Está en la mente y palabra de todos, incluso en aquellos lugares donde han tenido la fortuna de recibir un poco de lluvia: la sequía está fuerte y no hay indicios de lluvia. A estas alturas años atrás ya había caído un par de lluvias fuertes antes de la Semana Santa o incluso había lluvia durante esa temporada, arruinando parte de las vacaciones. Pero en los últimos años el clima ha estado diferente.
Y no es sólo percepción. Desde el año pasado, Jones reportó en la revista Nature que de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), una agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, la temperatura promedio en los océanos ha estado subiendo a valores nunca registrados (climatereanalyzer.org). Enero y febrero de 2024 batieron récord de temperatura máxima en el planeta. Hace una semana en Brasil se registró más de 60 grados de sensación térmica. El 23 de marzo pasado, el Diario de Yucatán reportó que Oxkutzcab es el nuevo “infierno mayor de Yucatán”, batiendo su propio récord, esta vez con 43.0 grados centígrados.
Lee: SMN registra temperaturas récord para el mes de marzo
Las altas temperaturas normalmente traen como consecuencia sequías. El Sistema Meteorológico Nacional, que monitorea la sequía, mostró que, para la primera quincena de marzo 2024, el porcentaje del territorio nacional con sequía moderada a excepcional fue de casi 60 por ciento, un valor mayor que en febrero y se espera que crezca en los siguientes meses. Conagua reportó que hasta el 15 de marzo los peores niveles de aridez se detectaron en la frontera entre Chihuahua y Sinaloa, en Hidalgo y el norte de Veracruz. O sea que hay lugares peores que donde estamos en Quintana Roo. En la revista Nexos se publicó el 11 de marzo pasado un artículo del autor Guillermo N. Murray Tortarolo, quien hace un análisis sólido y elocuente, pero con cierto dejo de desesperanza, del comportamiento del clima en México, con la tendencia actual, que no deja lugar a dudas de las causas antropogénicas, muchos especificarían androantropogénicas, con bastante razón, que lo explican.
Ciertamente, hay explicaciones, pero ¿hay políticas públicas integrales, acciones y actores que conduzcan una estrategia nacional y estatal para atender este problema? La tendencia actual señala que, si bien todos perdemos con la sequía y el calentamiento global, los pobres serán, como siempre, los que más perderán. No tenemos información científica o de otras fuentes, suficiente y sólida, que nos permita diseñar la estrategia, porque no tenemos una eficiente interfase entre ciencia/conocimiento y política pública articulada con la toma de decisiones.
¿Sabemos qué cobertura vegetal se necesita para garantizar el buen funcionamiento del ciclo del agua? ¿Sabemos cuál es la deforestación actual y su tendencia al futuro cercano? Sabemos que hay agricultura de roza tumba y quema, pero también sabemos que cuando se hace bien la velocidad de recuperación de la vegetación natural es superior al de otras formas de reforestación, pero ¿sabemos cómo aplicar esos conocimientos o solo se prohíbe por prohibir? Muchos proyectos de “desarrollo” que han deforestado enormemente los ecosistemas, quedan impunes, sin medidas de recuperación. ¿Sabemos en qué condiciones están nuestros acuíferos y cómo se mantienen? ¿En qué nivel están? ¿Sabemos qué medidas tomar para garantizar la recuperación de los acuíferos?
Las preguntas antes planteadas merecen atención y que la sociedad tenga acceso a sus respuestas, con datos sólidos. La no acción conduce a escenarios peores que las experiencias en Brasil u Oxkutzcab.
Es cuanto.
Lea, del mismo autor: La tiranía de las evaluaciones
Edición: Estefanía Cardeña
El empresario e inversor dejará la dirección de Berkshire Hathaway tras 60 años y propone a Greg Abel como sucesor
Efe
Se presume que el atentado la planeaba un grupo que difundía discursos de odio contra la comunidad LGBTTTI
Ap
El director ejecutivo de la escudería, Dan Towriss, dijo que hasta el momento no se ha fichado a ningún piloto
La Jornada
Velaban a dos hermanos quienes fueron asesinados en ese mismo lugar el pasado 28 de abril
La Jornada