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“Puede morir el poeta, puede morir el interprete, la que no morirá nunca es la canción…”

Rómulo Rozo - Escultor colombiano.

 

Tan sólo escucharla nos alegra, nos incita a movernos, puede acompañarnos donde quiera que vamos, así como transportarnos a momentos y lugares del pasado provocando emociones tan genuinas como opuestas que se materializan en una lágrima o una sonrisa. Algunos dicen que es el idioma universal, el alimento del alma; yo sólo sé que es indispensable en mi vida y que me alegra el corazón… esa es la Música. 

Para Gerónimo fue su gran pasión, su inseparable compañera, me atrevo a deducir que llegó a convertirse en parte de él mismo. 

Lo que nos apasiona, se va volviendo parte de nosotros.

Gerónimo Baqueiro Foster nació el 7 de enero de 1898 en el “lugar de los cinco pozos”, Hopelchén, municipio de Campeche. Sus padres, Teodosia Foster Villafaña y Francisco José Baqueiro Maldonado notaron que su pequeño hijo tenía una gran atracción por la música. 

Laureano Baqueiro, su primo y primer maestro, le enseñó a tocar la flauta, al igual que la técnica del solfeo -entrenamiento para adquirir rapidez en la lectura de una partitura-; aprendió a tocar la guitarra clásica a los 14 años con el maestro Manuel Aranda, quien era considerado el “padre de la música en la región de los Chenes”. El diestro adolescente aprendió a tocar instrumentos de boquilla circular al igual que los de cuerdas. Su tío Cirilo Baqueiro, excelente violinista, tuvo gran influencia en él. 

Los Baqueiro, por generaciones, habían sido “melómanos empedernidos” y Gerónimo no era la excepción; logró incorporarse a la banda de música de Mérida, a donde viajaba con frecuencia y ganaba algunos centavos tocando la flauta en teatros y cines. A la edad de 23 años se mudó a la Ciudad de México con siete pesos en el bolsillo, ingresó al Conservatorio Nacional, aprendió a tocar el oboe y se incorporó a la orquesta de esta institución. Poco tiempo después, Carlos Chávez, director de la Orquesta Sinfónica de México, percibió su talento y lo invitó a formar parte de esta importante agrupación. Gerónimo compaginaba su vida de concertista con la docencia, dando cátedra de historia universal de la música, acústica musical e instrumental, y de solfeo, en el Conservatorio. El sueño de convertirse en un gran músico empezaba a materializarse.

En 1938 fundó con otros artistas la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música, de la que fue presidente en varias ocasiones. Dos años después, al concluir un exhaustivo estudio del folklore mexicano, fundó el Instituto de Musicología y Folklore en la ciudad de México. En 1942 creó la Revista Musical Mexicana. Ese mismo año, Ernesto Novelo Torres tomó posesión como gobernador de Yucatán y, en su afán de promover la música y las artes en el estado, propuso a Gerónimo la tarea de organizar la sección de música de Bellas Artes. Para ello crearon la Junta Organizadora de Estudios Musicales que fue presidida por Gerónimo, entre sus miembros estaban personajes como Daniel Ayala y Gustavo Río.

En esa época, el ya reconocido músico contrajo matrimonio en segundas nupcias con la joven musicóloga Eloísa Ruíz Carvalho, había entre ambos una gran diferencia de edad (29 años) pero una clara similitud en su amor a la música. 

 

El método Baqueiro Foster, obra y logros

En 1939 Gerónimo creó el innovador método Baqueiro Foster de solfeo, el cual tiene varias ediciones y continúa en uso hasta hoy. Durante diez años trabajó tenazmente en la elaboración del libro La canción popular de Yucatán, un ensayo ampliamente documentado sobre la trova yucateca que fue publicado en 1970, post mortem -mismo año en que Eloísa publicó el libro Tradiciones, Folklore, Música y Músicos de Campeche-; Gerónimo compuso varios lied -canción lírica breve cuya letra es un poema que se musicaliza- como Olas grises, La Corneja y Lentamente; estudió e investigó a fondo la historia de la música mesopotámica, egipcia y helénica en sus viajes a Europa.

Escribió en diversas publicaciones y revistas, así como en el periódico El Nacional. Fue director de orquesta en la XEX (televisión) y en la XEQ (radio), así como asesor musical del programa de radio La Hora Nacional. 

Don Arturo Solís oriundo de Hopelchén, estudioso de la historia y conocido de la familia Baqueiro Foster, me cuenta:

Gerónimo era más campechano que el pan de cazón y más chenero que el agua de pozo, estudió la música autóctona de cada región durante 30 años de su vida, colaboró con el grandioso músico potosino, Julián Carrillo, quien descubrió el “sonido 13”, viajó a Alemania con él, encargaron 10 arpas y 10 pianos con este sonido, los alemanes quedaron sorprendidos pues ese sonido ¡no existía! Gerónimo fue cronista de música, ¡era un cerebro! Un hombre muy sabio. Viajaba seguido a Rusia para recibir tratamiento por su enfermedad, siempre fue un socialista. Dedicó parte de su vida a realizar árboles genealógicos de las familias de Los Chenes. Cuando estaba casado con su primera esposa, con la que tuvo tres hijos, Lorenzo, Elsa y “El Negro”; comenzaron a tener problemas porque su comportamiento era el de un genio, a veces pasaba hasta cuatro días encerrado en su habitación practicando música. México lo enviaba a diferentes países para perfeccionar instrumentos como la guitarra, en España, y después venía a enseñar la técnica a sus paisanos. Fue un gran músico, se le ha llegado a considerar el mejor musicólogo de México.

 

Foto: Familia Baqueiro

Reconocimientos

El Instituto de Cultura de Yucatán creó en julio del 2002 el Centro Regional de Investigación, Documentación y Difusión Musicales Gerónimo Baqueiro Foster (ubicado en la colonia García Ginerés). El 13 de octubre de 2016 el gran músico fue condecorado en la modalidad post mortem con la Medalla Ricardo Palmerín en la Ciudad de México.

Durante más de 30 años ejerció como maestro en el Conservatorio, se jubiló en 1965. El 29 de mayo de 1967 murió de cáncer. Eloísa donó su enorme acervo documental al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim).

Como ha dicho el maestro Luis Pérez Sabido, “no se puede entender el desarrollo de la música en México sin Baqueiro Foster”. Gerónimo fue el imparable motor de la música en nuestro país.

Todos tenemos alguna pasión, lo importante es encontrarla y cuando lo hacemos, la vida adquiere una magia especial. 

Este 2021, a 400 años de la fundación de Hopelchén, celebramos con orgullo al talentoso músico que ese pueblo vio nacer, Gerónimo Baqueiro Foster.

 

Edición: Laura Espejo


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