Opinión
Julio Hernández López
13/06/2025 | Ciudad de México
Israel-Irán, otra agresión
Aun cuando Washington aseguró no haber participado en estos bombardeos, el secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que la prioridad de Estados Unidos es la protección de sus fuerzas en la región (así que, cuidado con algún ataque de falsa bandera que dé pretexto para activar al ejército de EU).
A la hora de cerrar esta columna no había posicionamiento oficial respecto a si Trump sabía con antelación del ataque y si lo habría apoyado. La acometida israelí, con el objetivo de frenar desarrollos nucleares iraníes y eliminar a científicos y militares, se produjo mientras el ocupante de la Oficina Oval decía mantener el propósito de un diálogo con Irán, el próximo domingo, en busca de un acuerdo nuclear.
Lo que sucede en aquellas latitudes es un riesgo mayor, a niveles de conflagración extendida, que puede llevar a un mayor involucramiento agresivo de las potencias colocadas tras cada una de las partes. Es el mayor estremecimiento en un panorama mundial cargado de puntos candentes.
El ataque aéreo de Israel permite a Donald Trump, en lo interno, trasladar la mirada pública hacia los peligros de una tercera guerra mundial, más allá de los tropiezos arancelarios, el diferendo con Elon Musk (ya reculante) y las implicaciones en el entorno de depredación sexual del oficialmente suicida Jeffrey Epstein, y la "insurrección" que dice advertir en las movilizaciones nacionales contra su política antimigrantes y las deportaciones en particular.
Hacia México, ¿menos "tolerancia"?
La atención concentrada de Trump en el conflicto Israel-Irán podría permitir que aflojara la tensión en temas menos llameantes, como su agenda en busca de control sobre México a partir de cuanto factor le es posible, el más reciente el de pretender adjudicar a la Presidenta de México una etiqueta de agitación de rebeldías violentas. Pero una personalidad obsesiva, como es la del multimillonario en narcisismo, puede operar en sentido contrario: que considere necesario someter sin más consideraciones a México, a soltar cartas de golpeteo más directas, a cerrar el grado de "tolerancia".
Landau
Ayer, aunque en el contexto sea un episodio menor y se haya producido antes del despegue de hostilidades contra la República Islámica con capital en Teherán, un subsecretario de Estado, Christopher Landau, especializado en cultivar una actitud amable hacia México desde que en este país fue embajador, mostró ese perfil de intolerancia y agresividad.
En X, la cuenta de Melissa Cornejo, con participación política en Morena en Jalisco, criticó los castigos gringos en materia de visas en términos menos soeces que otras cuentas que circulan sin mayor problema en Internet, pero ello fue aprovechado por Landau (¿Landó, o la anduvo?) para dar muestra de castigo "ejemplar", al anunciar su decisión de retirarle el documento en mención a la mexicana, aunque se dio cuenta de que ella ni siquiera tenía tal visa (los moneros Hernández y Rapé, por cierto, tacharon de fascista a tal subsecretario y le incitaron a que les retire también la visa).
Landau-La anduvo produjo su numerito vengativo un día después de haberse reunido durante dos horas con la presidenta Sheinbaum. "Una visita, digamos, de cortesía", dijo ayer la Presidenta, tratando de quitarle hierro, pariente, al asunto de tan larga duración y trascendencia como para haber sido sólo ceremonial o protocolario, cuando en realidad fue sesión afinadora de la visa ejecutiva que en días próximos ejercerá de pisa (aprieta) y corre el máximo operador del flamígero intervencionismo gringo en latitudes lejanas, orientales, o cercanas, mexicanas: ni más ni menos que el secretario de Estado, Marco Rubio. ¡Hasta el próximo lunes!
X: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Edición: Ana Ordaz