Aída López
Mi dolor es ceniza
lluvia gris
que deslava los colores de mi cara
máscara perpetua.
Rebeca Uribe
“¿Y por qué lo haces? ¿A dónde quieres llegar?”, son preguntas que hace Margarita a su amiga Marcela en Habitaciones Furtivas (2022), y en las que se sustenta el desarrollo narrativo de la ópera prima en el género de novela de la académica e investigadora de la Universidad de Jalisco, Silvia Quezada Camberos. Seleccionada por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco (CECA 2021). Portada de Bruno Cayetano Pérez Munguía.
El trabajo de investigación de la doctora Quezada por más de dos décadas, resulta en una obra vertiginosa basada en un hecho real cuyas costuras ficcionales novelan la muerte de la poeta Rebeca Uribe (Érika Mondragón), quien en sus últimos cuatro años se desempeñó como asistente de la diva de la época del Cine de Oro, María Félix (Ana Fénix). Su habilidad narrativa al usar diferentes técnicas y voces, dota a la prosa de fluidez y mantiene el interés desde la primera frase con que inicia la historia de la protagonista y el proceso de la académica para quien las casualidades no existen. El encontrarse cuarenta años después habitando el cuarto que una vez fue de la poetisa y en el que estaban apilados en una esquina sus libros casi deshechos por la humedad, abre las líneas de investigación en las que fundamentará su trabajo.
Silvia recrea México y Guadalajara en la primera mitad del siglo XX, nos hace caminar sus calles, sus edificios, admirar sus monumentos, tomarnos una copa en sus bares, doblar sus esquinas, conocer las vecindades que albergan las habitaciones furtivas donde ella vivió y que guardan los secretos de una mujer invisibilizada por más de siete décadas. De seis poemarios publicados, rescató cinco. Describe sus versos como epifánicos. Supo que si los había encontrado, era una señal para desentrañar la misteriosa agonía de la poetisa a quien se le halló inconsciente en un cuarto del motel “Tony´s Court”, alquilado por una mujer, quizá la asesina.
El espíritu de la fallecida, presuntamente envenenada, sobrevuela las páginas. Las circunstancias de su deceso despliegan interrogantes que llevan a la investigadora académica a realizar el trabajo de agente de Ministerio Público, a seguir el rastro de Rebeca desde su nacimiento en la tierra de Juan Rulfo durante la Revolución Mexicana, hasta el día de su muerte en un hospital en calidad de desconocida, identificada por la credencial de empleada con permiso de una oficina gubernamental.
En México donde las desapariciones y asesinatos de mujeres nos mantienen enlutados, el caso de Rebeca Uribe da cuenta que a más de setenta años, las cosas no han cambiado. La justicia no es expedita y menos pronta. Las plumas de la época se debatieron entre la incertidumbre y el silencio, lo que la tinta no selló se condenó al olvido. Silvia reivindica la memoria de su “poeta favorita”. Muestra no solo al personaje, sino al ser humano con todos sus matices y claroscuros. Rebeca se fue a la tumba con el secreto: “Qué tristeza que una mujer que vivía de las palabras no tuviera unas pocas para decir qué le pasó”, reflexiona la autora.
La doctora Quezada estará impartiendo un curso de “Cuento Contemporáneo Mexicano” en Mérida a través de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta). En ocasión de su visita presentará Habitaciones Furtivas el jueves 28 de abril a las 19 horas en la Biblioteca Pública Estatal Manuel Cepeda Peraza.
Edición: Laura Espejo
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