Opinión
Normando Medina Castro
13/08/2025 | Chetumal, Quintana Roo
ACTUAR CON responsabilidad y congruencia con principios éticos, ir más allá de lo legal, no debe dejarse sólo a la decisión personal de quienes se han beneficiado y se benefician con el movimiento que arrebató el gobierno mexicano a los neoliberales, con la promesa de actuar de manera diferente, sino que es necesario que se apliquen sanciones disciplinarias internas que no dejen lugar a dudas del rechazo a la repetición de viejos vicios políticos execrados en el discurso.
La falsedad es una falta a la verdad, una carencia de autenticidad que se convierte en hipocresía dañina para la credibilidad.
El Movimiento de Regeneración Nacional surgió de la mano del ex presidente Andrés Manuel López Obrador para acabar con la corrupción y el saqueo de la riqueza del país, pero también contra los abusos, el dispendio, la soberbia, la falsedad de los gobernantes del PRI y del PAN que prometían una cosa y hacían otra para obtener beneficios personales, dándose vida de reyes en un México cada vez más empobrecido, violento e inseguro.
El despilfarro, la codicia, el disfrute de lujos personales y la ostentación de riqueza nunca fueron conductas de López Obrador, aunque en su afán de un rápido avance territorial de la cuarta transformación, permitió la entrada de personajes contrarios a sus ideales que han sido freno de cambios profundos en el modo de hacer política. Lo penoso es que su hijo Andrés Manuel López Beltrán, metido en la política como poderoso Secretario de Organización de Morena tenga el mismo comportamiento incongruente, con viajes ostentosos, que los infiltrados como Ricardo Monreal, Pedro Haces, etcétera.
La oposición mexicana, sobre todo el PRI y el PAN, son rehenes de cúpulas vistas con desconfianza y desprecio por las mayorías. Eso incluye a todos los ex presidentes: Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto. Lo mejor que podrían hacer sería aportar sus excesivos recursos económicos y financiar una refundación, desde las bases, de sus partidos, para fortalecer la competencia política y ser verdadero contrapeso a las incongruencias de Morena y sus aliados. Si eso no ocurre, la única posibilidad real de evitar más desviaciones e incongruencias de los empoderados con Morena y sus aliados, es que la presidenta Claudia Sheinbaum ordene a las instituciones correspondientes sancionar a los malos servidores públicos y presione a la dirigencia guinda a hacer lo conducente, incluyendo el ámbito ético.
En lo local
LA HONESTIDAD Y LA CAPACIDAD TÉCNICA, sin importar el partido al que se pertenezca, debe ser el criterio más importante para integrar una estructura de gobierno, cuando lo más importante es servir al pueblo y procurar su bienestar. Pero cuando los negocios y la codicia, son lo primero, no hay lugar para nada más. En el gobierno anterior de Quintana Roo, encabezado por Carlos Joaquín, dividieron el Estado como botín para Panistas y Perredistas, sin importar arraigo, honestidad ni capacidad técnica, en la mayoría de los casos. Gente empoderada, sin ningún compromiso ni cariño al Estado. Por citar ejemplo, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) profundizó su crisis de pertinencia que ahora en el gobierno Verde Morenista de Mara Lezama se ha agravado más. Nadie mira que en etapas anteriores hubo administraciones eficientes de gente local con capacidad técnica reconocida. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño Estado.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
Edición: Estefanía Cardeña