La ausencia de libros de literatura de tradición oral para niños

Es lamentable que, entre los libros de literatura para niños, escaseen actualmente ediciones de relatos de tradición oral. Hasta hace algunos años seguían vigentes libros para niños que incluían versiones escritas de cuentos de la tradición oral mexicana. De éstos, siempre destacaron los que el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) editaba especialmente para los alumnos de las escuelas rurales que atiende esta institución desde hace bastante tiempo. Sin embargo, ninguna otra institución educativa o cultural y menos las editoriales privadas han ofrecido al público infantil libros relevantes de este tipo.

En los años ochenta, el Conafe inició una colección de títulos que incluyen relatos de la tradición oral de diversas regiones culturales de México. La primera edición de esta serie fue el volumen Así cuentan y juegan en la Huasteca, que contiene versiones escritas de relatos de la tradición oral de esta región, así como de la lírica infantil tradicional. También editó un casete de audio llamado Así cantan y juegan en la Husteca, que incluye cantos y juegos infantiles de dicha región.

Detrás de este título siguieron los libros Así cuentan y juegan en Los Altos de Jalisco y Así cuentan y juegan en el Sur de Jalisco, junto con los casetes Así cantan y juegan en Los Altos de Jalisco y Así cantan y juegan en el Sur de Jalisco. Cabe destacar que hay una diferencia importante entre el material oral de Los Altos y del Sur de Jalisco, que está en el origen cultural de los relatos y la lírica. Mientras que la literatura oral de Los Altos tiene orígenes españoles, la del Sur de Jalisco tiene fuentes indígenas.

Después de estos volúmenes de Jalisco, en sus dos regiones culturales diferentes, siguieron Así cuentan y juegan en El Mayab, de la región maya, y Así cuentan y juegan en la tierra del venado, de la región de Sonora, así como los casetes correspondientes a cada zona. Finalmente, a pesar de tener muestras de la tradición oral recabadas en la región jarocha, ya no fue publicado el libro que bien pudo ser editado. Desde entonces, ya no hubo más libros para niños de este tipo por parte del Conafe.

Cabe destacar que, para la edición de estos libros, había que realizar una serie de actividades de investigación, propias de la antropología cultural. Primeramente, era recabada información sobre las características socioculturales de la región en estudio. Enseguida, era diseñado un plan de trabajo de campo a través del cual eran recopiladas muestras de la narrativa de tradición oral y de la lírica infantil tradicional de la región correspondiente. 

Posteriormente, un equipo de investigadores recababa el material existente de las fuentes del lugar, a través de grabaciones. Luego, los materiales capturados en las grabaciones eran transcritos, y enseguida eran creadas las versiones escritas del material oral transcrito para la edición del libro en preparación. Inmediatamente después de preparada la edición del libro, varios colaboradores realizaban las ilustraciones a línea, como Antonio Helguera (qepd), Rafael Barajas el Fisgón, Sergio Arau, Manuel Ahumada, entre muchos otros. 

Al parecer, a pesar de la experiencia acumulada tanto en la investigación cultural regional como en la edición de libros de la literatura de tradición oral, el Conafe ya no continuó elaborando este tipo de material editorial. Y tampoco, hasta ahora, ninguna otra institución educativa o cultural ha entrado al relevo en este tipo de investigación y edición. Por ello, es más que importante que los gobiernos estatal y federal retomen la relevancia de estos materiales, y la investigación que ello implica. Además de rescatar del posible olvido a la literatura de tradición oral de las diversas regiones culturales del país, sea recuperada la vital divulgación de esta literatura a través de este tipo de ediciones. 

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Edición: Laura Espejo