¿Debates para un voto informado?

Este domingo tuvo lugar el primer y único debate entre Jazmín López Manrique, Vida Gómez Herrera, Renán Barrera Concha y Joaquín Huacho Díaz Mena, candidatos a la gubernatura de Yucatán. La intención del ejercicio, se indicó al inicio, fue que la ciudadanía pudiera escuchar propuestas, ideas y contrastes para posteriormente ejercer su derecho al voto el próximo 2 de junio. El orden de evaluación responde a como fueron presentados al iniciar la transmisión.

La apertura más llamativa del ejercicio le correspondió a Jazmín López, Tina Tuyub, quien mostró las tablas acumuladas en el teatro. Tal parecía que su presencia convertiría el debate en una “tanda” y la comicidad se haría presente. Su desempeño posterior, sin embargo, fue hacia abajo, titubeando en la lectura de sus propuestas. Fue la única que se concentró en hacer propuestas concretas, sin involucrarse en el intercambio de diatribas.

Vida Gómez Herrera, por su parte, llenó sus intervenciones de los lugares comunes de su campaña y en general la de Movimiento Ciudadano (MC): referencias a una “vieja política”, y el juego de palabras que convoca a “darle vida a Yucatán”. Si bien recuperó varias de las iniciativas que en su momento llevó al Congreso local mientras fue diputada y se lanzó a descalificar a Renán Barrera y Joaquín Díaz, ninguno de estos recogió el guante; dado que se espera que su participación en el proceso electoral sea testimonial, tampoco se espera que el haber recurrido a esa estrategia le sume votos; al contrario, pudo haber aprovechado la bolsa de tiempos para explicar los “cómo” de sus propuestas.

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Mientras, Joaquín Díaz Mena, de la coalición Sigamos Haciendo Historia, inició su participación presentándose en lengua maya, algo que le da credibilidad cuando se refiere a sí mismo como alguien surgido del pueblo y producto del esfuerzo. Sin embargo, el electorado yucateco también tiene en consideración que ésta es su tercera participación en una elección por la gubernatura, y que aunque haya adoptado frases del presidente Andrés Manuel López Obrador para describir su trayectoria, Huacho no atrae simpatías al mismo nivel que el mandatario.

Finalmente, Renán Barrera puso por delante los logros que ha tenido Yucatán en los últimos seis años en materia de seguridad, creación de empleos y crecimiento económico, convocando a mantener una pretendida unidad entre gobierno, ciudadanía y organismos empresariales. Desde el inicio se notó que venía preparado para confrontarse con Díaz Mena, al que de entrada llamó “chapulín” y “mentiroso”. 

Como se esperaba, los candidatos punteros convirtieron el debate en una presentación de descalificaciones mutuas. Se llegó al grado de que los discursos de las candidatas presidenciales pudieron intercambiarse, de manera que el hoy morenista Huacho Díaz pudo haber lanzado un “Vota sin miedo” que emplea Xóchtl Gálvez, y el oficialista Renán adoptar como mensaje principal el mismo que emplea Claudia Sheinbaum; decir que representa la continuidad de la transformación del estado, cosa que hizo al final al mencionar que Yucatán tiene solamente dos opciones.

Quedó entonces el principal duelo entre “el candidato de la prepotencia y corrupción” y “el candidato de las mentiras”, caracterizado por la repetición de los mismos ataques que se han dirigido en los últimos dos meses, con la diferencia de que ahora se los dijeron cara a cara. 

Habría que llamar la atención sobre un tema que resultó el gran ausente del debate: el campo. La única en abordarlo de alguna manera fue Tina Tuyub; pero si Huacho presumió su pertenencia al gremio de ganaderos y venir de una familia sostenida por la pesca, que no se hayan mencionado apoyos a productores, estrategias para enfrentar la sequía o garantizar que el manto freático no siga contaminándose, implica que ambos candidatos se están dirigiendo a un electorado urbano e inconsciente de la problemática del medio rural yucateco.

Muy probablemente quienes siguieron el debate ya tienen definido su voto. Pero entonces el ejercicio que instrumentó el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Yucatán (IEPAC) sirvió para mostrar al electorado el grado de conocimiento que los candidatos poseen sobre los principales problemas de Yucatán, independientemente de las preocupaciones que tenga la ciudadanía. No contrastamos entonces las propuestas de cada uno, sino sus limitaciones para llevarlas a cabo.

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Edición: Fernando Sierra