Así no salgo a comer

Jhonny Brea
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

Lunes 24 de septiembre, 2018

No sé si es porque al fin la estrategia de tortura y verdura que me aplica La Xtabay está dando resultados o porque la aplicación del Plan Integral de Defensa de la Quincena me ha llevado a dejar de comprar botanitas y suprimir los antojos por golosinas. El caso es que mi abdomen de lavadora ya pasó de tina de 19 kilos a una de 15. Es decir, dos tallas menos en los pantalones.

“Lo estás haciendo muy bien, Jhonny”, me anima mi dulce tormento. Hasta parece que me está cuidando, cuando no hay ninguna necesidad. Creo que alguien del gimnasio ya le fue con el chisme de que algunas féminas se me han acercado como queriendo buscar plática y diciéndome que se me ve muy bien y que ya me quité algunos kilos. Hasta parecen empresarios alrededor de Mauricio Vila: nada más oyen que éste no va a ejercer recursos sino hasta 2019 y dan la media vuelta. Así me ocurre; en cuanto saben que mis ingresos están comprometidos, cesan los cumplidos.

Lo que sí, La Xtabay está dále y dále con que tengo que celebrar aunque sea mínimamente los avances. Tal vez tenga razón, pero el presupuesto también está mínimo, y ya es época en que el aire comienza a oler a pib, lo que significa que hay que prepararse para las escenografías y los concursos de altares en la escuela de los chamacos; no tanto por los ingredientes del altar, sino porque de seguro ya no les vienen ni el pantalón blanco o la guayabera, ni el hipil que se pusieron el año pasado. Y ya van dos jícaras que se me rompen en la batea. Ustedes saben, efectos de las labores propias de mi sexo.

El caso es que insiste en que salgamos, así que ya no es por festejarme sino por distraerse.

“Mira, del 24 al 30 de septiembre, nadie hace dieta. Ahí viene el Mérida Restaurant Week. Ya están anunciando los menús y seguro hay algo para que vayamos todos”, me planteó antier.

Claro, el problema es que hay niños melindrosos para comer, así que están descartados los restaurantes asiáticos. Ellos se lo pierden, tal vez sea la mejor oferta que hay.

Si en algún lugar se notan los efectos del gasolinazo es precisamente en este evento. El año pasado los menús estaban a 99 pesitos, y para éste ya le subieron a 119 devaluados, así que se requiere tener un Benito Juárez nuevo y poderoso para que los cuatro estemos seguros.

Pese a la inflación registrada, con la resignación que distingue a todo macho omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga sublimada, abdomen de lavadora y bebedor de cerveza light, opté por revisar los platillos en oferta, en compañía de La Xtabay, y comenzó la decepción.

Por principio, en la mitad de los menús está el fetuccini Alfredo o alguna variante de pasta como plato principal; ensalada César o hierbas como entrada, y una bola de helado Nestlé como postre. Aproximadamente en otro 20 por ciento lo que se ofrece son variaciones de ensalada con pollo. “Para eso mejor sigo la dieta en casa”, me atreví a adelantarle a mi carísima mitad.

–Mira, en éste hay caballero pobre como postre –me respondió.

–Y en esta casa también hay uno- le dije apuntando hacia mi redonda figura.

–También está este brasileño. Su platillo es feijoada –soltó por darme otra opción.

-La prepara mejor mi suegrita linda. Ella sí le pone todo lo que debe llevar, y le queda como Dios manda.

–¿Qué le pone?

–Su salpicón de rábano y naranja agria, tortillas, un buen trozo de chicostilla, chilito habanero…

–¡Jhonny, eso es frijol con puerco!

–¿Y qué crees que es la feijoada? ¡Frijol con puerco maak’!

La respuesta fue un silencio sepulcral, pero ni crean que me he salvado. Estoy seguro de que algo va a ocurrir en la semana que voy a terminar en alguno de los establecimientos participantes, comiendo fetuccini Alfredo.

[b]Macho omega que se respeta[/b]

Estoy organizando el novenario a Santa Heduvigis, princesa de Polonia, patrona de los adeudados, insolventes, desvalidos y pobres. La petición es llegar a fin de año completos, sin más aumentos a la gasolina y con salud, para no gastar en médico y medicinas. Se acepta a quienes quieran ser anfitriones del rezo por una noche. Yo voy a empezar a preparar dulce de papaya para el t’oox.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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