay quien ha estado combatiendo la oscuridad con muchas otras herramientas, como la medicina tradicional, alternativa, naturista y complementaria, así como con otras sustancias y medicamentos; sin embargo, además de la vacuna deben modificarse los muchos otros hábitos y aspectos del ser humano. Anda circulando en las redes diversos memes, haciendo alusión a un hombre que denota gran obesidad, acostado viendo tv, diciendo que “ahora si con la segunda dosis ya estoy totalmente protegido” y alrededor suyo hay productos envasados, mega procesados con un alto contenido de edulcorantes y harinas refinada, y todos esos ¿no son también virus? Sí, virus con derechos a ser comercializados abiertamente y que no sólo han hecho daño a la salud del ser humano sino que para su producción arrasan con el equilibrio de los ecosistemas.
En este tiempo de pandemia debimos haber cambiado al menos el 90 por ciento de nuestra forma de vida. ¿Estamos listos para la tercera ola, cuarta y quinta ola?, ¿sabremos cómo navegarla?, para el Covid reloded ¿seguiremos cediendo nuestro poder hacia afuera o confiaremos en nuestra sabiduría interior?, ¿nos pudimos preparar?, y no me refiero sólo a la vacunación, sino a la parte que nos hace humanos, el conocimiento y la conciencia. ¿Ya resolvimos en este año el problema de la diabetes, problemas cardiacos, la obesidad, la hipertensión, las enfermedades autoinmunes? ¿Acaso las industrias ya se están haciendo responsables de sus residuos? Incluso las farmacéuticas están tomando cartas sobre el asunto, producen y producen medicamentos, vacunas con responsabilidad ecológica, ¿A dónde van a parar todos esos residuos? Para referirnos al tema de salud necesariamente estamos pensando en una salud integral, de lo contrario estamos teniendo una visión miope, no podemos tapar un hoyo descubriendo otro. Cambiar de hábitos no es un sueño ni una utopía, es simplemente amor propio.
@witzilin_vuela / @CesarG_Madruga
Edición: Ana Ordaz
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