Opinión
Dalila Aldana Aranda
16/12/2024 | Mérida, Yucatán
Dedicado a las mujeres y los hombres del mar de Yucatán que con su trabajo nos permiten consumir un alimento extraordinario, el pescado
En las entregadas pasadas de Compa Ciencia hablamos de la importancia del para el equilibrio del Planeta y todas sus formas de vida ya sean marinas o terrestres. Se habló de la economía azul, que promueve el crecimiento económico, basado en la preservación de los ecosistemas marinos y su sostenibilidad, enunciándose el concepto de Justicia Azul, que busca que la economía sea inclusiva, con equidad de género y que mejore el nivel de vida de todos.
Compartir. En este sentido, el 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Pesca, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de los océanos y la sostenibilidad en la actividad pesquera. La pesca sostenible se posiciona como un pilar esencial para garantizar soberanía alimenticia, empleos directos e indirectos, economía, pero también la preservación de los ecosistemas y especies. Por otra parte cada vez más se solicita no sólo asegurar un suministro constante de productos marinos de calidad para el sector de alimentos sino su trazabilidad.
Por lo que respecta a México, nuestro país es uno de los principales productores de pescado a nivel mundial, ocupando la posición 15 como potencia pesquera un volumen de captura de un millón 704 toneladas capturadas en nuestros casi 12 mil kilómetros de litorales, generando un ingreso de 27 mil millones de pesos anuales. Sin embargo, el consumo de pescado per cápita en México es de apenas 10 kg versus los 20 kg de la media mundial. Muy por debajo de países como Chile con un consumo de 50 kg. A nivel nacional, hay 220 000 pescadores, la mayoría son hombres. En comparación con otros sectores de la economía, la actividad pesquera y acuícola ocupa el séptimo lugar por el número de personas que trabajan en ésta. El ingreso promedio de un pescador es de 81-120 pesos diarios por pescador; su ingreso mensual es de 6 mil 500 y tres de cada cuatro pescadores reciben un ingreso menor a 100 al día. Si bien su Jornada laboral no tiene horarios, en general inician su jornada muy temprano y algunos datos señalan de 60 a 80 horas por semana de trabajo. Es por ello que de manera reciente además del término de economía azul se habla de Justicia Azul, sobre todo dirigido a las pesquerías de pequeña escala, en favor de las comunidades pesqueras costeras que generalmente han quedado históricamente marginados de toma de decisiones de regulación pesquera y de conservación y gobernanza del recurso pesca, afectando sus derechos sociales, económicos y humanos. En este sentido yo he propuesto dos términos, el BlueCost (precio socialmente justo) que tome en cuenta el esfuerzo del trabajo del pescador, favoreciendo su comercialización en el contexto de captura-consumidor, que reduzca a los intermediarios y donde el consumidor ya sea a nivel ciudadano o comercio pague un precio socialmente justo por el producto que va a consumir derivado de la pesca. Para lo anterior se requiere también la “alfabetización-azul, es decir llevar información al consumidor sobre la especie, su biología, su sitio y fecha legal de captura y que proviene de una pesquería sostenible. Estas acciones de trazabilidad promoverán la economía, azul, la justicia azul y contribuirán también a reducir el comercio ilegal de la pesca.
Edición: Fernando Sierra