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Juan A. Xacur M.
Foto: tintesnaturales.blogspot
La Jornada Maya

Durante la Colonia la llamada Nueva España solamente importaba y exportaba con la Metrópoli. Era un comercio muy activo que no dejó de llamar la atención de otros paises europeos, los cuales permitieron a sus ciudadanos interceptar envíos para apropiárselos ilícitamente; ésta fue una de las causas que originaron la piratería.

“Escoceses, franceses, holandeses e ingleses se lanzaron al mar en busca de galeones españoles y sus riquezas. En la primera mitad del siglo XVII, hacia 1640, el escocés Peter Wallace, con un grupo de piratas, contrabandistas y cortadores de palo de tinte, descubrió un sitio perfecto para esconderse al sur del Río Hondo, en la bahía de Honduras: un río cubierto por una serie de cayos y bajos; ahí desembarcó con 80 hombres que construyeron algunas chozas.

“Aproximadamente en 1670 los piratas ahí asentados se establecieron como cortadores y vendedores del palo de tinte, del que se extraía una resina muy apreciada en la floreciente industria textil inglesa, y que les rendía mayores utilidades que la piratería. El río y la colonia, que pertenecían a la provincia española de Bacalar, más tarde serían conocidos como Belice, nombre que aparentemente es una derivación de Wallace: Wallis, Balis, Balise, Belice.

“En 1713 Inglaterra solicitó permiso de España para que los británicos permanecieran en ese territorio, a cambio de respetar al gobierno de la Corona y sus disposiciones. Ese mismo año se firmó el tratado de Paz de Utrecht entre Inglaterra y España, en el que esta última autorizó el comercio a Inglaterra con sus colonias una vez al año; este comercio se prohibió ocho años después.

“Un nuevo conflicto entre ambas potencias dio lugar al tratado de París (1763) en el que se especificaba claramente que Belice pertenecía a España, pero se autorizaba sin restricciones la extracción del palo de tinte en la bahía de Honduras, en la zona comprendida entre los ríos Belice y Nuevo.

“Otra guerra perdida contra Inglaterra obligó a los españoles a firmar el tratado de Versalles (1783), en éste se reconocía la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica con respecto de Inglaterra, y se señalaba además que los ingleses podían cortar, cargar y transportar productos en el distrito comprendido entre el Río Hondo y Río Nuevo, aunque se advirtió que este territorio pertenecía a España y se trataba sólo de concesionar el usufructo de tales tierras en la bahía de Honduras.

“Con este tratado no sólo se mencionaba por vez primera el Río Hondo como límite de las actividades inglesas en tierras españolas, sino que se legitimó de alguna manera la permanencia británica en un enclave comercial con una influencia enorme en toda Centroamérica. España se vio obligada a ratificar varias veces ese tratado e incluso a ampliar la zona asignada y otorgar permisos para que los ingleses explotaran otros recursos diferentes al palo de tinte, como la caoba, árboles frutales, diversos productos agrícolas y pesqueros.

“Sin embargo se observaron algunas precauciones para impedir el contrabando, Inglaterra se comprometió a no proporcionar armas a los indios de aquella comarca y, asimismo, durante años se vigiló que no se fortificaran los poblados ingleses.

“El último intento por desalojar a los ingleses de Belice, lo llevó a cabo el general Arturo O'Neill, gobernador de Yucatán, quien al mando de cerca de tres mil soldados españoles realizó una expedición que fue derrotada en Cayo Cocina (Saint George Key) el 10 de septiembre de 1798. Esta derrota sirvió de pretexto a la corona británica para proclamar la posesión, por derecho de conquista, de lo que a partir de entonces se llamó Honduras Británica”. (*) Misma que obtuviera su independencia en 1981.

“Durante la Guerra de Castas los mayas alzados comerciaban armas con los beliceños a cambio de maderas preciosas y palo de tinte y parte de la estrategia para terminar la guerra fue poner una aduana en la desembocadura del Río Hondo para cortar suministros a los mayas y la extracción de la riqueza forestal de la zona. Esa aduana fue el Pontón Chetumal, primera vivienda de la ciudad fundada con el nombre de Payo Obispo, y más tarde cambiada a Chetumal.

De lo anterior llama la atención la continua presencia de los “cortadores de palo de tinte”. El palo de tinte es una planta nativa de América de la que se puede derivar los colores púrpura, negro y azul, lo que la hace apreciada para la industria textil y tanto que en 1670 se cotizaba hasta en 50 libras la tonelada.

Producir el color púrpura siempre ha sido muy caro a tal grado que se tomó como símbolo de la opulencia de ahí que los reyes y cardenales de la Iglesia lo tomaran como su distintivo. En la antigüedad se obtenía de los moluscos (caracoles) Murex brandaris y se requería hasta diez mil animales para obtener un sólo gramo.

El palo de tinte vino a facilitar su obtención por parte de los fabricantes de textiles pero ocasionó la fundación del país de Belice y también la fundación de Chetumal.

Una de las interpretaciones de la palabra Chetumal deriva de Chakté, cedro rojo que abunda en la zona.

(*) Enciclopedia de Quintana Roo

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Martes 19 de julio, 2016


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