Todxs, estudiantes todxs

“Vuela y vuela palomita. Corre y dile a los farsantes…” Panteón Rococó*

Este texto comienza caminando en mi habitación, sentándose en la compu conmigo y volteando a ver el entorno que habito. Alrededor de donde brotan mis letras se encarnan mis recuerdos: Alguna ilustración naturalista, dos o tres impresiones del EZLN, una pared prácticamente cubierta de libros, plantas, la puerta de entrada retacada de stickers y un poster que se oculta a simple vista. Este último es uno de los elementos más añejos que cuelgan de mis paredes, es una impresión digital con cerca de 13 años de antigüedad y que fue hecha expresamente para un evento que se realizó el sábado 9 de enero del 2010 en el parque Eulogio Rosado.

En La Jornada Maya del 4 de septiembre se nos daba la noticia que un grupo de estudiantes de la facultad de ciencias antropológicas de la UADY recolecta firmas para exigirle a las autoridades del plantel que los trámites de renovación de credenciales para el uso del transporte público se gestionaran desde los espacios de la universidad y recordé inmediatamente todo lo que representaba esa imagen de la que les hablaba. Hace casi 13 años, un grupo de estudiantes de la misma facultad se oponía al estudio socioeconómico que exigía en ese momento el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco para la entrega de la “credencial única”, un documento de acreditación que reconocía ante los transportistas la identidad de quienes eran, aparentemente, titulares del derecho a un descuento en el transporte público por ser estudiantes.

Ese grupo de estudiantes entre el que me encontraba, prontamente se conectó con estudiantes de otras facultades de la universidad y de otras escuelas. Este recuerdo me llevó a escribirle al Frente Independiente de Resistencia Estudiantil (FIRE) para averiguar un poco más de su proceso. Tanto ahora como hace más de una década, la visibilidad ayudó a que un interés aparentemente de unxs cuantxs empiece a tener resonancia en estudiantes de otros espacios educativos. Aquella vez llegaron a una rueda de prensa que organizamos en la misma facultad, esta vez se manifiestan por mensajes a través de redes sociales.

Las historias se tejen de manera muy particular, la misma política pública que hace 13 años era rechazada por un amplio bloque estudiantil y fue mal implementada impacta directamente en la política pública de hoy que actualmente se manifiesta a cuentagotas: las y los titulares del derecho a la educación se ven presionadxs a hacer gestiones fuera de sus espacios estudiantiles causando perjuicio económico a sus familias y al tiempo de lxs estudiantes complejizando la precaria situación que muchxs enfrentan para estudiar una licenciatura.

Con el paso de los años he utilizado cada vez menos el transporte público, pero siempre observo las precarias condiciones en traslados que no han cambiado en más de una década, esperas bajo el sol de Mérida a las 3 de la tarde, el agobiante paso de los minutos en los rostros y las largas distancias de la ciudad gris que ha crecido una enormidad en la última década. Me pregunto si Rulo de hace 13 años reconocería esta ciudad al caminarla hoy y desconocer los cambios. Me pregunto si sus compañerxs hubieran podido seguir estudiando bajo las condiciones actuales. Me pregunto si hubiera mandado un mensaje por Facebook o si se hubiera acercado a la mesa. Me pregunto si se atrevería a conversar con un desconocido que le hace algunas preguntas. Me pregunto si hoy estaría en las luchas estudiantiles

Hoy ocupo otro lugar, soy profesor a nivel universitario y aunque las condiciones sociales de lxs estudiantes con lxs que trabajo son distintas a las que vi en mi época universitaria, me cuestiono ahora si es posible seguir generando espacios de diálogo desde otro lugar. Sigo pensando que los movimientos estudiantiles son la vanguardia reflexiva de construir otras formas de pensar la realidad de una escuela y una universidad, pero también me cuestiono si el interés en seguir avanzando en direcciones críticas es lo que hoy están buscando las instituciones de educación superior.

Lo que sí se, es que Rulo de hace 13 años está deseando contar su historia y escuchar las historias que tenga que contar el FIRE. Ese Rulo revive en estas palabras su primera manifestación en diciembre de 2009 y quiere también revivir las plásticas con sus compañerxs que gritaron en las calles juntos y que ahora son, por un lado, profesionistas, maestrxs, funcionarixs públicos y hasta actores políticos y por otro personas trabajos que ni siquiera puedo describir y a veces me los encuentro en la calle. Unos últimos se esfumaron en el aire cómo arena que se monta a la ola para irse a nadar a otros mares. A estos últimos son a los que llevo especialmente en mi corazón, las condiciones sociales que habitaron se los llevaron de este lado del océano hacia la eternidad y fue donde aprendí que este gran viaje de construir un mundo donde quepan muchos mundos se construye cotidianamente, exigiendo un derecho tras otro, del más pequeño al más grande.

@RuloZetaka

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Edición: Ana Ordaz