El tren maya pasará frente a mi casa

Foto y Texto: Otto von Bertrab
La Jornada Maya

Jueves 13 de diciembre, 2018

A pesar de que va a afectar directamente mi forma de vida personal y profesional, estoy dispuesto a ponerme tapones en los oídos con tal de que se haga bien. Estoy consciente que un proyecto de estas características bien pensado puede traer enormes beneficios para la sociedad, pero si no se toma en cuenta la opinión de los expertos podría ser una obra con un alto riesgo financiero de terribles consecuencias ecológicas.

Propongo analizar a detalle el proyecto, sobre todo sus vulnerabilidades: las amenazas y los riesgos que puedan identificarse.

Yo vivo justo en la carretera Cancún-Mérida, en un tramo de Selva Alta donde abundan las aves endémicas y es paso de muchas especies migratorias y aun se pueden ver prácticamente todas la especies que habitan en la zona: desde evidencia de paso de puma y jaguar, hasta micos de noche, ardillas, mapaches, tepezcuintles y coatíes.

El desarrollo urbano de Cancún me está alcanzado pero yo he decidido que mi hectárea de selva, en tierra Ejidal, la dejaré como un espacio de conservación, un especie de santuario que brinde servicios ambientales a la comunidad. Quiero aclarar que vivo por definición en la marginación: No recibo servicios públicos por lo cual tengo que generar mi propia electricidad por medio de paneles solares, obtengo mi agua de pozo y le doy tratamiento a mis residuos a través un proceso de biodigestores y humedales; separó, reutilizó y recicló mis desechos. Intento llevar una vida sustentable y demostrar que se puede vivir con armonía en la naturaleza.

Actualmente la carretera tiene un derecho de unos 20 metros de vía, seguramente a mí, o mi vecino de enfrente, le tendrán que expropiar o comprar su terreno, o como lo escuché recientemente: nos van a hacer socios del tren. Lo acepto, por el bien común, sacrifico un pedazo de mi santuario, un espacio en mi casa, acepto tener que escuchar al tren pasar cada hora, por el día con pasajeros y por la noche con la carga, no me gusta, pero lo acepto. Sólo pido que se haga bien, que sea una construcción con la mejor tecnología y que tome en cuenta todos los aspectos vulnerables como son: Zonas de Selva alta, pasos de fauna silvestre, vestigios arqueológicos, comunidades aledañas y cuerpos de agua.

La península de Yucatán es una gran placa de selva caliza rodeada por océanos. La zona central que abarca desde la Reserva de Calakmul hasta la zona denominada Sierrita Puc, es el área de captación de lluvia y principal centro de recarga del acuífero que se esparce por los cenotes y ríos subterráneos en todo la extensión de la península.

Quintana Roo tiene la red de ríos subterráneos más extensos del planeta, en los últimos años se han realizado exploraciones por buzos y espeleólogos y la red del acuífero cada día nos impresiona más. No sólo por el hecho de garantizar el agua que sustenta la vida en la región y que es el reservatorio de agua dulce más grande del país, sino que estos ríos son un atractivo turístico único, sin duda un patrimonio de la humanidad.

El tren maya va a pasar sobre gran cantidad de Ríos Subterráneos, sobre todo en el tramo Playa del Carmen-Tulum, en esta franja, donde ya existe información topográfica de la localización y características de estos ríos se tienen que hacer estudios no solo de resistencia de suelos sino también de vibración y analizar todos los posibles efectos que el paso de una vía de tren pudieran tener. No vaya a ser que por pretender crear un atractivo turístico le demos en la torre a muchos, Dios no quiera que sacrifiquemos una parte de nuestro patrimonio, la riqueza que representan nuestros ríos subterráneos, y que se construya un tren que no esté a la altura de los mejores del mundo.

Estoy de acuerdo con el tren, incluso estoy dispuesto a sacrificar una parte de mi patrimonio personal; la paz y tranquilidad en la que vivo, todo sea por el desarrollo ordenado, por una mejor derrama turística y por una mejor vialidad. Lo acepto, pero por favor no dejemos de insistir en la creación de la Ciclovía Maya. A través de una ciclopista paralela al tren se podrían mitigar algunos de los efectos negativos. Yo, y muchos habitantes de la franja impactado por las vías podríamos salir de casa seguros en bicicleta y pedalear hasta la estación más cercana. Podré dejar de utilizar automóvil y comprobaría que es posible vivir de manera sustentable.

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