“Te vas tú o me voy yo”, aseveró tajante Pilar a su marido Francisco, quien apenas se reponía de la impresión de encontrarse en un segundo plano. Es un camino sinuoso -el del matrimonio- que se recorre durante Ya no te amo, la última obra del dramaturgo Fausto Lozano, que se transmitió por segunda ocasión este sábado vía streaming en https://www.escenaenlinea.com/.
Marina Huerta y Juan Ramón Góngora dieron vida a los personajes principales de esta puesta en escena que, con precisión quirúrgica, hace incisión en estructuras tan institucionales como el matrimonio y el machismo que ejemplifica en numerosas ocasiones.
“Quiero conocerme, saber quién soy en realidad”, sentenció la mujer luego de que ambos se confesaran las infidelidades que perpetraron a lo largo de 30 años de unión, los cuales tuvieron su zenit tras el nacimiento de sus hijos, “cuando volvimos a reír”.
También te puede interesar: El público decidirá el destino de protagonistas en la obra 'Ya no te amo'
Paco y Pili -como solían llamarse en sus mejores épocas- construyeron un palacio sobre las nubes. Edificaron su matrimonio encima de expectativas basadas en estereotipos de familias “perfectas” que al día de hoy difícilmente pueden vislumbrarse a razón de la dinámica que rige a la sociedad.
“Son personas criadas en una época en donde el machismo y la cultura melodramática de las telenovelas dictaba el sentimiento amoroso. Crecen bajo un sistema en donde el hombre trabaja y la mujer se queda en casa”, explicó Fausto en entrevista previa al estreno de la obra.
Durante una hora, los protagonistas repasan diversos pasajes de su relación montando al espectador en un vaivén de emociones y obligándolo a tomar partido. No han de ser pocos los que de un modo u otro “se ponen el saco” y sacan a relucir sus opiniones más comprometedoras al saberse evidenciados frente a la pantalla.
.jpeg)
Ya no te amo, es divertida, actual y tiene una chispa que detona el interés en los públicos más diversos. Es un llamado a la reflexión, al diálogo; y una oda a la valentía de quien no teme a expresar sus emociones en medio de tempestades e incertidumbres.
No existen buenos o malos en esta puesta en escena. Pilar y Francisco pueden ser nuestros parientes, vecinos, o incluso habitarnos. Ambos son un recordatorio de la vulnerabilidad que puede propiciar la codependencia. De las decisiones que tomamos y sus consecuencias.
Decisiones que -en esta ocasión- están a un clic de distancia y cuyas consecuencias únicamente se pueden apreciar a través de las pantallas que transmiten esta pieza. ¿Siguen casados o se divorcian? Una pregunta que quita el sueño a las audiencias, a pesar de que estas lo deciden a través de un cuestionario al final de la obra.
Edición: Emilio Gómez
Actualmente sólo el 26 por ciento de las producciones en el país son dirigidas por cineastas
Efe
El ex mandatario fue condenado en primera instancia a 12 años de prisión domiciliaria
Efe
Bajo las condiciones actuales, tres de cada cuatro no lograrán superarla en la edad adulta
La Jornada
Alumnos del Tec Milenio participaron en brigadas de reforestación y limpieza con la edil Cecila Patrón
La Jornada Maya