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Insinuaciones navideñas

Noticias de otros tiempos
Foto: Ilustración: Alonso Rejón M., "Rex", La Caricatura, 26 de diciembre de 1936

Algunos medios de comunicación preparan números especiales para su público, con motivo de acontecimientos o fiestas determinadas. En el caso de la Navidad, lo curioso es precisamente que, al menos en el archivo disponible, estos números son la excepción. Aun así, encontramos en el semanario La Caricatura elementos suficientes como para compartir.

El número que alude a la Navidad de 1936 apareció el 26 de diciembre, algo que resulta inusual y que probablemente obedeció a una muy mala planeación del equipo de redactores de La Caricatura, tal vez por eso en lugar de una entrega especial solamente hallamos la portada, las ilustraciones centrales y un par de notas cómicas, como era el tenor del semanario, que más bien era de una crítica política como se podía hacer para la época. Los artículos en cuestión son “Interviú con el Buey del portal de Belén” y “¡Dios ha nacido hoy! (relato de Nochebuena)”, este último suscrito “Por el Lic. Blas Berrea”; una referencia para el antiguo periodismo de alcance nacional, remitiendo a Luis Cabrera, quien durante el Maximato fue desterrado a Guatemala. El breve cuento trata de la noche de don Braulio, un hombre entrado en años que, en Nochebuena, “olía a vino de modo atroz”, y se encontraba escandalizando la calle, cuando era tenido por “tan serio, tan ecuánime y tan devoto”. El protagonista alegaba que los días de Semana Santa era “un mar de lágrimas al recordar los sufrimientos de Nuestro Señor”, de manera que era natural su alegría en la fecha; “¡Qué caray! ¡Dios ha nacido hoy!”. Sin embargo, algo que revela el cuento es que las cantinas de Mérida seguían abiertas después de la medianoche del 24 de diciembre y que algunas gentes, no policías, andaban con pistola al cinto.

Por otra parte, el “Interviú” está firmado por Jorge Ladra, una burla para otro editorialista de circulación nacional; Jorge Labra, cuyos textos circulaban a través de los periódicos de Prensa Asociada de los Estados. La premisa es sumamente interesante, con todo lo fantástica que pudiera parecer, y a fin de cuentas, la comedia permite esas licencias que, para un reportero, habrían sido sumamente exigentes, como localizar al bovino y luego entenderlo.

Por cierto, el “Interviú” deja varios dardos válidos para hoy, como una crítica a los humanos, en estas fechas… “son atroces: como no traguen, se figuran que no sienten de veras. “Te comía”, dicen las madres a sus nenes en el colmo del entusiasmo. Cuando alguien triunfa en algo, banquete y a comer. Y ahora en Navidad, sin ir más lejos, para festejar el acontecimiento de que hablamos, tragan lo intragable y persiguen la indigestión con entusiasmo”.

Luego, en la misma fantasía, agrega que cuando los Reyes Magos llegaron al portal, “trajeron una cantidad fabulosa de riquezas, toda la joyería de la época; pero ni siquiera una manta de abrigo. Sí, tiritando y desvalido estaba el pobre cuando entraron los Reyes, y desnudo y hecho un témpano se quedó cuando se fueron, y es que incluso a mí, que soy un animal, todo se me volvía pensar, mientras ellos sacaban alhajas y alhajas: ‘Muy bien, todo eso está muy bien, pero a todo esto, ¿cómo les va a las gentes de sus reinos?’ A juzgar por las riquezas acaparadas por los Reyes no les debe quedar a sus súbditos ni una mala sortija… Tantas y tantas piedras, señor, ¿por qué no empedrar con ellas los caminos de todos?”. Vaya sabiduría para un buey.

Y si tocó a los gobernantes, ¿por qué no a los juzgadores? La única intervención del entrevistador fue para hacerle ver que los reyes no condenaron a Cristo, a lo que el buey responde: “Ah, bueno; ¡me es lo mismo!... Yo, como soy un animal, no veo la diferencia… De unos o de otros, fue un juez, uno de esos jueces que lo arreglan todo con lavarse. ¡Siempre me han escamado a mí las gentes que se lavan tantas veces!... ¿Qué harán para ensuciarse? ¿Me ha visto usted a mí?, ¿me lavo yo jamás? Y sin embargo, no me he ensuciado yo en mi vida ni la mitad de lo que cualquier Poncio de esos…”

En cuanto a la ilustración, no hay ninguna referencia escrita ni en el número en cuestión ni en entregas previas, pero se trataba del “espíritu” de la época, cuando el presidente Lázaro Cárdenas profundizó en la reforma agraria y el reparto de tierras. En Yucatán se habían dado varios enfrentamientos entre hacendados y ejidatarios, ya que los primeros habían quedado como propietarios de las desfibradoras y se negaban a recibir henequén de los ejidatarios. Unos meses después, Cárdenas haría una gira por Yucatán, donde permaneció varias semanas.

Ese es el motivo de que los hacendados vieran como un plato indigesto, al grado de no digerirlo “ni con bicarbonato”, el pavo que representaba a la Ley Ejidal. Al final, el platillo resultó apetitoso y no tan llenador para otros, que no se cansaron de servirse con la cuchara grande. Pero eso es materia de otras notas, y otros tiempos.

Esta columna les desea una muy feliz Navidad, y que 2025 sea un gran año.



Lea, del mismo autor: Enormes contribuciones

Edición: Estefanía Cardeña


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