Opinión
Felipe Escalante Tió
12/09/2024 | Mérida, Yucatán
La práctica del deporte no se convirtió en parte de la vida cotidiana sino hasta bien entrado el siglo XX. Para México, podemos decir que inició en el Porfiriato, y su impulso se debió a una variedad de clubes sociales a los cuales acudía la élite. Estos clubes fueron muy distintos a los salones de reunión y las sociedades coreográficas y culturales; en estos últimos, lo habitual eran los encuentros entre caballeros en los cuales tenían fuerte participación el alcohol y el tabaco mientras se efectuaba alguna partida de cartas o un juego de mesa como el ajedrez, o se comentaban las noticias de los últimos periódicos.
En cuanto a los clubes, además de la socialización esencialmente masculina, se buscaba que promovieran la formación del hombre moderno, entendido como el que guarda un balance entre el cultivo del intelecto y el del cuerpo, pero que también dirime sus diferencias en competencias. De ahí que algunos contaran con salones de esgrima, de boxeo, pero también con campos para la práctica del polo o el tiro con pistola, o un gimnasio y baños de vapor o “turcos”.
Todavía hasta los años veinte del siglo pasado, es decir, hace apenas un siglo, la presencia de la mujer en los deportes era prácticamente una rareza, incluso asociada al espectáculo circense. Esto fue cambiando en parte por el movimiento feminista de esa misma década, y también por otro fenómeno iniciado en Estados Unidos: el ingreso de las mujeres a espacios que antes estaban reservados exclusivamente a los hombres para el consumo de alcohol. Durante la época de la prohibición, para evitar llamar la atención de la policía, los bares clandestinos comenzaron a permitir la entrada de mujeres. Por supuesto, se trata de otro espacio, pero así como se fue naturalizando la presencia femenina en las tabernas, también se fue abriendo el espacio en las competencias deportivas.
Así encontramos un deporte que a la fecha no tiene muchos aficionados en Yucatán, y posiblemente tampoco los tuvo en los años 1930, cuando apareció la nota “En el Stand de tiro del Club Cinegético de Yucatán”, que publicó el semanario La Caricatura el 30 de enero de 1937. Lo llamativo es que este periódico no solía incluir fotografías y sí, como su nombre lo indicaba, varios cartones por ejemplar, y en esta ocasión destacan dos tomas en las que predominan mujeres.
Se trataba del resultado de una competencia de tiro, organizada “por el dinámico amateur don Armando Tello Gamboa, como número final de su actuación al frente del Club Cinegético de Yucatán”, y que fue “ejecutado por un bello y garrido grupo de damas y damitas sobre globos libres”.
“La competencia fue a diez tiros por cada tiradora, habiendo quedado empatadas, en primer lugar, la Sra. Mimí Canto de Alcocer y la señorita Elsy Escalante, quienes acertaron ocho blancos cada una. El segundo lugar fue empatado por las señoritas Evangelina Arana y Julieta Méndez. Se decidió el desempate con tiro de rifle calibre 22, habiendo obtenido los primeros tres lugares las siguientes damas: Primer lugar, Srita. Elsy Escalante; segundo lugar, Sra. Mimí Canto de Alcocer; tercer lugar, Srita. Julieta Méndez.”
Las fotografías, marcadas con el sello de Pedro Guerra, aunque no eran de su autoría, no muestran ningún arma, pero como deja ver la nota, se trató de tiro con rifle calibre 22, que seguramente fue considerado el más apropiado para su manejo por parte de las damas participantes.
La premiación se dio posteriormente, puesto que al término de la competencia “la concurrencia fue invitada a un bonito baile que […] fue interrumpido para otorgar los premios a las vencedoras, acto que fue muy significativo. Después se ofreció un exquisito lunch cerveza, con lo que terminó este grato y bello festival en el que reinó un ambiente de franca cordialidad y camaradería”.
Hay un detalle tecnológico en la publicación. Las fotografías, que en la nota se menciona “son debidas a la gentileza del amante de todos los deportes, nuestro fino amigo don Antonio Rodríguez Compte, quien lo mismo le ‘saca’ una tintorera del fondo del mar, que una bella fotografía, como lo demuestran las que aquí ofrecemos”, están impresas en medio tono, una tecnología que por varios años estuvo presente en la prensa; pero eso es tema de otras noticias, y de otros tiempos.
Edición: Estefanía Cardeña