La cuenta regresiva para la inauguración del Tren Maya se encuentra en menos de 100 horas. Con el primer viaje vendido, el ferrocarril comenzará a correr sobre sus rieles el viernes 15 de este mes.
Para beneplácito de los detractores del proyecto, éste iniciará parcialmente, viajando sólo entre San Francisco de Campeche y Cancún; es decir, en los tramos 2, 3 y 4. La alegría de quienes se han manifestado contra el tren será efímera, pues el circuito se cerrará cuando mucho en un trimestre y entonces deberán iniciar los viajes de proximidad.
Ahora, con la información que se presentó este lunes en la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, se antoja difícil concluir en tiempo los tramos 5, 6 y 7, donde el avance supera el 60 por ciento, pero es precisamente donde ahora se concentran más de 40 mil trabajadores civiles y la maquinaria pesada, laborando las 24 horas. Vale la pena recordar también que esos tramos fueron los últimos en iniciar dados los amparos interpuestos contra el Tren Maya, alegando daño al medio ambiente. Las medidas legales lograron retrasar el inicio de las tareas, pero no impedirlas totalmente. En el futuro, eso sí, tanto viajeros como las mismas organizaciones ecologistas deberán vigilar que se cumplan las medidas de mitigación del impacto ambiental.
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Lo complicado de la obra es su concepción integral. De ser simplemente un tren se habría limitado a terraplenes, tendido de vías y levantamiento de estaciones, pero a la par se ha tenido que trabajar en pasos de fauna, viaductos, obras de drenaje, pasos vehiculares, además del mejoramiento de instalaciones en las zonas arqueológicas próximas a cada terminal.
Mientras, los talleres de Alstom ya produjeron los primeros seis convoyes, que ahora se encuentran en Cancún. Estos trenes son con los que se dará el servicio inicial, y su número deberá quintuplicarse durante 2024. Esto es lo que hará el servicio más accesible: mientras la oferta de viajes siga creciendo, el precio de los boletos será competitivo.
Pero tampoco debe perderse de vista que el Tren Maya es un proyecto reordenador del territorio, y ya no podemos decir que sea únicamente del sureste. Sí, el servicio enlazará en un circuito a cinco entidades, pero la cadena de suministros unirá a varias partes del país. Solamente en cuanto a proveeduría estamos hablando de empresas radicadas en 15 estados distintos, únicamente para Alstom.
Tendremos que hablar entonces de la cantidad de trabajadores en distintos puestos que ya está radicando en el sureste y posiblemente permanecerán en la región porque de trabajar en la construcción pasarán a alguna de las áreas operativas del Tren Maya. Los gobiernos locales han tenido cinco años para preparar medidas que permitan la incorporación de estas personas a sus respectivas sociedades, promoviendo la creación de espacios sanos de convivencia y de intercambio cultural.
Cada vez está más cerca el momento en que las conversaciones serán sobre las experiencias en el Tren Maya, en un momento en el cual será posible compartir las imágenes captadas a través de las ventanillas o en cada estación. Entonces podremos hablar de una comunidad del sureste mexicano, independientemente del lugar de nacimiento, porque podremos reconocernos en ese paisaje que estará a nuestro alcance, junto a la vía del ferrocarril.
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