Jhonny Brea
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Miércoles 31 de agosto, 2016
¡Qué fin de semana más terrible! Todo era preparativo para tragedia: Quincena larga, terminar de pagar útiles, uniformes y zapatos escolares, luego los Leones perdieron sus dos juegos contra los Pericos y para rematar, ¡se murió [i]Juanga[/i]! ¿Por qué, Dios mío?
Ya algo en el ambiente me lo advertía desde la mañana del domingo, cuando me disponía a lavar las camisas del [i]Kizín[/i] y [i]La Cutusa[/i] en la batea; ustedes saben, las labores propias de mi sexo. Bueno, para hacer bien el trabajo programé en el [i]Espotifai[/i] el álbum de la Banda el Recodo en tributo a Juan Gabriel, por sus 25 años de carrera.
Ya andaba entonando [i]Mi fracaso[/i] a la par de Julio Preciado, porque como sabrán, los hombres de verdad, de botas, sombrero, caballo, y bebedores de cerveza light, escuchamos a Juan Gabriel con mariachi o banda, no con Ana Gabriel, y hasta el domingo, preferíamos mil veces ir a un concierto de Juan Gabriel que a uno de Luis Miguel. En fin, ya estaba en la parte de “[i]…Muchas gracias te agradezco/ los momentos de felicidad/ te deseo buena suerte/ porque no me verás ya jamás…[/i]”, cuando mis engendros me sacaron del trance con otro género musical.
Resultó que [i]La Cutusa[/i] y [i]El Kizín[/i] se encontraron [i]The Wall[/i], de Pink Floyd, y ya andaban en la quinta canción del primer disco, cantando en un inglés presidencial algo como “[i]wi don nid no edukeishon[/i], no queremos la Codhey…”, y como padre preocupado, fui a ver qué pasaba; no fuera la de malas que estuvieran conspirando para armar una rebelión para retrasar su reaprehensión, digo, su regreso a la escuela.
“Entiende, papá”, adelantó la nena, “quieren que nos estemos quietos, estudiando y obedeciendo, así no se puede ser feliz”. Ya empezaba a refunfuñar, y el hermanito soltó, “además, ya avisaron que no vamos a poder jugar ni pesca –pesca porque es violento”. La verdad, si algo hizo soportable mi primaria, particularmente el año con la maestra Munra (por aquel personaje de los [i]Thundercats[/i]), era que por unos cuantos minutos del recreo, los niños podíamos convertir el aula en la arena Coliseo o el Toreo de Cuatro Caminos, y entonces El Bebé Valladares imitaba a Lizmark y volaba desde el mesabanco sobre [i]La Rata[/i] Flota, [i]El Pac Man[/i] Collí la hacía del [i]Perro[/i] Aguayo y fauleaba al [i]Toloc[/i] Elías, o un servidor le aplicaba un suplex en todo lo alto al Bizco Pinto. Eso sí, el día que quisimos hacer deporte y jugar futbol americano, vimos a doña Nilda, la directora, levantarse de su asiento por primera vez, y al maestro de educación física corriendo detrás de ella para detenernos.
Aquella vez, la alegría de los niños la interrumpíó el poderoso grito realizado con voz nasal de maestra normalista acreedora a la medalla Ignacio Altamirano: “¡[i]Ni’iniooos[/i], párenle a ese relajito!” Y por querer hacer deporte en lugar de un “entretenimiento violento”, terminamos un rato de rodillas bajo el sol. Y ni Codhey había.
Pero si se va a tratar de estarse quietos, ¡qué terrible época es ésta para ir a la escuela! ¡Eres niño y no te dejan ejercer!
[b]Mérida, Yucatán[/b]
[b][email protected][/b]
La diplomática se reunió con Mara Lezama durante una visita que realizó a QRoo
La Jornada Maya
Informan de explosiones en aeropuerto; varios vuelos fueron desviados
La Jornada Maya
El próximo 8 de mayo se presentarán en concierto Lucero y Mijares
La Jornada Maya
Vila constató el funcionamiento del Centro de Salud en la comisaría de San Ignacio
La Jornada Maya