de

del

Foto:

Pablo A. Cicero Alonzo
Foto: Fabrizio León Diez
La Jornada Maya

Lunes 6 de junio, 2016

Quintana Roo, como un cartón de doce huevos. Ocho pueden votar, pero sólo lo hacen cinco. De estos, uno lo hace por un candidato, y, con lo cerrada de la contienda, los cuatro restantes se decantan, par y par, por otros dos aspirantes: Carlos Joaquín o Mauricio Góngora. Es decir, el próximo gobernador del estado ganará por dos blanquillos… de doce. La reflexión sería igual si utilizáramos porcentajes, cambiando la docena de huevos por los 83 mil 927 quintanarroenses del padrón electoral.

El de ayer, fue el putrefacto colofón de una campaña repleta de irregularidades, donde las descalificaciones se impusieron a las propuestas. Gane quien gane, debe tener en cuenta que la fábrica de lodo pringó a todos y a todo, que Quintana Roo está más polarizado que nunca y que hay muchas heridas que tardarán en cicatrizar. La joven democracia del estado, después de este 5 de junio, no volverá a ser igual.

Con sus dos huevitos en la mano —el pequeñísimo porcentaje que votó por él— el sucesor de Roberto Borge se enfrentará a un escenario totalmente desconocido por los políticos quintanarroenses. Su prioridad será la de legitimarse, y demostrar que está a la altura de las exigencias de sus conciudananos. En la contienda de ayer no sólo estuvieron en juego un gobernador, once presidencias municipales, 15 diputados de mayoría relativa y 10 de representación proporcional. No, ayer se votó por la permanencia en el pasado o por el cambio para el futuro. Y el resultado de esa encrucijada se supo desde mucho antes.

Los que votaron por los candidatos de la oposición e incluso los desencantados que optaron por no optar, demuestran el hartazgo ciudadano al viejo estilo de gobernar, que llevó a Quintana Roo a ser una de las entidades más endeudadas del país, con altos índices de criminalidad; un estado donde hacer negocios es casi imposible, ya que si no te extorsiona el crimen organizado, el mismo gobierno te obliga a pagar permisos inexistentes o ridículos.

Una entidad rehén de sus medios de comunicación: constelación que elogia o denosta, según un tarifario; criada y malcriada desde el mismo Palacio de Gobierno, que pronto cambiará de inquilino. Ese nuevo gobernador, ¿estará dispuesto a continuar fomentando este tipo de prácticas, que nada tienen de periodísticas y mucho de criminal? No sólo representan una sangría al erario, sino un freno a la competitividad del estado.

Esos son sólo algunos de los retos a los que se enfrenta el próximo gobierno, sin olvidar que desde mucho antes de que los ciudadanos se inclinaran por uno o por otro, el fantasma de la anulación ya recorría las elecciones. La agenda informativa de los próximos días estará infectada de titulares reveladores, que documentarán toda la alquimia electoral que se utilizó para favorecer al ganador. Seremos testigos de una guerra de trincheras, desde las cuales se dispararán obuses de descalificativos.

Hay leña de dónde cortar. Las peores prácticas de nuestro sistema para elegir gobernantes se dieron cita ayer. Todas ellas. Desde Yucatán se reportaron camiones repletos para inclinar una balanza demasiado pareja. Ese turismo electoral también incluyó a personalidades, que incendiaron las redes sociales denunciando ilícitos. Demasiado sucias fueron estas elecciones como para sentirnos orgullosos o como para que el ganador clame victoria.

Nadie ganó. Ayer, todos perdimos. Únicamente se puede revertir esa sensación trabajando por Quintana Roo. Hay mucho que limpiar, y se debe comenzar a hacerlo ya. Todos tenemos nuestra parcela de responsabilidad; lo único que no hay que hacer es quedarse cruzados de brazos y esperar a que estos vergonzosos hechos se repitan. Un bautizo de fuego, un doloroso parto fue lo que se vivió ayer. Las malas noticias saltaban como peces en un estanque envenenado, y nuestra capacidad de asombro competía con la del enojo. A pesar de que los quintanarronenses, como los mexicanos, hemos sido testigos desde nuestro nacimiento de malas prácticas electorales, no por eso dejó de indigestarnos lo que vimos ayer. Tuvimos un empacho de irregularidades.

El estado se merece más. Y es nuestro deber hacérselo ver a quien resulte ganador de esta contienda. Nuestra responsabilidad como ciudadanos no feneció al colocar nuestro voto en esa urna transparente y opaca, contradicción misma de nuestra endeble democracia. Esos malos gobiernos, lastres de nuestro avance, en lo general y en lo particular, deben desaparecer. Quintana Roo no puede seguir siendo un estado lumpen, referencia contradictoria de bellas playas y corrupción política, gobernado por la ocurrencia y vulgaridad. El futuro de quien resultó con más votos ayer comienza a erigirse hoy. De él depende ya pasar a la historia como un paria o como el gobernador que compuso el errado rumbo de la política quintanarroense; a la deriva, náufraga de ideales y propuestas.

[email protected]
Mérida, Yucatán


Lo más reciente

Esta antigua serpiente de India pudo haber sido más larga que un autobús y pesado una tonelada

El coloso recién descubierto vivió hace 57 millones de años en pantanosos bosques del país

Ap

Esta antigua serpiente de India pudo haber sido más larga que un autobús y pesado una tonelada

El mexicano Rodrigo Prieto y el actor Ethan Hawke colaboran en nuevo video de Taylor Swift: 'Fortnight'

La canción es parte de su recién estrenado álbum doble, 'The Tortured Poets Department'

Efe

El mexicano Rodrigo Prieto y el actor Ethan Hawke colaboran en nuevo video de Taylor Swift: 'Fortnight'

Encuentran cuerpo de candidato a la alcaldía de San José Independencia, Oaxaca

Su esposa, la actual presidente municipal, fue hallada con vida

La Jornada

Encuentran cuerpo de candidato a la alcaldía de San José Independencia, Oaxaca

Noboa declara nuevo estado de excepción ante crisis energética en Ecuador

Dispuso la movilidad de militares para garantizar la seguridad de las instalaciones del sector

Reuters

Noboa declara nuevo estado de excepción ante crisis energética en Ecuador