El placer de cantar

Enrique Martín Briceño
La Jornada Maya

13 de octubre, 2015

[i]¿Qué muralla que pueda resistir al canto?[/i]
[i]Nada te puede separar[/i]
[i]del terrón de tierra o de la nube[/i]
[i]si te pones a cantar.[/i]
[i]Jaime Sabines, [/i]
[i]Canciones del pozo sin agua[/i]

Quiero creer que solamente una ínfima minoría de desafinados incorregibles y amargados incurables no ha experimentado alguna vez el gozo de cantar. En la escuela o en la iglesia, en una fiesta o en una cantina, con ayuda del karaoke o bajo la regadera, todos disfrutamos o hemos disfrutado el placer de cantar: producir con la voz sonidos musicales ya sea en solitario o con otras personas. Gabriel García Márquez, quien en su juventud cantó y tocó el tiple en su natal Colombia, lo ha dicho mejor que nadie: “No hay felicidad más pura que la felicidad de cantar” (en el álbum [i]Querido Pablo[/i] de Pablo Milanés, 1985). Y también de esta manera: “Quienes no cantan no pueden imaginar siquiera lo que es la felicidad de cantar” ([i]Memoria de mis putas tristes[/i], 2004).

Ese gusto por el canto ha animado desde sus comienzos al Conjunto Vocal Yucatán, agrupación que hoy celebra su aniversario número 30. Formado en 1985 como Octeto Vocal Yucatán por aficionados al canto coral, el grupo ha mantenido desde entonces, bajo la guía de su director fundador, Néstor Rodríguez, una actividad ininterrumpida, lo cual probablemente lo sitúa como el coro de más larga trayectoria en la historia musical de la región. Algunos números pueden dar una idea de lo que significan estas tres décadas: más de 50 cantantes (sopranos sobre todo) en sus filas, unas nueve mil horas de ensayo, decenas de obras montadas, varios centenares de conciertos y una docena de giras.

No obstante, el lugar del Conjunto Vocal Yucatán en la historia cultural de la península se debe ante todo a su vocación de excelencia y a su papel en iniciativas de educación y difusión musicales que han dejado huella. Fue el primer coro de la región que salió al extranjero para participar en festivales internacionales y fue también la primera agrupación coral mexicana que obtuvo un premio en el prestigioso Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, España, en 2000. Jugó también un rol principal en la creación de la Escuela de Música Coral en 1990, institución que dio origen en 1997 al Centro de Música José Jacinto Cuevas, y desde 1993 es el anfitrión del Festival Internacional de Coros de Yucatán, que este año realizará su edición número 15.

Auspiciado en sus inicios por la delegación estatal del ISSSTE, en 1990 el coro se independizó para pasar luego a ser patrocinado por el gobierno estatal. En 2002 –víctima de una decisión injusta y poco después de dar a Yucatán el 2º premio en Polifonía del certamen internacional de Torrevieja– dejó de recibir apoyo del gobierno y volvió a ser independiente, como hasta la fecha. Paradójicamente, esta condición le ha permitido mantener entre sus integrantes como principal aliciente el placer de cantar y hacer que otros disfruten su canto.

A lo largo de estos 30 años, el grupo ha representado a Yucatán en festivales internacionales en varios puntos de México y en Guatemala, Puerto Rico, Venezuela, Ecuador y Perú. Su especial relación con Venezuela, país reconocido como potencia coral del continente, le ha valido realizar tres giras por esa nación, durante las cuales recorrió una decena de ciudades de la geografía venezolana, incluyendo la Mérida andina. También ha sido importante su vínculo con Ecuador, donde ha participado en dos ocasiones en el Festival Internacional de Coros de Guayaquil y ha ofrecido conciertos en Quito.

En sus comienzos, los integrantes del Conjunto Vocal Yucatán, jóvenes que rondaban los 20 años, veían con admiración en partituras, grabaciones y conciertos a algunos personajes que –quién se los diría– luego serían para ellos rostros familiares y aun amigos: el director de coros yucateco Jorge Medina, con quien fundarían la Escuela de Música Coral; la directora cubana María Felicia Pérez, de la cual serían coro guía en un curso en la ciudad de México; el compositor y director colombiano José Antonio Rincón, director invitado del grupo en dos ocasiones, y el compositor y director argentino Dante Andreo, con quien empezarían una estrecha relación en Guayaquil en 2009.

El legendario compositor y director cubano Electo Silva, fundador del Orfeón Santiago, vino a Mérida en 2002 para dirigir al Conjunto Vocal Yucatán en un concierto conformado íntegramente por obras y arreglos de su autoría. Motivado por esta experiencia y animado por la publicación del Cancionero de Guty Cárdenas editado por el autor de estas líneas, el músico santiaguero escribió a fines de la década pasada varias versiones corales de canciones del creador de Nunca. El fruto de este histórico trabajo es el libro 7 canciones de Guty Cárdenas y 5 canciones de Agustín Lara, publicado por el Instituto de Cultura de Yucatán en 2011 (varios de estos arreglos están dedicados al Conjunto Vocal Yucatán y a su director).

A pesar del nivel alcanzado, el Conjunto Vocal Yucatán no ha tenido la paciencia suficiente para grabar un disco. Sin embargo, en YouTube pueden verse decenas de sus interpretaciones, entre ellas las memorables de A una dama que iba a cubierta de Federico Ibarra y la habanera Salí de Cuba de Manuel Martínez Guirao tomadas de la transmisión de Televisión Española Internacional. También en YouTube pueden verse y escucharse las piezas que integraron el concierto de 25º aniversario del grupo, en que tuvo como directores invitados a la venezolana Lourdes Sánchez (directora del coro de la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar), la cubana Corina Campos, el colombiano José Antonio Rincón, el estadunidense Albert McNeil y los mexicanos Patricia Carbajal y Jorge Córdoba.

La agrupación ha sido determinante en la definición de la vocación de varios de sus integrantes o ex integrantes. Sin duda, el autor de este artículo no se habría inclinado por la investigación musical sin la experiencia de formar parte del Conjunto Vocal Yucatán. Lo mismo vale para Gaspar Gamboa, Margarita Jiménez y Jesús Carvajal, directores de los Niños Cantores de Yucatán, el coro Voces Claras del Centro Estatal de Bellas Artes y el coro Opus 10, respectivamente.

Los integrantes actuales del grupo son las sopranos Eugenia Cardeña, Isabel Sánchez, Ingrid Euán y Genny Cocom; las contraltos Margarita Jiménez, Gabriela Gamboa, Alma Burgos y Karla Burgos; los tenores Gaspar Gamboa, Renán Solís y Oswaldo Soberanis, y los bajos Álvaro Río, Ricardo Hernández y Enrique Martín. No es exagerado decir que, a lo largo de 30 años, el Conjunto Vocal Yucatán se ha guiado por las palabras de Silvio Rodríguez: “Si tu signo es cantar, cántalo todo: / tu camisa, tu patio, tu salud. / Si tú debes cantar de cualquier modo, / canta bien, con virtud, / pero, ay amor, ay amor, / canta siempre de corazón.” Ello le ha permitido romper muchas murallas y elevarse hasta alturas insospechadas sin dejar de permanecer unidos al terrón de su tierra yucateca.

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