Opinión
La Jornada Maya
29/07/2024 | Mérida, Yucatán
Tal vez por primera vez en la historia de México, o al menos desde la época revolucionaria, hay un número importante de funcionarios permanecerán en el gabinete una vez concluida la administración que todavía encabeza Andrés Manuel López Obrador. En la mayoría de los casos se trata de personas que ya fueron titulares de alguna secretaría, pero ya van dos que la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, ratifica en el cargo. El primero fue Rogelio Ramírez de la O, quien permanecerá al frente de la Secretaría de Hacienda.
El segundo personaje en ser ratificado pertenece al llamado gabinete ampliado, que es el integrado por organismos estratégicos de prestación de servicios estratégicos y empresas paraestatales. Se trata de Zoé Robledo Aburto, quien desde el 22 de mayo de 2019 es director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y ahora también tendrá entre sus responsabilidades la consolidación del IMSS-Bienestar.
Debe recordarse que una de las principales promesas de Andrés Manuel López Obrador fue dejar al país con un sistema de salud “como Dinamarca”, algo que la oposición ha aprovechado para burlarse y también para cuestionar cualquier intento de cambio en el IMSS, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de donde se han recuperado también historias de corrupción que rayan en el cinismo.
A Robledo se le ha encomendado transformar el IMSS con miras a brindar atención médica a toda la población, aunque para ello existan grandes intereses manejados desde el terreno político. El propio IMSS-Bienestar, un organismo nuevo, que debe iniciar con la centralización de los servicios de salud de los estados, fue tema de campaña de la oposición en Yucatán, pero debe reconocerse igualmente que el Seguro Social también trabaja con carencias severas que han sido provocadas. El mero hecho de que sea imposible agendar una cita con un médico especialista a través de una app, como sí es posible hacerlo para medicina familiar, habla de un descuido que termina por favorecer a quienes a través de la subrogación terminan brindando el servicio; esto ha sido la privatización silenciosa del sistema de salud.
En este momento, Robledo tiene el expertise en cuanto al trabajo de coordinación con 23 estados para la conformación del IMSS-Bienestar, y seguramente eso será una ventaja una vez que otras entidades, como Yucatán, se vayan incorporando al esquema.
Pero no es secreto que lo que hará falta son recursos. La instalación de un sistema informático y el ideal de que la calidad de atención sea la misma en todos los estados -y en todas las clínicas -implica que el personal tenga acceso a materiales, infraestructura digital, equipamiento, mobiliario, y que éste funcione correctamente en todo momento.
Otro punto importante es garantizar al público usuario que en efecto contará con atención médica de calidad lo mismo en una capital que en el municipio más apartado, y que igualmente podrá contar con los medicamentos que le sean recetados; esto último resulta todo un reto para una red de distribución centralizada. Cuestión aparte son los tratamientos y terapias de rehabilitación, cuya demanda suele superar por mucho la capacidad actual.
Visto en retrospectiva, la transformación del sistema de salud mexicano hacia la universalidad y gratuidad se antojaba sumamente difícil. Ahora, en 2018, nadie vislumbraba la aparición de una pandemia que precisamente puso en crisis los sistemas de salud en todo el mundo; ya fueran públicos o privados. La tarea entonces no es solamente que el sistema resulte por lo menos semejante al de los países nórdicos, sino que también sea lo suficientemente robusto como para resistir a eventos catastróficos como lo fue la pandemia de Covid-19.
Lo que le ha asegurado, por ahora, la continuidad a Robledo, es el camino andado. Sin embargo, esto no es garantía de permanencia durante todo el sexenio de Claudia Sheinbaum. Sin duda será uno de los funcionarios a los cuales se les evaluará continuamente en cuanto a los avances del IMSS-Bienestar, en espera de una mejor atención para todos los mexicanos.
Edición: Estefanía Cardeña