¿Y si es Adán Augusto?

Hace algunos meses adelantamos aquí que con el paso del tiempo emergerían otras corcholatas además del carnal Marcelo y de la Dra. Sheiunbaum. Mencionamos al ex rector de la UNAM y embajador ante la ONU, Dr. Juan Ramón de la Fuente, a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier y hasta al embajador ante Estados Unidos, Esteban Moctezuma. A menos de dos años de la elección podemos decir que ellos no van. Otros se esfuerzan por ser considerados como Fernández Noroña y Monreal, los cuales llegado el momento negociarán puestos para ellos y los suyos. Pero la tercera corcholata que en verdad debe ser considerada y ronda ya en la cabeza del presidente es la de su paisano, primo-hermano, hombre de confianza y principal operador: Adán Augusto López Hernández. 

Cada una de las corcholatas ha decidido trazar su propia ruta y estrategia rumbo a la candidatura. Claudia Sheimbaum optó por mostrar su cercanía con el presidente, se deja consentir, aprovecha la simpatía que éste le muestra y, por ende, centra su discurso en la continuidad y profundización del proyecto de la 4T. Le gusta el placeo público en varios y distintos escenarios, desde las multitudes populares hasta la comunidad científica y universitaria, se le ve a gusto y contenta. La gobernadora de la CDMX sabe que al día de hoy cuenta con el favor del presidente, y trata de sacar provecho de ello.

Marcelo Ebrard ha sido sumamente criticado porque, a pesar de su imagen fresca y moderna, se comporta como político de la vieja escuela. Al carnal le gusta manejar los tiempos políticos de manera pausada, se mueve sin espavientos; cuenta también con la venia del presidente y trata de mostrarse eficaz y eficiente en los encargos de su jefe. Marcelo sabe que se le considera una continuidad moderada, que no representa una profundización de la 4T sino una desaceleración de la misma sin forzosamente abandonar o traicionar el proyecto del presidente. Por ello, ha comenzado encuentros cerrados con ciertas elites económicas y políticas del país. El canciller sabe que AMLO es un apasionado lector de la historia y que gusta de imitar grandes momentos de la misma, por ello su apuesta es que, al igual que lo tuvo que hacer Cárdenas en su momento, el presidente deba de desencantarse por la moderación antes que por la profundización de su legado.       

Entretanto, Adán Augusto López opera, se reúne con gobernadores, negocia con la oposición, hace política de alturas y pisa las calles simultáneamente, se muestra conciliador, pero no se amedrenta cuando lo confrontan. En un inicio pareció llegar como el pararrayos de los eventuales ataques a las corcholatas del presidente; también se pensó que sería el árbitro de la contienda. Pero con el pasar de los días poco a poco propios y extraños lo comienzan a ver como el eventual tapado. Su estrategia ha sido simple: realizar su trabajo en acorde y armonía a los deseos del ejecutivo, pero sin el protagonismo de asumirse como corcholata.    

Zoom anatómico. En la banqueta de enfrente ya visualizan la posibilidad de una candidatura de la vieja guardia, de una que también comenzó su carrera en política en los años del echeverrismo; dicen que para que la cuña apriete... 

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Edición: Estefanía Cardeña