de

del

Foto: Facebook INSABI_mx

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la pandemia por Covid-19 el viernes 5 de mayo. Era una noticia esperada, tomando en cuenta que todos los gobiernos nacionales habían decretado medidas más relajadas con respecto al cuidado personal en cuanto a las medidas de distanciamiento social. Puede decirse que en todos los países hemos regresado a la dinámica previa a la declaración de pandemia y los cubrebocas, antes omnipresentes, ahora son una rareza en el diario acontecer.

Era obvio que algún día tenía que llegar tanto el fin de la pandemia, de acuerdo a un criterio establecido por un organismo supranacional, como que el relajamiento de las medidas de confinamiento tenían que concluir en algún momento. El avance que se tuvo en vacunas, y la participación de todos en las medidas de contención, tuvieron efecto y finalmente podemos decir que ya nos encontramos en un momento en el cual estamos muy cerca de la dinámica social previa a la pandemia. Si bien todos hemos perdido a alguien cercano, también es cierto que nos encontramos en un punto en el cual es necesario evaluar cuáles han sido los efectos de un mal mundial en cada país.

Cabe mencionar que en México se prometió el “regreso a una nueva normalidad”, a pesar del contrasentido que esta enunciación representa. Es imposible volver a algo nuevo, y una nueva normalidad habría implicado modificar las instituciones de salud, al igual que los mercados de alimentos y el acceso a por lo menos tres condiciones: oportunidades laborales, seguridad alimentaria y seguridad social.

Para bien y para mal, el home office es actualmente una opción para desarrollarse profesionalmente. Para bien, porque el empleado ya no destina un porcentaje de su ingreso al traslado a la sede de su trabajo y es posible que cumpla con su carga laboral desde el hogar; para mal, porque no obstante las disposiciones legales con respecto al trabajo desde casa, esta modalidad requiere que el empleado sea dueño del equipo de cómputo, proporcione su conexión a Internet y esté disponible fuera del horario laboral. Ha surgido una forma de trabajar, pero no es una que garantice al empleado que su paga no se irá, parcialmente, en gastos asociados al cumplimiento de sus obligaciones.

El experimento de las clases a distancias ha concluido y tanto padres de familia como estudiantes pueden estar felices de que no haya continuado. Algo de lo que podemos estar seguros es que las clases a distancia fueron el menor de los males, pero que hay una generación de alumnos que perdió la oportunidad de desarrollar habilidades sociales y de trabajo en equipo que habría obtenido a través de las clases presenciales. Esto es visible en lo que respecta a estudiantes que pasaron a la secundaria o a la preparatoria, pero los universitarios han visto que su experiencia en programas de servicio social o prácticas profesionales ha sido limitado. Tenemos dos generaciones de egresados de instituciones de educación superior que hoy están al servicio de la sociedad, cuya formación es por lo menos cuestionable en lo que respecta a su vinculación precisamente con aquellos a quienes deben servir.

En cuanto a las instituciones de salud, resulta significativo que el Instituto de Salud para el Bienestar haya iniciado actividades justamente antes de la pandemia y hoy en día haya sido absorbido por el IMSS-Bienestar. Esto, independientemente de la pandemia, es síntoma de que en la actual administración federal existen diferentes visiones con respecto a la salud. Por un lado, están quienes consideran que debe existir participación de los estados en cuanto al fondeo de las instituciones de este tipo, y por otro quienes creen que el mejor modelo es uno centralizado, que homologue las condiciones de acceso a los servicios de consulta y en su caso hospitalización.

Pero independientemente de estas dos visiones, lo grave es que el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores el Estado (Issste) no tuvieron un crecimiento real. Si para mayo de 2020 se hablaba de que el SARS-CoV-2 no era un virus mortal, sino uno que cuestionaba el acceso a la seguridad social, para 2023 nos encontramos en un punto en el cual seguimos preguntándonos si el derecho universal a la salud es una meta asequible.

Entonces, es necesario preguntarnos si los años de la pandemia fueron realmente transformadores de la sociedad y las instituciones o si la “nueva” normalidad es un espejismo porque regresamos al mismo punto, y entonces nos encontramos ante dos años perdidos con una grave afectación individual, en lo relativo a la salud mental y a la pérdida de seres queridos.

[email protected]


Edición: Estefanía Cardeña


Lo más reciente

Puerto Aventuras tendrá acceso a la playa al consolidar la renovación: Lili Campos

La candidata ofreció una plaza cívica, más vialidades y canchas deportivas

La Jornada Maya

Puerto Aventuras tendrá acceso a la playa al consolidar la renovación: Lili Campos

Ayuntamiento de Solidaridad ofrece talleres de salud mental

La atención se dirige a personas de distintas edades en el DIF de Puerto Aventuras

La Jornada Maya

Ayuntamiento de Solidaridad ofrece talleres de salud mental

En Playa del Carmen, invitan a adoptar a perros rescatados en pro de la salud pública

El Cebiam entrega a los animales de compañía esterilizados y con las vacunas al día

La Jornada Maya

En Playa del Carmen, invitan a adoptar a perros rescatados en pro de la salud pública

Rescatan a 17 mujeres víctimas de trata de personas en Playa del Carmen

También se detuvo a tres hombres por su participación en el ilícito

La Jornada Maya

Rescatan a 17 mujeres víctimas de trata de personas en Playa del Carmen