de

del

Contrario a lo que se podría pensar, algunos espacios que se tienen por públicos permiten celebrar en ellos eventos privados. Esto ocurre en todo el mundo occidental, y cabría aclarar que cada país tiene más o menos regulado qué tipo de reuniones particulares pueden tener cabida en qué recintos.

Uno de los mejores ejemplos, y también bastante difundido, es el de Estados Unidos. Ahí, bibliotecas, museos y reservas ecológicas que administra el gobierno pueden ser utilizadas para festividades o cenas con fines de obtener apoyo para ciertos proyectos que van desde el patrocinio para ligas deportivas infantiles a la obtención de donativos para campañas políticas. En México, por cierto, es posible utilizar los teatros a cargo de las secretarías de cultura estatales para la presentación de festivales de academias de danza e incluso para funciones artísticas organizadas por empresas privadas; eso sí, para ello es necesario cubrir una contraprestación económica. Es decir, existe un beneficio para el erario por permitir que algunos recintos puedan ser usados por particulares.

La historia mexicana recoge varias anécdotas de peticiones para utilizar algunos espacios públicos y asociados al poder, para algún fin privado. Uno de ellos es el castillo de Chapultepec, que un grupo de damas de la alta sociedad de la capital del país le pidió al general Plutarco Elías Calles para un baile, algo a lo que el entonces presidente se negó a acceder, no sin antes insultar a las peticionarias; décadas después, Martha Sahagún, esposa del presidente Vicente Fox, organizó un concierto de Elton John en el mismo recinto, supuestamente a beneficio de la fundación Vamos México.

Ahora, el uso del Museo Nacional de Arte (Munal), el pasado 4 de octubre, por parte de Martín Alonso Borrego Llorente, coordinador de Contacto con la Ciudadanía de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), presuntamente para la recepción de su boda, ha tenido como consecuencia la renuncia del funcionario, quien en su defensa ha alegado que el evento fue privado, acorde al protocolo establecido por el Munal y “cubierto con recursos personales, sin dolo ni quebranto alguno para el erario”, y que su única falta fue solicitar el espacio a través de un correo institucional, ni haber hecho del conocimiento de su jefa, Alicia Bárcena, en ese entonces secretaria de Relaciones Exteriores, que había hecho arreglos para celebrar su enlace en ese museo, aunque en realidad pudo haberlo hecho en cualquier otro que brindara la posibilidad de ser sede del festejo.

Al respecto, en su conferencia diaria, la presidenta Claudia Sheinbaum ha indicado que “no deben usarse espacios públicos para ninguna conmemoración, celebración, actividad”. Sin embargo, la mandataria no aclara si pretende dejar a estos espacios sin una vía para obtener recursos que le permitan atender alguna urgencia de mantenimiento o cubrir una necesidad inmediata, o si esta prohibición se establece únicamente para servidores públicos. En otras palabras, no se explica por qué, si la normativa institucional lo permite, un particular no podría realizar una fiesta en un museo; si no hay daño al erario, los ingresos de Borrego Llorente y su pareja son acordes a lo que costó la celebración, y no hubo daño material al Munal, ¿puede hablarse de mal uso o corrupción?


Estamos entonces ante un tema de imagen del gobierno, y lo que existe, más que la prohibición, es un compromiso moral de los funcionarios a proyectar austeridad en su vida privada. Esa ha sido la falta de Borrego Llorente.

También cabe mencionar que este episodio no ha sido el primero en los gobiernos de la Cuarta Transformación. Ya en 2019, el Palacio de Bellas Artes fue contratado por la iglesia La Luz del Mundo para un concierto-homenaje al líder religioso Naasón Joaquín García, en el cual se presentó la Orquesta de la Secretaría de Marina, poco antes de que este personaje fuera detenido acusado de abusos sexuales contra menores de edad. Aunque a última hora, el homenaje no se realizó ahí, quedó para la historia que el Palacio fue usado por un culto.


Edición: Fernando Sierra


Lo más reciente

Anuncia Sheinbaum transición hacia jornada laboral de 40 horas

Subrayó que la reducción de la jornada será parte de una reforma laboral consensuada con empleadores, empleadoras, sindicatos y trabajadores

La Jornada

Anuncia Sheinbaum transición hacia jornada laboral de 40 horas

Zedillo, Fox y Calderón: el colmo del cinismo

La Resaca 2.0

Normando Medina Castro

Zedillo, Fox y Calderón: el colmo del cinismo

Ko’olele’ k’a’anan ti’al u beeta’al ts’aako’ob: Lena Ruiz

Mujeres son fundamentales en el desarrollo de fármacos: Lena Ruiz

La Jornada

Ko’olele’ k’a’anan ti’al u beeta’al ts’aako’ob: Lena Ruiz

Bernal, ex prospecto de Toronto y Kansas City, se une a los Leones de Yucatán; Haro, a Durango

Juan José Pacho, impresionado con el Kukulcán; “luce monumental”

Antonio Bargas Cicero

Bernal, ex prospecto de Toronto y Kansas City, se une a los Leones de Yucatán; Haro, a Durango