de

del

Foto:

Pablo A. Cicero Alonzo
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

Jueves 25 de agosto, 2016

Como el [i]doctor Insólito[/i]. En días pasados, una asociación con el membrete de ciudadanos, presentó en rueda de prensa unos audios en los que se escuchaba a un legislador yucateco, del PAN, hablar de cifras y porcentajes con otra persona, a la que se le identificó como un constructor. Las voces no daban lugar a dudas: quienes los conocen, los reconocían fácilmente; eran ellos, sin duda. Ese fue uno de los más recientes capítulos de esa historia agridulce que se ha ido publicando por entregas en los medios locales. Esa trama la protagonizan políticos del PAN y está relacionada con el tema de los moches, porcentajes que piden los legisladores a cambio de asignación de obra pública. Tajada, diezmo, si sólo fuera el diez por ciento.

El ilícito está clarísimo en los audios presentados. No hay excusas. Son ellos. Y maquilan una ilegalidad. Desnudos, expuestos, entre la espada y la pared. Y, sin embargo, lo niegan. El legislador ventaneado dijo que no era él, y pidió que “presentaran pruebas de verdad”. Para la opinión pública, esa conversación es prueba contundente. Será casi imposible para sus protagonistas quitarse, después de ese mazazo, el estigma de corruptos. Y así, por un lado, tenemos los ciudadanos una certeza a nuestras eternas sospechas: Los atraparon con las manos en la masa. Por el otro, se encuentra el origen y la legalidad de esa prueba.

La asociación que la dio a conocer dijo que obtuvieron esas grabaciones “de manera anónima”. Es decir, que alguien pasó y se los dejó. No saben quién o se reservan decirlo. Hay una opción: que alguno de los dos protagonistas haya grabado esa conversación y la filtrara, lo que sería ilógico, ya que expondría igual su bajeza. La otra, la más viable, es que un enemigo político del legislador corrupto se las haya dado. Precisamente esta posibilidad, por la que pondría estas manos que teclean al fuego, es la que me preocupa. Desde hace meses se ha conjeturado de un sistema de espionaje operado por las autoridades. Este complejo aparato de escuchas recibiría el nombre de Galileo, y fue expuesto mundialmente por una filtración masiva de los correos de la empresa que lo instala.

El espionaje ha alcanzado límites insospechados. Con aparatos electrónicos que se han convertido en extensiones de nuestro cuerpo, nuestra privacidad está más expuesta que nunca. Los avances tecnológicos han facilitado —y abaratado— la posibilidad de irrumpir en sitios otrora reservados a muy pocos. Antes se requería de casi un ejército de personas lo que hoy realiza un simple software. Un algoritmo es capaz de desnudarnos, en cuerpo y alma. Si un legislador federal, específicamente un senador, está expuesto a este tipo de prácticas, ¿qué tan vulnerables seremos nosotros? Tal vez consideremos que nuestras conversaciones telefónicas, nuestros mensajes por WhatsApp o nuestros correos electrónicos sean intrascendentes… Pero, ¿y si no? ¿Y si en ellos hay resquicios que le permitan a los poderosos hacerse aún más poderosos a fuerza de chantaje, de la extorsión?

No nos queda más remedio. Se ha hecho famosa la fotografía de Mark Zuckerberg, propietario de Facebook, en la que en segundo plano aparece su computadora, a la que le tapó la cámara frontal con una pegatina. Ya no podemos calificar a quienes toman estas medidas de padecer delirio de persecución. La amenaza es real. Muy real. Ellos —sean quien sean— cuentan con una tecnología capaz de ingresar de manera furtiva a tus equipos electrónicos y de acceder a su cámara. Pueden hacer eso y más. Ellos podrían haberme visto mientras escribía estas líneas. Ellos pueden verte mientras las lees. No existe, hoy día, alguien que esté blindado, que sea inmune a estos ojos y oídos entrometidos. No nos queda más remedio que adquirir los equipos de telefonía celular más seguros —los blackphone, disponibles ya en México— y [i]armarlos[/i] con aplicaciones antihackeo —Silent Phone, Silent Circle, White Noise… Tampoco está de más que bloquees la cámara de tu computadora, como Zuckerberg, y que, para temas confidenciales, te cites en un café y dejes el celular en un sitio lejos de ti. Cara a cara. Como en los viejos, buenos tiempos. No es que yo quiera o tú quieras esconder algo, que estemos haciendo algo incorrecto, como ponernos de acuerdo para negociar un moche con un diputado o senador. Es que todo lo que digas o hagas puede ser usado para dañarte. No te espían para protegerte. Al contrario.

****

Sé lo que quiero: Un trago de insurrección en tiempos del pensamiento único. Una pequeña dosis —fría, de sabor intenso, sabrosísima— de inconformismo en un océano de opciones solitarias. Una pequeña revolución, un ir contracorriente, una pócima que, aunque sea por sólo un momento, te transforma de oveja a lobo. Un disiento líquido, un bálsamo, un paréntesis a los monopolios que nos definen. ¡Salud!

Mérida, Yucatán
[email protected]


Lo más reciente

¿EU y China dominarán el medallero olímpico? Estas son las predicciones para París 2024

La proyección de preseas para Estados Unidos es de 123 en total, incluidas 39 de oro

Ap

¿EU y China dominarán el medallero olímpico? Estas son las predicciones para París 2024

Miles de personas evacuadas en Indonesia por erupción de volcán que desató alerta de tsunami

La actividad del monte Ruang obligó a cerrar el aeropuerto internacional Sam Ratulangi

Afp

Miles de personas evacuadas en Indonesia por erupción de volcán que desató alerta de tsunami

Los Pumas quieren vencer al América para seguir siendo dueños de su destino

Los felinos tienen 23 puntos y se ubican en el noveno puesto

Ap

Los Pumas quieren vencer al América para seguir siendo dueños de su destino

Otorgan distintivo morado al Tribunal Electoral de Campeche

El reconocimiento es por sumarse a las acciones para erradicar la violencia de género

La Jornada Maya

Otorgan distintivo morado al Tribunal Electoral de Campeche