Arantza Franco Salazar
En términos prácticos, el territorio constituye aquel espacio geográfico delimitado y apropiado históricamente por un grupo social, el cual le otorga características culturales e identitarias. Como menciona Gilberto Giménez en su artículo “Territorio e identidad” el territorio tiene una naturaleza multiescalar -lo que significa que existen diferentes niveles en el espacio geográfico-. El primer espacio lo constituye nuestro cuerpo; nuestra casa, el segundo; nuestra localidad el tercer sitio; el cuarto, nuestra región y así consecutivamente hasta llegar al nivel mundial (Giménez: 2005).
Como es bien sabido, la Península de Yucatán es una región que ha sido hogar del Pueblo Maya durante muchos siglos y hasta la fecha debido a la gran biodiversidad del territorio y a la relación que las personas de la comunidad maya han forjado con la naturaleza del sitio. Sin embargo, a la llegada de los colonizadores al Abya Yala –nombre prehispánico que recibía el continente americano-, también arribaron visiones distintas sobre el territorio, en las cuales se priorizaba su valor utilitario y funcional antes que su valor simbólico-cultural. Estas mismas ideas - basadas en la modernidad y el progreso europeo- hoy en día siguen permeando en el modelo de desarrollo de nuestro país y el territorio del Mayab no ha quedado fuera de ello.
Actualmente, son muchos los proyectos que en nombre del desarrollo económico se han instalado en la Península, aprovechando su basta riqueza biológica e hídrica y su demografía predominantemente indígena. Sin embargo, estos proyectos no corresponden a las ideas del desarrollo del mismo Pueblo Maya, ya que, durante años, ellas y ellos han sido los guardianes del territorio que habitan y por supuesto, se han convertido en los defensores de su espacio y su cultura.
Pero, ¿qué pasa cuando existe una pandemia como la de Covid-19 que amenaza directamente a nuestro primer territorio? ¿Cómo se puede llevar acabo la lucha por la defensa de la vida en condiciones extraordinarias como la actual? Estas y muchas otras preguntas más han tenido que plantearse las organizaciones mayas que desde tiempos prepandémicos ya se encontraban defendiendo el territorio Peninsular. Al decretarse la Jornada de Sana Distancia, las principales actividades de organización como reuniones y asambleas tuvieron que detenerse hasta nuevo aviso. Aquellos calendarios de organización comunitaria fueron suspendidos durante meses a la espera del cese de la enfermedad. Pero la crisis sanitaria no ha dado tregua hasta el día de hoy y las organizaciones tuvieron que encontrar nuevos medios para continuar con su lucha, ya que quienes están detrás de los proyectos de despojo, aprovecharon los meses de confinamiento para seguir adelante con ellos sin importar que esto representara un foco de contagio para las y los trabajadores -que en su mayoría son mayas-.
Todo este escenario ocasionó una reconfiguración dentro de las organizaciones mayas. Puesto que para defender el territorio es menester estar sano física y mentalmente; por tal motivo, han realizado distintas acciones, tales como establecer y fortalecer las redes de comunicación y apoyo con organizaciones afines; utilizar plataformas digitales para difundir información y comunicarse con otras y otros; instaurar medidas sanitarias como la toma de temperatura, el uso de gel antibacterial y cubrebocas en asambleas y reuniones en espacios abiertos; escuchar las voces de las abuelas y abuelos mayas en torno a las enfermedades y cómo es que se concebían en tiempos pasados; fortalecer el sistema inmunológico con medicina tradicional y plantas de la región; la continuación de prácticas agroecológicas de subsistencia como la milpa y animales de traspatio, entre muchas otras.
Desde el espacio de observación de Pueblo Maya del ORGA, continuaremos atentos a las distintas acciones y ejercicios de gobernanza a nivel local de la comunidad maya en torno a la defensa del territorio en tiempos de Covid-19. Le invitamos a seguir nuestra investigación en la página http://orga.enesmerida.unam.mx/
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Edición: Laura Espejo
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