José Adrián y el horror en Xcan

Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: AmnistíaInternacionalMexFB1
La Jornada Maya

Miércoles 5 de diciembre, 2018

La secretaria general de Gobierno, María Fritz, resultó “sorprendida” al conocer los detalles del salvajismo y la brutalidad con la que fue torturado y vejado el niño yucateco maya, José Adrían, en Xcan, comisaría de Chemax, en 2016. Yucatán, la excepción mexicana según los gobernantes y empresarios yucatecos, la Suiza tropical, reveló parte de sus entrañas podridas al mundo.

José Adrián fue detenido arbitrariamente, golpeado, torturado y su familia extorsionada. Es uno de los dos casos citados por Amnistía Internacional sobre Yucatán en su informe Falsas Sospechas, Detenciones Arbitrarias por la policía en México, presentado en 2017.

El otro caso citado en el informe de Amnistía es el de la brutalidad policíaca con la fue reprimida la población de Chablekal en 2016, por órdenes del entonces gobierno del ex gobernador Rolando Zapata Bello.

Según la narración de Amnistía Internacional y de la organización de derechos humanos Indignación, José Adrián, un niño maya de 14 años, quien tiene una discapacidad que le impide escuchar adecuadamente, salió de la escuela secundaria y caminó de regreso a casa el 25 de febrero de 2016 en Xcan, su pequeña comunidad en la parte más oriental del estado de Yucatán.

Pero ese día hubo una riña entre algunos jóvenes y un auto patrulla resultó supuestamente apedreado. El hermano de José Adrián se dio cuenta de lo que había ocurrido y fue a buscarlo para asegurarse de que regresara a salvo a casa, pero José Adrián ya había sido arrestado por policías municipales, que lo detuvieron en la calle, acusándolo de haber dañado la patrulla, pese a que él no estaba allí cuando sucedieron los hechos. José Adrián fue el único detenido por la supuesta lapidación de la patrulla, como si se tratara de una policía de ocupación en Medio Oriente.

Cuando los policías arrestaron al menor de 14 años no le explicaron qué estaba pasando ni por qué lo detenían, tampoco llamaron inmediatamente a su familia. En cambio, lo golpearon, lo arrojaron contra la patrulla y le pisaron fuertemente el cuello; le quitaron los zapatos, la camisa y lo esposaron. En esas condiciones fue subido a una patrulla y llevado a la cercana población de Chemax. Al llegar ahí, lo colgaron por las esposas en la parte alta de una pared y fue golpeado y amenazado para que se incriminara. Lo amenazaron diciéndole que pasaría muchos años allí. José Adrián recordó: “Me tiraron, me pisotearon… me metieron en un calabozo”. Él sufrió varias lesiones, sobre todo en el cuello, que tomaron días en sanar y la atención médica que le brindó el Estado fue deficiente. Así lo narra el reporte de Amnistía Internacional e Indignación.

[b]Atisbo a los horrores[/b]

Esto es un atisbo a los horrores que ocurren en las cárceles del estado, y en particular en las cárceles municipales.

Según el reporte, unas horas después llegaron los padres de José Adrián, quienes, para poder liberarlo, se vieron forzados a firmar un convenio ante un “juez de paz”, donde se comprometían a pagar 2 mil 500 pesos por “los daños ocasionados a la patrulla”, además de una multa de 700 pesos. Si los padres no pagaban el monto requerido, las autoridades amenazaban con encarcelar a José Adrián. La familia pudo juntar el dinero de la multa y las autoridades acordaron que pagarían los supuestos daños en plazos. La familia interpuso una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán y ante la Fiscalía del Estado, pero hasta ahora no hay avances en la investigación y nadie ha sido sancionado.

La CODHEY, como en muchos otros casos, demuestra su actuar por lo menos cuestionable. De la fiscalía, ni hablar. Se espera un cambio con el nuevo gobierno, ya que como dijo la directora de Amnistía Internacional y los representantes de Indignación, el nuevo Ejecutivo está en la posición de iniciar reformas y un nuevo camino, no sólo para reparar parte del daño sufrido por José Adrían y su familia, sino para transformar las instituciones del Estado, las que con Rolando Zapata fueron no sólo omisas, sino claramente cómplices.

[b]Escuchar[/b]

Un primer paso, fundamental, fue escuchar. Lo que hizo María Fritz. Amnistía Internacional pide que los protocolos policiacos cuando haya una detención, sean homologados en el estado, por ejemplo.

Pero hay que insistir en que los policías que torturaron a José Adrián se fueron impunes. No hay diligencias ni investigación alguna en la Fiscalía. Y lo peor, no hay ruta de reparación del daño cometido a José Adrián y a su familia, los que aún padecen el descrédito en la comunidad.

Fundamental es romper con el círculo perverso que nos atenaza de la impunidad en el país, señala Amnistía Internacional. El gobierno que empieza, tiene una gran oportunidad para cambiar de la ruta de corrupción e impunidad que caracterizó a la anterior administración..

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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