Francisco Lezama
Foto: Notimex
La Jornada Maya
Martes 18 de octubre, 2016
En la semana del 3 al 8 de octubre se celebró en la Expo Santa Fe de la Ciudad de México la Tercera Edición de la Semana Nacional del Emprendedor, el evento de emprendimiento más grande de América Latina, que congrega en un solo espacio a los actores clave del llamado ecosistema emprendedor: incubadoras, aceleradoras, fondos de inversión, laboratorios de creación, universidades, gobierno y, por supuesto, una gran participación de start-ups que ya están cambiando la realidad de miles de mexicanos.
Paralelamente, en la ciudad de Madrid, 10 emprendedores yucatecos participaron en el evento South Summit, de similares características a la Semana Nacional del Emprendedor, pero enfocado hacia los ecosistemas de emprendimiento de la Europa Mediterránea.
Separados por más de 9 mil kilómetros de distancia, de Santa Fé a Madrid, en dos de los eventos de emprendimiento más importantes del mundo, una frase fue común denominador en los pasillos y stands: Yucatán está de moda.
Esta frase, más que reflejar una tendencia pasajera, derivada de alguna campaña publicitaria, refleja una realidad de transformación económica y reindustrialización, respaldada por estadísticas que muestran que los crecimientos económico e industrial de Yucatán están varios puntos porcentuales por encima del promedio nacional. Y ante ello, la gran pregunta que cabe hacerse es ¿por qué?
Es cierto que Yucatán tiene, de entrada, condiciones idóneas para transitar por el camino del éxito la transformación económica. Mucho se habla de la posición geográfica, del clima y las condiciones demográficas de nuestro estado como las grandes ventajas que nos hacen competir y destacar por encima de muchas otras zonas de México, América Latina y el mundo.
Pero sin negar su importancia, en la nueva dinámica de la economía mundial, esas ventajas competitivas que los economistas conocemos como ventajas estáticas, no son suficientes.
Porque cuando empresas que iniciaron como emprendimientos innovadores han logrado cambiar las configuraciones de consumo y producción que rigieron por décadas, uno tiene la sensación de que algo en el mundo está cambiando. Y ese algo es que hoy, en el 2016, la supremacía económica ya no depende del tamaño de las máquinas, sino depende del tamaño de las ideas.
Ejemplos sobran y nacen cada día. Instagram ha desplazado a Polaroid y Kodak como la referencia al hablar de capturar momentos en fotografía, en presencia de marca y también a nivel facturación, cambiando las reglas de un juego que permaneció estático por casi 100 años.
Y ahí radica la explicación del éxito económico que estamos viviendo en Yucatán. Yucatán está de moda, no sólo por sus ventajas estáticas e iniciales, sino por una clara apuesta del Gobierno del Estado para impulsar una economía basada en las ideas y el conocimiento.
La infraestructura del Parque Científico Tecnológico de Yucatán y del Centro de Innovación Heuristic, la creación del Instituto Yucateco de Emprendedores, la Universidad Politécnica de Yucatán y la Secretaría de Innovación, Investigación y Educación Superior, por citar algunos ejemplos, representan decisiones y apuestas que hoy ya están rindiendo frutos y dividendos en materia de empleo, de crecimiento y de atracción de inversiones.
Por supuesto que fueron apuestas arriesgadas, pero como diría Albus Dumbledore, el mago más poderoso de la historia, "No son nuestras capacidades, sino nuestras decisiones lo que nos definen". O como diría Yoda, el maestro Jedi más importante de todos los tiempos, "Hazlo, o no lo hagas, pero nunca te quedes en el intento".
Eso es cierto en mundos mágicos, en galaxias muy lejanas, en el mundo de la economía real y también, es cierto hoy en día en nuestro Estado. Yucatán se define como una entidad con una política económica de vanguardia, que apuesta por la innovación y que avanza con una estructura donde las ideas son la fuerza que mueve a nuestra economía y que están re definiendo algunas reglas del juego, con proyectos verdaderamente innovadores.
[b]Zenzzer[/b] es una empresa que creó un dispositivo que permite registrar, en tiempo real, la cantidad de litros que se cargan en una gasolinería y crea una red social para calificar cada estación de servicio, con un modelo de negocio se basa en empoderar al consumidor. Enjambre es una empresa que transforma la miel para convertirla en polvo, preservando todas sus características en el proceso, dando valor agregado a un commoditie, en el que Yucatán es líder a nivel mundial en términos de producción.
[b]Thermal-Tec[/b] es una tela inteligente que permite, a través de celdas solares alimentadas por luz natural o artificial, incrementar la temperatura corporal del usuario en 10 grados.
[b]Wattbee [/b]es una plataforma de eficiencia energética que permite un consumo inteligente de energía a nivel producción y a nivel doméstico, reduciendo de manera efectiva el gasto en costos de producción y de consumo para todo el mercado.
Esas start-ups innovadoras que están cambiando las reglas del juego en sus mercados son todas yucatecas, incubadas, aceleradas y potencializadas desde las herramientas que el ecosistema local puede proveer y que hoy están compitiendo, facturando y levantando capital en todo el mundo.
Por eso decimos que en una economía de las ideas, en Yucatán, los emprendedores tienen mucho que decir y mucho que aportar, como agentes del sistema económico que quiere cambiar las cosas, innovar y hacer de su talento disruptivo la palanca de desarrollo de su comunidad.
Por eso es importante promover que los actores económicos aprovechen la nueva realidad y las ventajas de la nueva economía de las ideas para ser parte de modelos de negocio que cambien las reglas del juego, escalables y con altas tasas de rentabilidad, pero que al mismo tiempo atiendan causas sociales, transformen el ámbito rural, que se emprenda al interior de grandes corporativos y que con ello se logre que sean las ideas y el emprendimiento lo que siga moviendo la economía del estado.
La tarea es de todos; de los emprendedores sociales, rurales, tradicionales, tecnológicos, educativos, universitarios, innovadores, los que laboran en los corporativos y también los del sector público. Lo cierto es que en una economía con nuevas reglas del juego, la apuesta correcta es lograr que emprendimiento, economía y bienestar sean sinónimos, para seguir diciendo con orgullo que Yucatán está de moda.
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