Por: Cristóbal León Campos
En una carta publicada el pasado 15 de julio bajo el título Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia, una treintena de intelectuales (conservadores en su mayoría), buscan incidir en la opinión pública manifestando abiertamente su deseo que puede leerse en el último párrafo de dicho documento.
Hablan de la necesidad de crear “una amplia alianza ciudadana que, junto a los partidos de oposición, construya un bloque que, a través del voto popular, restablezca el verdadero rostro de la pluralidad ciudadana en las elecciones parlamentarias de 2021”. Así, inician las hostilidades electorales entre grupos de poder e interés político buscando el apoyo ciudadano para alcanzar el poder y luego dejar de lado al pueblo tal y como la historia lo demuestra. ¿Acaso alguien olvida qué fue lo que hicieron esos nombrados partidos de oposición cuando tuvieron el poder? Según el documento los ciudadanos tendríamos otra vez que someternos a los intereses de fracciones burguesas y monopolios para que gocen de la riqueza nacional y restauren el régimen neoliberal.
El documento puede servir también para encubrir, con el juego de la libertad de expresión y la “crítica al poder”, las revelaciones que pronto comenzarán a salir a la luz mediante las declaraciones que hará Emilio Lozoya, en las cuales muchos nombres de los antiguos gobiernos se verán implicados, al igual que en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, la bomba pronto detonará alcanzando a muchos de esos “intelectuales” vinculados de una u otra forma, ya sea por su silencio, por su participación en la construcción y difusión de las “verdades históricas”, o literalmente por recibir dinero del erario público. Se sabe que muchos de ellos y ellas, como Enrique Krauze, reciben hasta la fecha dinero de gobernantes pertenecientes a esos partidos de oposición que dicen defender tan preocupadamente la democracia, tan sólo en los últimos meses se reveló que Krauze recibió al menos 5 millones del gobernador de Jalisco Enrique Alfaro a quien llena de halagos.
En la misiva hablan de violación a la Constitución y de asfixia al pluralismo político, de la pérdida de empleos y de retrocesos democráticos en México, pero si pudiéramos cuantificar el silencio o apoyo de muchos de esos “intelectuales” a los gobiernos anteriores tendríamos cantidades exuberantes de desvergüenza, pues apoyaron la guerra que ensangrentó al país, callaron sobre los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos y algunos asesinados, pidieron la represión del magisterio y la celebraron, reproducen el machismo sistémico junto a la discriminación y la neocolonización de los pueblos originarios (lo cual continua con la 4T), evadieron los despidos de trabajadores y el empobrecimiento que el neoliberalismo aceleró, fomentaron la desarticulación del Estado y sus instituciones sociales, desearon la privatización de la salud que hoy tantas vidas está cobrando, atacan sistemáticamente cualquier proyecto de izquierda y ni qué decir del socialismo. Llamaron a combatir el “populismo” apoyando al PRI y al PAN avalando fraudes electorales.
Aquí no se trata de evitar la crítica al actual régimen, se trata de ser consecuentes y no oportunistas. Ahora dicen que se necesita una alianza ciudadana (eufemismo para no hablar de clases sociales), bueno, en eso tienen razón, se requiere al pueblo consciente para que nunca más regresemos a la sociedad que defiende la mayoría de esa intelectualidad.
Edición: Ana Ordaz
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