De la trayectoria política y el desempeño personal de Felipe Carrillo Puerto se conocen numerosas versiones, algunas de ellas ampliamente difundidas. Resulta paradójico que estas dificulten la realización de una evaluación histórica y política rigurosa de la realidad de los años veinte. Algunas de ellas están motivadas por intereses facciosos, otras se centran excesivamente en aspectos personales, y algunas más, aunque aspiran a un enfoque académico, carecen de una perspectiva historiográfica amplia o de una metodología sólida. Destaco a continuación cuatro enfoques historiográficos entre los más socorridos.
La versión más conocida y editada localmente, es la abundante y elaborada hagiografía de Felipe que lo presenta como líder impoluto y generoso. La imagen del santo laico que nace predestinado a la salvación de su pueblo y al que se entrega con su muerte. Apunto, a manera de ejemplo, algunos libros que se apegan a este enfoque:
La versión más difundida al paso de los años es la que, a mi punto de vista, enfatiza y saca de proporción y contexto, posiciones ideológicas, errores políticos o debilidades personales de Carrillo Puerto. Sin embargo, a pesar de este sesgo personalista, es la de mayor aceptación entre lectores legos del país, ya que privilegia la relación sentimental con Alma Reed al tiempo que reduce la imagen política del personaje en cuestión. Ella, periodista, joven gringa y arrobadoramente bella, inspira la canción Peregrina y hace perder la cabeza y los principios a Felipe: el político caído en desgracia. Tal vez, el primer capítulo de esta novela rosa haya aparecido el 5 de enero de 1924, en la primera plana del diario capitalino Excélsior que informó, a ocho columnas: "El gobernador de Yucatán Carrillo Puerto fusilado por los rebeldes, estaba por casarse con una bella periodista". Aquí abajo menciono algunas obras que responden a este enfoque analítico:
Se tiene también, la versión políticamente depurada de la Historia oficial: la que mete en el mismo saco a víctimas y verdugos. Felipe Carrillo Puerto cuenta con su altar en el santuario revolucionario; la imagen acartonada del líder leal a su pueblo, el pueblo maya, que se convierte en mártir del proletariado al ser una víctima más del juego faccioso. Enlisto algunos libros que abrevan de este enfoque historiográfico:
Antes de concluir, es preciso mencionar que, partir de 1970 se empezaron a editar libros, artículos, ensayos o tesis de grado con una óptica más amplia y con mayor apego a los métodos de la Historia. Predomina en estas obras el enfoque regional (trátese de Yucatán, Campeche o cualquier entidad del Sur). Partiendo de un ejercicio crítico, dejan a un lado a Felipe Carrillo Puerto y a su trayectoria para atender al Partido Socialista, a la versión local de la Revolución o a las constantes tensiones entre el “centro” y los grupos e intereses locales. Enlisto algunos trabajos que abonan esta visión historiográfica:
Como podemos ver, el estudio de la figura de Felipe Carrillo Puerto nos revela la diversidad de interpretaciones que pueden surgir en torno a un personaje histórico. Líneas arriba exploramos distintos enfoques historiográficos que arrojan luz sobre su vida y legado, cada uno con sus propias perspectivas y sesgos. Los invito a reflexionar sobre la naturaleza misma de la historia y la importancia de cuestionar las narrativas establecidas, reconociendo la complejidad y la diversidad de experiencias que conforman nuestro pasado común.
José Luis Sierra es investigador del Centro INAH Yucatán.
Correo: [email protected]
Coordinadora editorial de la columna:
María del Carmen Castillo
Antropóloga social del Centro INAH-Yucatán
Lea, de la misma columna: Secretos Submarinos: La importancia de proteger el patrimonio sumergido de Yucatán
Edición: Fernando Sierra
Subrayó que la reducción de la jornada será parte de una reforma laboral consensuada con empleadores, empleadoras, sindicatos y trabajadores
La Jornada
Mujeres son fundamentales en el desarrollo de fármacos: Lena Ruiz
La Jornada
Juan José Pacho, impresionado con el Kukulcán; “luce monumental”
Antonio Bargas Cicero