El desarrollo insensato

Carlos Meade
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Jueves 25 de agosto, 2016

El capitalismo es un sistema económico que sólo prospera a través del crecimiento de los mercados, lo que implica crecimiento de los consumidores, crecimiento de la producción de mercancías y crecimiento de la explotación de los recursos naturales; los renovables, que destruimos y los no renovables, que agotamos. Todo ello está conduciendo al colapso de la especie humana ya que el planeta no puede crecer ni menos satisfacer, a largo plazo, la ambición de los sectores dominantes. Esto es lo que implica el tan cacareado crecimiento económico, sin el cual el capitalismo no puede generar riqueza ni existir.

Como parte de este sistema insensato, el modelo de “desarrollo” en Quintana Roo es característico de los países periféricos, aquellos donde la desigualdad social es mayor y donde la depredación ambiental es parte sustancial de los “costos del desarrollo”. Pero se ha ido más allá, con empresarios mafiosos que conciben el desarrollo como botín de guerra.

Presentamos 5 casos que ilustran nuestro modelo de desarrollo:

1. Calica. Esta empresa ha explotado un área de 25 ha. para la extracción del sascab, un material muy apreciado para la construcción. Durante 25 años, toneladas de este producto se han extraído y llevado a Estados Unidos, pagando cantidades ridículas por los derechos de explotación. El proyecto establece que al término de 25 años la empresa hará la restauración del área convirtiendo la sascabera en un lago y el área circundante en un parque. En vez de cumplir con ese compromiso de restauración, la empresa ahora presiona para obtener una nueva concesión. Esperemos que el comité del Programa de Ordenamiento Ecológico Local de Solidaridad no lo permita.

2. Holbox. A través de este diario nos hemos enterado de los planes para el desarrollo de este antiguo pueblo de pescadores. A pesar de que la isla se encuentra dentro de un área protegida, actualmente existen más de 80 hoteles, la mayoría construidos en los últimos 5 años. Y lo peor es que existen 50 proyectos en obra y que no hay regulaciones claras. Además, los visionarios del desarrollo amenazan con inundar de palafitos la laguna Yalahau. ¿No sería necesario primero actualizar el plan de manejo del área protegida y estimar, en base a los criterios de conservación y manejo sostenible, qué es realmente factible para la isla, antes de querer vendernos la engañosa historia de la generación de empleos a costa de lo que sea? Por fortuna existen grupos organizados que están luchando porque Holbox crezca de manera moderada y sostenible.

3. El Proyecto Manatí Resort. El cenote Manatí, ubicado en una localidad cercana a Tulum conocida como Casa Cenote, no es, en realidad, uno más de los 8 mi cenotes que existen en la península de Yucatán. Este cenote, muy cercano a la costa, está asociado a una caleta, a un manglar y a una caverna sumergida que desemboca en el mar, a pocos metros de la playa, formando un hábitat muy peculiar que cuenta con una diversidad de especies que es única. Hace unas semanas sonaron las alarmas cuando un grupo de buzos escuchó que se pretende construir un Resort con más de 2 mil cuartos sobre este ecosistema tan singular y tan frágil. La buena noticia es que la sociedad civil ha despertado. Una carta dirigida a los inversionistas y firmada por el colectivo Movimiento Cenote Manatí asienta, entre otras cosas: “Somos un enorme y creciente grupo de personas y entidades legales de todo el mundo bien informadas, con suficientes recursos, con preparación, con contactos del más alto nivel, con comunicación estrecha, con organización, con motivación, con pasión y con mucha rabia, listos para pelear una guerra sin cuartel y sin descanso. Los haremos famosos de la peor manera. Seremos su peor pesadilla.

“…no toquen la selva, el humedal, el manglar y sobre todo el cenote. Ese nunca lo consideren suyo. No lo es, los engañaron. Es público. Es de la nación mexicana.”

4. Los desalojos en la costa de Tulum son una nueva vertiente del modelo de desarrollo, que echa mano de fuerzas paramilitares en la disputa por las playas como si fueran el botín de una guerra entre mafias. Un artículo reciente del New York Times concluye que invertir en México es un gran riesgo dada la corrupción, la inseguridad y opacidad en la tenencia de la tierra, la ambigüedad de las leyes y la incertidumbre en su aplicación, que puede derivar en desalojos ilegales a punta de pistola.

5. Para finalizar, la depredación hormiga. El ciudadano común y el pequeño empresario que día a día devastan la selva, rellenan el manglar y contaminan el agua sin que nadie los vigile, mientras los ambientalistas apenas alcanzan a cuestionar algunos de los megaproyectos más agresivos.

Quintana Roo
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