de

del

Ardores bélicos

Memoria Hemerográfica
Foto: Facsímil

Son muchos los estudios y los acercamientos analíticos que se ocupan de la Guerra de Castas, nombre convencional con que es conocido el conflicto armado que inició en Yucatán en julio de 1847; varios de ellos figuran en materiales impresos, entre ellos registros hemerográficos; además es preciso considerar la abundante información que contienen los periódicos de la época (hubo uno que se llamó precisamente así: La Guerra de Castas, y circuló en 1866, durante el Segundo Imperio). Como en otros casos, la prensa atestigua, refiere o deforma aspectos básicos de este proceso histórico, pero sin duda brinda pistas para desentrañar su trascendencia colectiva.

En 1997, por cumplirse un siglo y medio del inicio formal de la contienda, el Colegio de Antropólogos de Yucatán convocó al congreso internacional Una Guerra sin Fin. Los Cruzoob en el Umbral del Milenio, a realizarse del 28 de julio al 1 de agosto en Mérida. En abril de ese año inició sus ediciones Saastun Revista de Cultura Maya con el auspicio del Instituto de Cultura Maya de la Universidad del Mayab, bajo la responsabilidad directa del antropólogo Michel Antochiw Kolpa (1940-2014), y de cuyo consejo editorial formaron parte, junto con él, Joan Andrews, Anthony P. Andrews, Alfredo Barrera Rubio, Sergio Quezada, Domingo Dzul, Linda Schele y Salvador Flores. De carácter bilingüe (español-inglés), su contenido se distribuyó en dos columnas, una por cada lengua en que podía leerse.

De periodicidad trimestral, con motivo de la conmemoración de ese año dedicó sus tres primeros números a los sucesos bélicos que conmocionaron a la península durante varios decenios. Incluye textos de investigadores de amplio prestigio, la mayoría de origen extranjero. De este modo, Terry Rugeley, de la Universidad de Oklahoma, colaboró con dos artículos. El primero consistió en un examen profundo de las redes sociales que se tejieron en Tihosuco para propiciar avances decisivos del levantamiento de 1847, refutando las versiones que reducen la vida de estas comunidades a la influencia de sectores polarizados sin mediaciones efectivas. El segundo sitúa los vínculos que tuvo la Guerra de Castas en Guatemala, particularmente en el distrito de El Petén, y el papel que desempeñó el corregidor Modesto Méndez para favorecer acuerdos entre los contendientes, las poblaciones que recibieron inmigrantes yucatecos y las tensiones constantes que se desataron en aquel contexto.

Nelson Reed ofrece un panorama de los liderazgos criollos y mayas que intervinieron en el conflicto, su eficacia en el ejercicio de mando y sus fluctuaciones en el desarrollo de los acontecimientos, en los que pesaron las rivalidades internas, así como los cambios que trajo consigo la noción de autoridad divina subyacente en el culto de la cruz parlante. Por su parte, Michel Antochiw hace un recuento de los impresos en lengua maya que dirigentes civiles y eclesiásticos remitieron a los sublevados, y destaca las implicaciones culturales de fondo que derivan de ese hecho. En otro ensayo aborda los propósitos conciliadores representados en los tratados de paz con los insurrectos, y de manera especial el que gestionó el funcionario guatemalteco Modesto Méndez en 1851, en Chichanhá.

John Chuchiak repasa las dotes intelectuales de Justo Sierra O’Reilly, así como su labor editorial en el marco de las hostilidades interétnicas de su tiempo, y el impacto que tuvo la opinión adversa de periódicos estadunidenses en torno de la encomienda gubernamental que le fue confiada, en términos de solicitar ayuda del país del norte para hacer frente al movimiento rebelde, y cómo cambiaron las ideas que el escritor yucateco suscribió acerca de los mayas. Arturo Güémez Pineda recupera la memoria de la revuelta de Nohcacab y sus efectos en las haciendas Uxmal y Chetulix como antecedente de la Guerra de Castas.

Paul Sullivan examina las tentativas por concertar la paz centrándose en las maniobras emprendidas por el caudillo Bernardino Cen y en la acción de sus rivales y sucesores en las filas insurrectas, las negociaciones a cargo de Teodosio Canto y las dificultades que resultaron de los intentos de rescate de dos prisioneras de los mayas orientales. En tanto, un artículo de Marie Lapointe, de la Universidad de Laval, Quebec, aborda la política indigenista del emperador Maximiliano y las notorias contradicciones en que incurrió en sus intentos de aplicarla, enfocándola desde el ángulo de la guerra.

La investigadora Ana Patricia Martínez Huchim destaca el valor de la correspondencia relacionada con el levantamiento popular a partir de una misiva en lengua maya que el teniente Máximo Huchim dirige a su par Pedro Chuc. Otro documento de mucho interés es la carta en que el coronel Eulogio Rosado notifica la exhumación de los restos de Cecilio Chi. La revista incluye un pronunciamiento que dieciocho ciudadanos mayas –entre ellos dos dignatarios locales y cinco mujeres– enviaron al congreso conmemorativo efectuado en Mérida.

Como una opción para adentrarse en el tema, las breves referencias recién apuntadas pueden sugerir una idea general de los materiales que aporta Saastun, y con ello dar pie a su consulta provechosa.


Lea, del mismo autor: A impulso del oleaje

Edición: Fernando Sierra


Lo más reciente

Entregan reconocimientos a los mejores restaurantes de Playa del Carmen

Los galardones Playenses Choice son votados por locales y turistas en una encuesta digital

La Jornada Maya

Entregan reconocimientos a los mejores restaurantes de Playa del Carmen

Preparan jardines de manglares para su conservación en Cancún

El centro estará en la zona hotelera pero sigue en construcción

Ana Ramírez

Preparan jardines de manglares para su conservación en Cancún

Aprobarán este viernes improcedencia de petición de desafuero contra 'Alito' Moreno

Tras el dictamen, la Cámara de Diputados revisará solicitud de la Fiscalía de Campeche por peculado

La Jornada

Aprobarán este viernes improcedencia de petición de desafuero contra 'Alito' Moreno

QRoo obtiene cinco escáneres para identificar cuerpos de desaparecidos

191 personas ya han sido reconocidas y sus cédulas se pueden consultar en la página de la FGE

La Jornada Maya

QRoo obtiene cinco escáneres para identificar cuerpos de desaparecidos