de

del

Raul Benet
Foto: Grecia Mariel Gutiérrez Lara
La Jornada Maya

Lunes 26 de noviembre, 2018

El manifiesto que firmaron cientos de científicos y organizaciones civiles solicitando al presidente electo la no realización de la inminente consulta sobre la construcción del tren maya, es un llamado sensato y respetuoso a revisar los proyectos profunda y juiciosamente dentro del marco institucional y legal vigente, y desde una perspectiva integral.

Se trata de reivindicar y hacer valer instrumentos legales tales como la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección Ambiental, la Ley de Desarrollo Forestal Sustentable, la Ley Orgánica Municipal y la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de los convenios internacionales como la Convención de Diversidad Biológica, el Convenio 169 de la OIT y el sistema de Reservas de la Biósfera entre muchos otros.

Tanto los temas de derecho indígena como los relativos al medio ambiente, particularmente la biodiversidad y el agua, revisten importancia en la región del sureste mexicano, poblada por comunidades indígena mayas y cubierto por una de las selvas de mayor relevancia biológica y cultural del mundo, que además tiene corredores ecológicos fundamentales, como la ruta del jaguar, y cuerpos hídricos sensibles y críticos, como los cenotes y las dolinas.

Es una demanda sensata, básica y expresada de manera respetuosa y constructiva, pero que ha sido recibida por el presidente electo de manera poco afortunada, como lo muestra el haber descalificado a los firmantes del manifiesto en una histórica entrevista con la periodista Carmen Aristegui, señalando que desconocen el proyecto y la región, el haber desacreditado el método de elaboración del propio manifiesto, e incluso aplicar a sus promotores un apelativo despectivo: los “abajofirmantes” del que posteriormente se disculpó. Sin embargo, sostuvo que los cuestionamientos de los científicos y organizaciones civiles se derivan de la ignorancia, y tal vez lo más grave, que los científicos, académicos, periodistas, investigadores e incluso funcionarios de instituciones oficiales son una élite, y que se tienen que acostumbrar a que su opinión no es importante. Entonces ¿para qué queremos instituciones, para qué queremos científicos? Y su señalamiento de que desconocen el proyecto es también injusto, pues en realidad no hay un sitio donde se puedan consultar a fondo los estudios de impacto ambiental y otros documentos necesarios para estar bien informados sobre el proyecto del tren maya.

La defensa que hizo López Obrador del trazo de las vías me parece bastante aceptable. Una parte irá por la vía del tren que ya existe, o que existió, otra por la gran brecha abierta a lo largo de la selva para el tendido de cables de alta tensión; otros tramos corren junto a las carreteras, todo lo cual significa que en sí el trazo mismo y la obra no necesariamente tendrán un impacto ambiental muy significativo además del que ya tuvieron en el pasado. Me pareció también muy relevante que señalara que el tren no atravesará la reserva de la Biosfera de Calakmul en Campeche, pues correrá por el estrecho trazo de la carretera que va desde Chetumal a Escárcega, pasando por Xpujil. Aunque es poco creíble, me sorprendió su compromiso de no tirar un sólo árbol en todo el trazo. Creo que se tirarán algunos árboles, pero esto no será el problema mayor.

Donde veo el mayor impacto social y ambiental no es en la construcción ni en el trazo, sino en el modelo de desarrollo que se persigue. El tren tendrá tres propósitos principales: promover el turismo a gran escala, desarrollar infraestructura para el transporte de materias primas y mercancías, y facilitar el transporte de las personas.

El “gran turismo” ha demostrado ser sumamente destructivo y excluyente. El establecimiento de estaciones de tren en Xpujil, Bacalar y otros “destinos turísticos”, de no diseñarse e instrumentarse cuidadosamente, previsiblemente estará acompañado de la especulación inmobiliaria y el cambio de uso de suelo para erigir todo tipo de oferta turística privada y depredadora, como ya se ve en torno a Playa del Carmen, Cancún, Xcaret, Tulum e incluso en lugares que permanecían bien conservados hasta hace poco, como Xian-Kan, Mahaual, Bacalar y el mismo Xpujil.

El segundo uso del tren, el de movilidad de mercancías y materias primas, también es preocupante por sus previsibles impactos socioambientales. Los estados por los que correrá el tren tienen en común que son donde más pérdida de cobertura forestal hay, causando la pobreza de las comunidades mayas que dependen de la selva.

La pérdida de selvas está directamente relacionada con los negocios de producción de aceite vegetal industrializado derivado de la palma de aceite y de monocultivos como la soya, además de la caña de azúcar y otras actividades de agricultura mecanizada, así como la producción de millones de toneladas de carne de cerdo. También las plantaciones forestales privadas para la producción de celulosa forman parte de este esquema. Sin duda los grandes capitales que manejan esas actividades estarán entre los principales beneficiados de contar con una vía de tren para movilizar sus mercancías, pero no es claro si esto beneficiará a las comunidades locales por la derrama económica y la generación de empleos, o si acabará por destruir sus medios de vida y despojarlos de su territorio.

El verdadero impacto del tren maya no es su trazo ni su construcción, sino el modelo de desarrollo que entraña, que es el del gran turismo y la agro industria privada, y eso es lo que vale la pena evaluar, discutir y valorar. La cuarta transformación pretende terminar con el depredador e injusto modelo económico neoliberal que acumula riqueza en pocas manos y pobreza en muchas, pero ¿cómo promovemos el bienestar de las regiones más marginadas, cómo superamos la pobreza y la desigualdad, sin destruir el ambiente, sin agotar los recursos naturales, sin calentar más el planeta, y sin erosionar los derechos y los territorios de las comunidades indígenas?

Esos son temas que hemos de analizar, preguntas que hemos de responder, propuestas que hemos de sopesar, y para esa discusión hace falta no sólo la valiosa opinión de ciudadanos honestos y funcionarios visionarios, se requieren estudios, especialistas con una visión crítica e independiente, profesionistas, científicos, historiadores, abogados, y también un tiempo de calidad, y se requiere respetar la ley y las instituciones que tanto trabajo nos ha costado construir. Si no queremos que a la cuarta transformación se la lleve el tren, es necesario escuchar con seriedad y respeto a los abajofirmantes y tomar en cuenta su legítimo llamado.

[b][email protected][/b]


Lo más reciente

A fin de fusionar deporte y cultura, parisinos se alistan para los Juegos Olímpicos entrenando en el Museo del Louvre

Los participantes asistieron a cuatro sesiones de 10 minutos de distintas disciplinas en salas icónicas

Reuters

A fin de fusionar deporte y cultura, parisinos se alistan para los Juegos Olímpicos entrenando en el Museo del Louvre

Invita escuela Kóokay a rally ecológico en Playa del Carmen

Comenzó el 20 y finalizará hasta el día 28 de abril

Rosario Ruiz Canduriz

Invita escuela Kóokay a rally ecológico en Playa del Carmen

Encallan 160 ballenas piloto de aleta fina en Australia; mueren unas 26 antes de su rescate

Científicos desconocen las causas del fenómeno

Ap

Encallan 160 ballenas piloto de aleta fina en Australia; mueren unas 26 antes de su rescate

Caso Azcorra: Verificarán parques donde funcionan tianguis para descartar peligro

Queda cancelada la colocación de comerciantes en el lugar donde falleció un joven

Astrid Sánchez

Caso Azcorra: Verificarán parques donde funcionan tianguis para descartar peligro