Opinión
Normando Medina Castro
07/08/2024 | Chetumal, Quintana Roo
La globalización transformada en un globalismo que concentró el poder en las más grandes corporaciones mundiales y en los Estados Unidos que lo comparte discrecionalmente y a su arbitrio con sus aliados, como parte del unilateralismo dominante después de la caída del bloque socialista, ahora está en una crisis profunda que puede conducirla al fin para la instauración de un necesario multilateralismo.
Sin ningún contrapeso, después de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas el 25 de diciembre de 1991 con la dimisión de Mijail Gorbachov, Estados Unidos ha ejercido la hegemonía en el mundo, tristemente de manera arbitraria y abusiva, invadiendo, bombardeando países, quitando y poniendo gobiernos a su conveniencia, apropiándose de los recursos de los demás.
Con la interconectividad, el desarrollo de China el gigante asiático y el fortalecimiento de Rusia surgieron los BRICS y la omnipotencia norteamericana ya tiene contraparte.
La política depredadora de los Estados Unidos basada en la “ley del garrote”, con golpes militares o blandos, no tolera gobiernos que beneficien a las mayorías y protejan sus recursos, prefieren gobiernos corruptos como ocurrió en México donde el PRI y el PAN han sido sus aliados serviles, sobre todo a partir de la presidencia de Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto. Desde 2018 que tomó el poder Andrés Manuel López Obrador les han marcado límites.
En Venezuela, nación que tiene las reservas petroleras más grande del mundo con más de 300 mil millones de barriles, además de oro y considerables yacimientos de coltán y litio, estorba a sus intereses el gobierno Chavista. Sin embargo, la apuesta por Juan Guaidó fue perdedora y ahora con Edmundo González también. El Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken se apresuró en desconocer los resultados oficiales que dieron la victoria a Nicolás Maduro, lo cual fue imitado por sus aliados europeos y algunos latinoamericanos. México, Brasil y Colombia pidieron la revisión de todas las actas y el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela convocó a todos los candidatos a una audiencia con sus pruebas, pero ni Edmundo González ni la dirigente opositora María Corina Machado acudieron y han sido señalados de carecer de elementos probatorios. China ya invitó a Venezuela a formar parte de los BRICS, lo cual tiene implicaciones económicas y de seguridad. Estados Unidos ha dado marcha atrás y ya no reconocen a Edmundo González como presidente de Venezuela y pidió que México, Brasil y Colombia operen la “transición”. La multilateralidad y los contrapesos en el mundo ya son reales.
Si Estados Unidos pretende avasallar a un país existe el recurso de los BRICS que representa un enorme mercado, recursos, tecnología y poder bélico. Mala noticia para la derecha internacional que apuesta al boicot, el lawfare, golpes blandos, etcétera, buena noticia para la política como actividad racional civilizatoria.
En lo local
En Quintana Roo, en las elecciones recientes, bajo el cobijo de la popularidad de AMLO, Morena se llevó “carro completo”. Las federales y locales. Tiene el poder estatal con la gobernadora Mara Lezama y ahora todos los municipios, además de aplastante mayoría en el Congreso local, pero en el ambiente político se percibe y padece la hegemonía del Verde, que no tiene un pelo de Obradorista, ni empatía, ni contrapesos. Todo es negocio.
En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
¡Hasta la próxima!
Edición: Fernando Sierra