Opinión
La Jornada Maya
17/09/2024 | Mérida, Yucatán
Yassir Rodríguez Martínez
En el Plan “Renacimiento Maya”, del actual gobernador electo Joaquín Díaz Mena, se indica que éste responde a las necesidades del pueblo: “una economía diversificada, oportunidades para todos y todas y un compromiso firme con la justicia social y ambiental”. Sin duda, la actividad turística jugará un papel fundamental en esta economía diversificada; así se deja ver en el documento al mencionar el impulso a los artesanos yucatecos y el desarrollo de la actividad turística -particularmente en la franja costera- en armonía con la identidad local y con el objetivo de contribuir al bienestar de las comunidades. El acento en el turismo también ha sido expresado por el gobernador electo en algunas de sus visitas al “interior” del Estado, por ejemplo, en la Feria Temozón 2024, donde indicó que trabajará arduamente para que más turistas visiten la zona oriente.
Aunado a lo anterior, el pasado 12 de septiembre del presente año, Joaquín Díaz Mena, presentó el gabinete legal del Gobierno de Yucatán. Durante la presentación del mismo, comentó: “es un honor para mí presentarles al que quiero que sea el gabinete del pueblo, con la conformación de este gabinete demuestro que estoy decidido a ser un gobierno diferente, uno que rompa con los moldes tradicionales de hacer política…”, en el mismo acto, y a propósito de quien fungirá como titular de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) indicó: “… solicitamos a diversos empresarios del sector turístico que nos hagan llegar sus propuestas, a varios de ellos los entrevistamos, optando para que sea el Secretario de Fomento Turístico, Darío Flota Ocampo…”.
Llama poderosamente la atención que se enunciara de forma directa la importancia de la voz de los empresarios del sector turístico en el proceso de “elección” del titular de la Sefotur. Ante el proceder en esta designación y la promesa de ser un gobierno diferente, podríamos preguntarnos ¿cómo se procederá en la gestión de los destinos turísticos del territorio yucateco? ¿qué tipo de relación se establecerá entre los diversos actores -Estado, capitales privados y poblaciones locales/indígenas- que forman parte del amplio escenario turístico del Estado? Es innegable que cada vez más, diversas poblaciones maya campesinas se encuentran interesadas en el quehacer turístico, pero también lo es que históricamente en nuestro territorio han existido diversas fuerzas privatizadoras -del territorio y de los recursos endógenos- en las que se han articulado el Estado y el empresariado (Jouault, 2021), dejando a las comunidades locales en franca desigualdad en el aprovechamiento y/o utilización de los recursos locales -como los cenotes- y por ende en los beneficios económicos que se obtienen de éstos.
Pensar en términos de gobernanza del turismo o de los destinos turísticos será una tarea absolutamente fundamental de la nueva administración. En términos generales ésta implica buscar nuevas formas en la toma de decisiones colectivas, sobre asuntos que implican la gestión de conflictos de intereses y que tratan de impulsar el fortalecimiento de los actores más débiles del sistema y un cambio en las dinámicas turísticas que históricamente han generado impactos negativos (Velasco Gonzalez, 2014). Pensar en la gobernanza implicará que la nueva administración se obligue a establecer mecanismos que permitan la participación de todas las partes interesadas e implicadas en la gestión de los destinos turísticos. La nueva administración todavía no ha entrado en funciones, cuando lo haga, deberá considerar que no basta con la voz de los empresarios, deberá atender a la voz de académicos, organizaciones de la sociedad civil, pero quizás sobre todo, la voz del pueblo maya que ha sabido organizarse y conformarse en redes para ejecutar formas de turismo comunitario que verdaderamente respetan la naturaleza y la identidad local de los habitantes del territorio yucateco.
Edición: Fernando Sierra