El anuncio de que una vacuna mexicana contra el Covid-19 estará disponible en los hospitales y centros de salud públicos llegó con casi dos años de retraso. En la carrera que las grandes farmacéuticas emprendieron apenas declarada la pandemia, en 2020, México apareció más como un comprador cautivo de lo que pudiera producirse que capaz de generar su propio inmunizante.
Como se recordará, los meses en los que las vacunas comenzaron a distribuirse fueron de agitación por ver a quiénes le tocaba. Los más privilegiados incluso viajaron a Estados Unidos con el fin de obtener una dosis, inaugurando un nicho de mercado turístico. Otros, simplemente tuvieron que esperar a que se anunciara su grupo.
Por aquellos momentos se dio a conocer que el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt) desarrollaría una vacuna en México. Sin embargo, también se recalcó que la infraestructura nacional para ello se encontraba poco menos que desfalleciente.
Mientras tanto, en 2021 se hicieron comunes varios nombres, y al mismo tiempo implicaban una diferenciación social. Pocos se atrevían a recibir la rusa Sputnik, y la china CanSino fue motivo de rechazo entre el magisterio. A unos cuantos les tocó la también china Sinovac. Se consideró extremadamente afortunados a quienes se inmunizó con Pfizer/BioNTech, por su supuesta efectividad superior al 94 por ciento, y otros estuvieron felices con AztraZeneca.
La percepción sobre las vacunas que se desarrollaron fuera del espacio anglosajón fue hacia el escepticismo cuando no fue de rechazo absoluto. Es necesario reconocer que el poder de las farmacéuticas fue clave en crear este ánimo entre los gobiernos y la población pero, ahora a la distancia, tampoco contamos con elementos suficientes como para dejar establecido que biológicos como Sputnik, CanSino, Sinopharm, Sinovac, la india Bharat, y las cubanas Soberana, Abdalá y Mambisa carezcan de un grado de efectividad y seguridad suficientes contra el Sars-CoV2 y sus mutaciones.
Este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió públicamente la vacuna contra la influenza, padecimiento estacional contra el cual existe una campaña anual de inmunización, y al mismo tiempo se aplicó el biológico Abdalá, dando a entender que éste es seguro y que si como jefe del Ejecutivo federal, su salud es motivo de seguridad nacional, la salud de los mexicanos se encontrará bien atendida con la vacuna cubana. Como destacó en su conferencia de este día, las cubanas y todos los demás inmunizantes han pasado por pruebas y otros mecanismos de control de calidad, y también existen fuertes intereses económicos e ideológicos detrás de los intentos de descalificación hacia estas vacunas.
Lee: México ya tiene la vacuna Patria contra Covid-19, anuncia AMLO: Ve cuándo estará disponible
Ahora bien, en cuanto a la anunciada Patria, ésta ha tenido que pasar sus distintas fases de prueba, cada una con un protocolo específico. Pero también hay que decir que contar con una fórmula es insuficiente cuando se carece de la infraestructura para producirla en cantidad suficiente para la población y que se encuentre disponible para el sector salud. Ya no digamos para exportar siquiera al mercado regional.
Pareciera que la vacuna Patria llega a destiempo, cuando la pandemia y la emergencia han pasado, pero debe tenerse en cuenta que el Covid-19 llegó para quedarse y que el pronóstico para el mundo es que será una enfermedad estacional. Se trata entonces de contar con una defensa que sea eficiente y al mismo tiempo no exponga al país a las veleidades de la industria farmacéutica. En cierta forma es un regreso al modelo económico de sustitución de importaciones, pero en un ramo estratégico desde donde se le mire, que es la salud pública.
Se trata entonces de impulsar una industria mexicana de elaboración de vacunas con capacidad para atender a toda la población. Este esfuerzo es mucho más complejo de lo que aparenta, pues requiere de científicos de alto nivel, personal médico especializado, infraestructura con ambientes estériles (no únicamente instalaciones limpias) y equipos de seguridad biológica. Representa una inversión fuerte, pero en el mediano y largo plazo representará un gran ahorro al erario nacional; Patria no llega tarde al combate de la Covid-19, sino que se encuentra como punta de lanza en la gran batalla por la soberanía en materia de salud.
Edición: Estefanía Cardeña
''Hay que mirar hacia adelante'', pidió la mandataria
La Jornada
Hubo inundaciones y se tuvo que suspender el transporte público
La Jornada
Otro temblor se produjo unas horas después en costas turcas
Efe
El país contiene la respiración a la espera de certificaciones por parte de EU
Afp