Opinión
Alejandro Ortiz González
25/09/2025 | Mérida, Yucatán
¿Cómo diseñar una política pública en materia de Arte y Cultura sin datos precisos sobre la población objetivo de esa política?
¿Cuántos artistas hay en México? No hablo de cuántos buenos o malos artistas, o exitosos económicamente, con o sin trabajo fijo, sino sólo de cuántos creadores hay en México, cuántos productores, investigadores en artes o cultura, docentes o talleristas, gestores, promotores o divulgadores. ¿Cuál es el tamaño del ecosistema vivo del arte y la cultura?
Una política pública debe contemplar en su diseño, en su arquitectura e ingeniería, en su estrategia y en sus acciones, la inevitable e ineludible tarea de mapear y registrar el número de personas que atenderá, en este caso la población total del país, si se trata de garantizar el acceso a la Cultura como derecho humano, tal como sucede con la Educación Pública y gratuita, o la Salud, que deben garantizarse con políticas que pasan necesariamente por el censo de población, su distribución y características para definir las mejores prácticas y hacerles llegar los beneficios de esa política de Estado.
De la misma forma, para garantizar el derecho a la Salud o a la Educación, el Estado identifica un mínimo de profesionales y prestadores de servicios para poder implementar esa política.
Si es en materia de Educación se requieren cientos de miles de especialistas en todos los niveles para dar batería al ecosistema educativo nacional.
Las cifras presupuestales para atender a 35 millones de estudiantes de todos los niveles (datos recientes), incluyen también salarios y prestaciones de quienes ofrecen sus servicios para atender a esa creciente masa de estudiantes. Para la educación pública, en conjunto, se destinará el próximo año 1.1 billones de pesos (
https://tinyurl.com/mrnrmyyt), poco más del 10 por ciento del total del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
¿Cuánto de eso va a quienes la imparten, la producen, la diseñan, la administran, la gestionan, quienes trabajan en la operación, proveedores, etc.?
¿Cuánto a becas directas?
En el ámbito de la Salud pasa lo mismo, se atiende a la población general, a la sociedad, pero también a todo el ecosistema de salud que le da servicio a esa población. Sin médicos no hay Salud, como no hay Educación sin Maestros. ¿Sabemos cuántos maestros hay en México? Sí, son más de 2 millones (
https://tinyurl.com/hcanbnvt) y con base en eso se programan y destinan presupuestos proporcionalmente al tamaño y a la necesidad. 35 millones de estudiantes, 2 millones de maestros, más trabajadores. 1.1 billón de pesos al año. Estos son datos, no relatos.
¿Qué pasa entonces cuando hablamos de Cultura, que en su concepción incluye a las Artes? ¿Con base en qué datos, criterios, análisis, proyecciones, estimaciones, métricas y –para el caso de esta nota–, censos, se calcula cuánto es el presupuesto mínimo que debe destinarse a este ecosistema, si no se sabe cuál es su tamaño con precisión? ¿Cómo se puede planear y programar presupuestalmente sin esta información? Según la cuenta satélite de Cultura que elabora el INEGI, hoy todos sabemos que la aportación a la Cultura es del 2.7 por ciento (lo consigna ya el propio Plan Sectorial de Cultura publicado hace unos días), más de 820 mil millones de pesos, generando 1.4 millones de empleos. ¿Por qué seguimos sin saber, pese a todo, cuántas personas hay en este ecosistema?
Un Telar en peligro de extinción
En 2018 se creó el “Telar, Registro Nacional de Espacios, Prácticas y Agentes Culturales”, la base de datos de la Secretaría de Cultura federal que pretendía resolver este pendiente tan importante para poder diseñar mejor la política cultural en tiempos de transformación.
Nació “de la necesidad de contar con información pública y actualizada sobre la situación cultural del país, principalmente de las condiciones de las y los agentes culturales, para promover políticas de reconocimiento, impulso y desarrollo de las culturas de México”.
En este preciso momento, mientras escribo estas líneas, la página electrónica del Telar está caída (además de que no tiene Certificado SSL de seguridad, siendo que se trata de una base de datos con información sensible). Lamentable.
En su mejor momento, logró levantar 41.663 mil registros (sólo 24.154 completos), según la base de datos en mi poder desde el 28 de octubre de 2024 merced a una solicitud vía la Plataforma Nacional de Transparencia. Cuenta con un desglose en 6 categorías o etiquetas y una distribución por estado y municipio, además de datos demográficos. Pese a ser información disponible vía Transparencia, no la tienen ni la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, ni las alcaldías, lo que impacta igualmente en su diseño y planeación presupuestal, pues no pueden hacer una política pública que sólo identifica destinatarios finales, sin pensar en quienes intervienen en todo el ciclo, en este caso, de la creación (tema para otro texto).
Comparto aquí la base del Telar para su libre descarga (
https://tinyurl.com/4jr8wcdp) pues se trata de información pública. Ahora lo mínimo sería pedir que se haga el esfuerzo de ponerla nuevamente en línea, junto con una agresiva campaña de difusión para completarla y actualizarla como un tema de primera importancia, si queremos planear mejor nuestra política pública en materia de Arte y Cultura.
Cualquier proyección de escenarios en la construcción y mejora contínua de esta política será insuficiente si no se cuenta con estos datos.
Recuperar el Telar, ponerle candados de seguridad y ampliarlo, difundirlo masivamente y mantenerlo como uno de los pilares en la nueva política cultural nacional es una tarea a la mano, viable, dado que se tienen nuevas y accesibles tecnologías de información a nuestro servicio.
Una acción más que puede hacer una diferencia a la hora de planear el presupuesto, siempre en forma progresiva como corresponde a los derechos, donde no debe permitirse la regresividad. Por eso y muchas cosas más #NoMásRecortesAlRecorte.
* Socio fundador de Bioscénica: cuerpo digital y transdisciplina y miembro de la Asamblea de Artes de la Ciudad de México (ADA).
Edición: Ana Ordaz