de

del

Óscar Muñoz
Foto: Christian Rasmussen
La Jornada Maya

13 de enero, 2016

[i]Varias filas de escarabajos desfilan en marcha fúnebre por el desfiladero que lleva a las faldas del monte de Venus. Al compás de un tiempo hilado, tejen sus veredas alejadas de [/i][i]la orilla oscura y profunda a punta de aguja despuntada. La procesión insectivante anima a Jepri hacia Osiris, iluminada de una sola puntada. Pero antes habrán de pasar [/i][i]por los bordes de la vida y algunos de los insectos perderán patas; otros, costados izquierdos con todo y corazón, y otros tantos perderán la cabeza y se quedarán en medio de [/i][i]una locura deshilvanada. El conjunto uniforme de coleópteros que custodian a Ra Men Kepher lo acercan a su muerte para asegurar su resurrección. El dios escarabajo no es [/i][i]más que Gregorio Samsa a punto de renacer. Y son los custodios quienes se desbordan a sí mismos para conseguir amortajar a Ra con lino fino del Nilo, abordar la muerte y [/i][i]rebordar una nueva vida. ¡Salve y aleluya para su alma amortajada de lino peinado![/i]

Elena Martínez Bolio ha logrado diseñar una blusa verdaderamente mítica al crear una imagen múltiple de Jepri (el dios Sol entre los egipcios de la Antigüedad), quien representa la transformación de la existencia. Los escarabajos encarnan a Jepri, aunque multiplicado infinitamente en sus transformaciones: resurrecciones entre los mortales. Los escarabajos son cada una de sus resurrecciones, como el día y la noche, que arriban y sucumben a un ritmo cósmico. La delicadeza de los escarabajos está evidentemente trazada por las delineaciones de Elena en su creación: cada insecto es único, ningún otro se le asemeja. Aunque es una multiplicación transformativa de la vida de cada Jepri, que nace y muere cada día, cada escarabajo mantiene su propia personalidad mítica.

Por otra parte, si los escarabajos representan a Jepri, y consecuentemente simbolizan la eternidad misma, Elena crea una pieza protectora de las enfermedades y los males: una especie de escarabeo (amuleto de vida). Con este poder del Sol naciente que representan los escarabajos, Elena ha conseguido extraer de la muerte misma a Ra para investir a la portadora de la pieza y otorgarle protección. Como una mortaja divina, la blusa protegería a la persona de la muerte al otorgarle la posibilidad de resucitar y alcanzar la vida eterna. Posiblemente Aura, la personaje sublime creada por Carlos Fuentes, bordaba cada noche sus propios escarabajos, a veces en las sábanas con que dormía, a veces en las blusas con las que pasaba el día.

Lo que importa verdaderamente de esta blusa escarabajera de Elena es su poder protector para quien la porte. El valor agregado de la blusa desbordada de coleópteros está en su fuerza de amuleto. Estos escarabajos peloteros, que son los insectos adorados por los egipcios, empujan con sus cabezas la iluminación helénica, como Sol naciente, que otorga un brillo deslumbrante a los colores del huipil y le permite una transformación existencial única: Ra en la mañana y Jnum en la noche.

Toda una familia coleóptera envuelve el cuerpo de la mujer del huipil: los escarabajos Hércules, los más grandes de todos, al frente de la comitiva; los escarabajos rinocerontes, como lanceros defensores de la madre patria, a los costados; los escarabajos tigre, depredadores de los insectos intrusos, al centro de la pieza. Todos ellos, unidos por siempre en una sola imagen multiplicada al infinito, conforman el amuleto de la vida, el retorno a la vida. No hay que olvidar que Jepri, creado de sí mismo por él mismo, es el símbolo de la vida eterna, pero a través de las múltiples transformaciones de la existencia. De ahí que los diversos escarabajos que marchan uniformes y deformes sobre el textil del huipil son uno solo, como el único amuleto verdadero de la vida. Y la mujer que lo porta, se comporta como mujer eterna, como feminidad única y absoluta del universo.

En consecuencia, el huipil maravilloso de Elena es la representación simbólica del rito funerario que festeja la vida. De la muerte a la vida, que tan sólo es una transformación de la existencia. Por eso, los escarabajos son tristes y alegres en un solo gesto; por eso también los escarabajos son insignificantes insectos aterradores; por eso, finalmente, los escarabajos son los emisarios de la dualidad muerte-vida, que no es otra cosa que la existencia misma.

Entre las diversas creaciones de Elena Martínez Bolio siempre han destacado las blusas y los huipiles. Sin embargo, ella ha creado otras maravillosas prendas para otro tipo de uso, como sábanas, camisas, faldas, manteles, todas ellas llenas de imágenes únicas y magia envolvente. Y entre otras imágenes insectivantes que imprimen expresiones artísticas, sobresalen los insectos, todos ellos protagonistas de otras historias y mitos, de otros ambientes y hechizos.

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