El arte, ¿creación o recreación?

No cabe duda que, al considerar que el arte es el resultado de un acto de creación, la afirmación es verdadera. En efecto, el arte ha sido conceptualizado como una forma de expresión estética del ser humano, y otros lo conciben como una acción creativa que nace desde el interior del artista. Y nadie, hasta ahora, se ha opuesto a ver el arte como creación, independientemente de que siempre esté ligado a la comunicación. 

A través del arte, el ser humano logra expresar estéticamente sus sentimientos, sus experiencias, ya sean de felicidad o de tristeza. El arte permite a la gente sacar de su inconsciente los asuntos personales más profundos, lo cual genera un enorme placer creativo y una especie de catarsis liberadora. 

Sin embargo, el arte también es recreación. Esto ocurre cuando el artista re-crea los asuntos que quiere expresar estéticamente, es decir, vuelve a crear la parte de su mundo exterior o interior del cual necesita extraer de sí, en ese proceso de purificación señalado arriba. En este contexto, la recreación sucede en el acto mismo de la creación. Mejor dicho, para crear una obra artística, el ser humano tendrá que volver a crear aquello quiere extraer de su inconsciente y expresar a los demás. Ello implica revestir el asunto extraído para desnudarse ante el público. 

Ciertamente, la recreación está íntimamente relacionada con la creación; pero, en misma relación con el arte, obtiene otra significación en un contexto diferente: el educativo. En este sentido, será importante considerar que, en los procesos educativos, el arte participe como impulsor del desarrollo de las capacidades de observación y comprensión, al mismo tiempo que permita incrementar la sensibilidad artística de los escolares. 

A partir de una obra de arte, el alumno podrá ejercitar la observación y la comprensión de lo que ve, escucha, mira y oye, percibe a través de sus sentidos y su pensamiento. Aunque también logrará encontrar la manera de expresar sus asuntos más íntimos a través de las diversas técnicas artísticas. En este contexto es posible referir la recreación, más allá de sus ligas con la creación artística. Así que la recreación participa en el plano artístico y también en el plano educativo.

Al respecto de la apreciación y la educación artísticas, Reyzábal señaló que todos los espacios pueden percibirse como museos, los hogares con sus muebles; la gastronomía con sus colores, texturas, formas, olores y sabores; las calles con su mobiliario urbano, sus jardines. Y también indicó que todos estos podrán ser apreciados quienes hayan sido formados para apreciarlos. Y tiene razón: el arte está en todas partes, es cuestión de percibirlo. He aquí la relevancia que adquiere la apreciación artística, en la que son ejercitadas las capacidades de observación y comparación, así como de interpretación y comprensión.

Por lo anterior, es imprescindible que las autoridades educativas y culturales, tanto estatales como federales, impriman en sus programas las implicaciones del arte en la educación y la difusión cultural. Para ello, habrá que capacitar al personal docente y los promotores culturales en las premisas de la creación y la recreación. Si las escuelas y los centros culturales de Yucatán logran impulsar este enfoque de la educación artística, será posible formar ciudadanos más sensibles y creativos.  

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Lee del autor: La escuela en el futuro próximo

Edición: Estefanía Cardeña