de

del

Miguel Cocom
Foto: nexofin.com
La Jornada Maya

Viernes 9 de noviembre, 2018

Si escarbamos en sus raíces etimológicas, encontramos que la palabra palíndromo se integra por los vocablos griegos, [i]palin[/i] y [i]dromos[/i], que juntos significan “correr a la inversa”. A su vez, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) lo define como aquella: “Palabra o frase cuyas letras están dispuestas de tal manera que resulta la misma leída de izquierda a derecha que de derecha a izquierda” y comparte algunos ejemplos básicos como “anilina” y “dábale arroz a la zorra el abad”.

De acuerdo al [i]Diccionario de Retórica y Poética[/i] de Helena Beristáin, el palíndromo es una “Figura retórica que constituye una variedad del anagrama y se produce en aquellos enunciados que pueden leerse en sentido inverso, conservando el mismo significado.” No obstante, la lingüista y académica mexicana fue un poco más allá que la RAE y añadió que “se trata de secuencias paralelas de fonemas que se suceden exactamente al revés de una u otra”, pudiendo haber o no coherencia semántica. Asimismo, en las páginas de este diccionario nos encontramos con algunos ejemplos más acabados como [i]Átale, demoníaco Caín, o me delata[/i] de Julio Cortázar y [i]Odio la luz azul al oído[/i] de Bonifaz Nuño.

Por su parte, Gilberto Prado Galán, máximo difusor actual del palíndromo en México y autor de algunos de los más sublimes como [i]Efímero lloré mi fe[/i], afirma que los textos que se muerden la cola son magia máxima, alquimia en estado puro. Y cabe destacar que algunos trucos del prestidigitador verbal que es el maestro Prado Galán están incluidos en los libros de la Secretaría de Educación Pública para 1º y 2º grado de primaria, lo que, estoy seguro, motivará a nuevas generaciones de escritores para que se atrevan a arrastrar el lápiz de ida y vuelta.

Por cierto, después de compartir uno de esos textos reversibles con mi hija Natalia, se refirió a ellos como “un asunto genial”. En efecto, estas oraciones que deshacen sin pudor el camino andado son geniales y están llenas de magia.

Así, comparto mi definición, en forma de palíndromo, de estos uróboros textuales.

Alba, himno,
enálage modula oración,
ademán era.

Sea flauta,
ser prosa leve,
-de ida nadie devela sorpresa-.

Tu Alfa es arena,
médano, Ícaro, alud.

Omega,
la neón,
mi habla.

Twitter: [b]@doncocom[/b]


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