Discurso a nombre de los recipiendarios*

José Luis Domínguez
Foto: Archivo La Jornada Maya
La Jornada Maya

Miércoles 12 de diciembre, 2018

De los griegos y romanos, bisabuelos de nuestra cultura, hemos heredado muchas cosas, pero quizá una de las más importantes es el derecho a ser CIUDADANOS. Ciudadanos del mundo, sí, en un contexto globalizado; orgullosos ciudadanos de un magnífico país biodiverso y multiétnico; ciudadanos en una entidad que abrazada al resto de los estados de la federación conforma el mosaico nacional; ciudadano de esta región que constituye aún la esperanza para muchos otros habitantes del continente, pero sobre todo, CIUDADANO DE ESTA INIGUALABLE CIUDAD DE MÉRIDA, LA DE YUCATÁN.

No obstante haber nacido en la capital del país, me he formado como ciudadano emeritense, desde los 12 años, hace casi 60. Aquí, en Mérida, me eduqué; acá en esta Emérita ejemplar aprendí a respetar a los otros ciudadanos que no piensan como yo, que se visten y se comportan en forma diferente, o que tienen creencias distintas a las mías. Como universitario le he apostado a la educación ciudadana y como antropólogo, valoro cada elemento de nuestra ancestral cultura nacional y regional; disfruto desde el sabor de un buen taco de cochinita, hasta la defensa colectiva de los cenotes; aprecio la comodidad de un calzado bien reparado según la sana tradición de nuestros zapateros, tanto como disfruto de un periódico cuyas fotos y gráficos, lo ilustran de tal forma que nos ayudan a entender y complementan la noticia.

Y, por otra parte, como ciudadano que ya cuenta con más décadas que los dedos de una mano, y que por consiguiente, que ha visto y compartido diversas administraciones municipales, me preocupa profundamente el crecimiento de la ciudad, el costo de sus servicios tanto como la salud de aquellos que, por distintas razones, no tienen acceso a ellos, particularmente los que han sido golpeados por el flagelo del cáncer o el VIH o son afectados en sus derechos por tener alguna discapacidad. Me siento corresponsable de los males que aquejan a esta nuestra ciudad enferma de gigantismo y necesitada de mercados, de más jardines y bibliotecas, de mejores transportes y de más espacios lúdicos, al tiempo que intento sumar mi pequeño grano de arena a esta numeroso ejército integrado por asociaciones civiles, instituciones públicas y una que otra empresa responsable, que convergen en favor de la ciudadanía emeritense y trabajan junto con sus munícipes, en el fomento de valores ciudadanos.

Por eso, celebro que este Ayuntamiento que preside por segunda vez el C. Renán Barrera Concha, junto con su H. Cabildo, haya lanzado esta convocatoria en pro de la ciudadanización de los meridanos. Es como una botella lanzada al mar que algunos alcanzamos a ver. Muchas gracias por haberse fijado en nuestra modesta contribución, aunque ahora sabemos que atrás de nosotros siete hay muchos ciudadanos deseosos de responder a este llamado que rebasa partidos y banderías.

Somos muchos los ciudadanos que en distintos campos de la vida humana: en el de la buena alimentación, en el cuidado responsable de los bienes de consumo, en la defensa de la sustentabilidad, así como en la prevención de la salud, al igual que en el fomento a la lectura en espacios amables o en la búsqueda de una información más clara de la noticia, y en el acceso de todos a los bienes de la cultura, queremos seguir respaldando con nuestras acciones cotidianas, las iniciativas de nuestras autoridades municipales. Aquí estamos sólo siete personas. Me han pedido que hable a nombre ellos, a sabiendas de que nosotros mismos no estamos solos, sino que sólo representamos el esfuerzo de colectivos o instituciones en los que trabajamos. Pero también, siendo conscientes de que existen miles de ciudadanos comprometidos y desde sus distintas trincheras, están empeñados en el mismo objetivo de fomentar los valores ciudadanos.

Agradezco el reconocimiento que el H. Ayuntamiento nos otorga hoy y que comparto con el representante de la empresa gastronómica La Lupita; con Vidal Arturo Quintal Sanmiguel de la tradicional reparadora de calzado Ruben´s King; con el noble grupo filantrópico Red de Personas Afectadas por el VIH (Repavih); con el popular artista de la lente Isidro Ávila Villacís; con Javier Enrique Sosa Escalante, promotor profesional de la sustentabilidad; con los miembros del colectivo cultural Ceiba Flava, y junto con ellos, a nombre del colectivo de la Casa de Libros JGB hacemos público nuestro compromiso.

En mi caso, como fundador y representante del colectivo de la Casa de Libros José González Beytia, debo decirles que se trata de una experiencia construida por jóvenes universitarios y sostenida ya por más de diez años, consistente en el fomento de la lectura y el uso y préstamo de los libros de papel. En este centro cultural, situado en las inmediaciones del nuevo Centro Internacional de Convenciones, hemos ofrecido a los habitantes de esta ciudad la oportunidad de conocer los últimos conocimientos generados en las distintas ramas del saber, a partir de charlas de divulgación científica y pláticas sobre temas históricos. En ellas damos a conocer lo que hacen nuestros estudiantes e investigadores de universidades y tecnológicos a todos los sectores de la sociedad. Se trata de un sitio amable donde se reúnen, lo mismo jubilados para discutir los grandes problemas nacionales, que inspirados escritores jóvenes, quienes en formato de taller comparten y corrigen sus creaciones. Ahí, a la Casa de Libros JGB también han acudido muchos estudiantes a preparar sus exámenes finales o a redactar sus tesis. Invitamos a todos a conocer nuestro sitio físico y virtual: Casa de Libros José González Beytia, quien, por cierto, fue un gran maestro que, además de ser educador y gran lector, fue un gobernante de este estado que se preocupó por el fomento de los valores ciudadanos a través de la educación y el fomento a la lectura.

Quiero terminar con una reiterada gratitud -tanto a título personal como a nombre de mis otros seis compañeros recipiendarios- a las autoridades que hicieron posible este concurso, y hago votos para que los estímulos que esta tarde recibimos sean semilla mejorada de procesos continuos de ciudadanización, que redunden en beneficio de nuestra querida CIUDAD DE MÉRIDA. Muchas Gracias.

*Discurso pronunciado por José Luis Domínguez Castro el 10 de diciembre en la entrega del Premio Ayuntamiento 2018 a la cultura ciudadana.

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