de

del

Foto:

Pablo A. Cicero Alonzo
La Jornada Maya

22 de enero, 2016

Este fin de semana se pronostica la entrada de un nuevo frente frío a la península de Yucatán, que ocasionará que mañana sábado los termómetros desciendan hasta los diez grados. Pasado mañana, domingo, el frío se sentirá aún más, ya que se espera que el mercurio marque seis grados; calará los huesos. La extraña canícula invernal concluyó.

El inusual calor que sufrimos en estos meses no es exclusivo de nuestra región. Según un reporte dado a conocer ayer, 2015 fue el año más caliente de los que se lleva registro, es decir, desde 1880. La Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) y la NASA especificaron que la temperatura de 2015 fue de 14.79 grados centígrados, lo que superó a 2014 por un margen récord de 0.17 grados centígrados. Eso es 0.91 grados centígrados arriba del promedio del siglo 20.

Agorero del desastre, le escupían, por ejemplo, a Al Gore, quien desde hace una década venía anunciando estos cambios. Negacionistas, veían desde la comodidad de la casa, clausurada con clima artificial del infierno exterior a Yanet García, quien con su minifaldita banalizaba sobre el clima. De este tema sólo les importaba cómo el atlético cuerpo de la chica de la televisión desafiaba temerariamente a la gravedad.

Distraídos por las curvas de infarto de Yanet, ante sus ojos se levantaron inmensos complejos urbanísticos, se talaron parques, se traficaron maderas. Frente a sus narices se presentó el proyecto turístico del malecón de Tajamar, en Cancún, que borró con maquinaria pesada un ecosistema valiosísimo.

Fue hasta hace poco que la epidemia de la sinrazón comenzó a ceder, y se escucharon voces que denunciaban atentados contra la naturaleza; cada tala de árbol en Mérida se convirtió en un Vietnam en las redes sociales; cada cuenta de esos medios, en una trinchera.

Las autoridades, entonces, reaccionaron. Hasta hace poco cómplices de la devastación —firmaron los permisos, dieron luz verde; dejaron hacer y deshacer, previa negociación—, se dieron cuenta que una creciente consciencia ambientalista germinó en la ciudadanía, en sus votantes.

Más preocupados por la próxima elección que por la próxima generación, las autoridades comenzaron a pintarse de verde y a repetir en sus discursos palabras como “sustentabilidad”. En muchos casos, la pantomima funcionó, en otros no, como ese patético club de empresarios que se prostituye bajo las siglas PVEM.

Falta muchísimo por hacer, y no tenemos tiempo. También esta semana destacaron las declaraciones de Stephen Hawking, una de esas raras inteligencias que iluminan un siglo, como cometa errante. El físico sostiene que a este paso estamos es inevitable la destrucción de nuestro hogar, y que todavía nos falta un siglo para tener la tecnología para colonizar otros mundos. Al final, el apocalipsis era esto; los jinetes somos nosotros.

Aquí, en Yucatán, Eduardo Batllori Sampedro, secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, se pasea como Juan el Bautista, y no por su esbeltez, tomando en cuenta que el primo de Jesús también parecía faquir, al tener una dieta de saltamontes. Una de las dependencias estatales con menos presupuesto es precisamente la que dirige Batllori Sampedro, quien tiene que hacer milagros para lograr cambios.

La creación de una unidad municipal de sustentabilidad es una buena noticia, tanto para Batllori Sampedro, quien cuenta ya con una dependencia de otro nivel para trabajar de manera conjunta, como para los meridanos. Sin embargo, falta mucho para que la oficina liderada por la recursóloga Sayda Rodríguez Gómez cuaje. O, dicho en los términos que ellos utilizen, germine, florezca y dé frutos.

Además de hacer, hay que deshacer. Gran parte del suicidio colectivo que con entusiasmo estamos realizando tiene su origen en el descontrolado y explosivo crecimiento de las ciudades. La avaricia inmobiliaria lo ha contaminado todo: febriles de dinero, las autoridades han otorgado cientos, miles de permisos de construcciones que no tienen en cuenta el impacto ambiental.

El caso quintanarroense de Tajamar es uno de ellos, pero también aquí, en Mérida, son patentes esos endosos de destrucción. Fuimos testigos, hace unos días, de cómo el Ayuntamiento de Mérida tuvo que dejar sin efectos el permiso que había otorgado la administración anterior y que afectaba a vecinos de la Colonia México. Ahí también se encuentra el epicentro de la corrupción en este aspecto, y tiene forma de gasolinería.

Llegan dos días de fresco después del año más caluroso en ciento treinta y cinco. Titiritamos no de frío por esos anunciados seis grados, sino de miedo por la desolación que viene. Mientras se prepara la arca para Marte, se puede, por ejemplo, combatir a la corrupción de la que son cómplices autoridades y empresarios. Un caso puntual en Yucatán es el de Punta Laguna, en Valladolid, del que La Jornada Maya ha informado puntualmente, con nombres y apellidos, tanto del ecocida promotor como de las autoridades que lo protegen; un Tajamar en potencia. Si no se toman las medidas ahora, de poco servirán después los lamentos —vía retuits o compartiendo quejas y denuncias en Facebook. Ahí radica la diferencia.


Lo más reciente

¿Y las mujeres?, la pregunta detrás del proyecto que repinta la historia de Uruguay

'Libertadoras' estimula la reflexión sobre las desigualdades de género en paredes del Museo Nacional

Efe

¿Y las mujeres?, la pregunta detrás del proyecto que repinta la historia de Uruguay

La humildad en su máxima expresión: Lavatorio de pies en el Cereso de Mérida

El obispo Pedro Mena Díaz representó a Jesucristo en este Jueves Santo

Astrid Sánchez

La humildad en su máxima expresión: Lavatorio de pies en el Cereso de Mérida

Linchan a mujer por presunto asesinato de una menor en Guerrero

Alrededor de 300 pobladores también arremetieron contra dos hombres

La Jornada

Linchan a mujer por presunto asesinato de una menor en Guerrero

Soldados israelíes juegan con ropa interior de palestinas en redes

FDI investiga los incidentes que se desvían de ''las órdenes y los valores esperados''

Reuters

Soldados israelíes juegan con ropa interior de palestinas en redes