Ocaso de la temporada

Dalila Aldana Aranda*
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

Martes 14 de agosto, 2018

Para los yucatecos la temporada es parte de la cultura y de su modus vivendi durante los meses estivales. En casa propia o alquilada, los yucatecos vamos al puerto a disfrutar del mar con sus aguas casi transparentes, de un bello color verde esmeralda. Por las tardes disfrutamos de una temperatura agradable por la brisa que nos ofrece el mar y más tarde unos ocasos de fotografía, donde amigos y familiares nos sentamos a disfrutar de Kin observándolo silencioso en el horizonte, con sus bellos colores amarillo, naranja o rojo. Cada día la paleta de colores es única y las nubes van tornándose de rosas a violetas hasta que entra el azul obscuro del anochecer y empezamos a contemplar a nuestro satélite, la luna con venus. Así de bello es la temporada en las tierras del mayab. El puerto permite la unión familiar y estrecha amistades con los cuatro elementos básicos de la Tierra: viento, agua, tierra y fuego, este último con las fogatas que se organizan asando pescado, salchichas y sunchos.

Pero ¿cómo hemos ido colonizando la costa? En la época prehispánica, los asentamientos humanos fueron escasos y sólo estuvieron relacionados con la extracción de sal, pesca y comercio marítimo (zona arqueológica de X’kambó). En la colonia, asociados al auge henequenero y se mantuvieron tierra adentro, y es hasta los años setenta, con la política de apoyo a la pesca que la costa de Yucatán detonó su crecimiento poblacional, económico y turístico.

Esta colonización de la costa, con sus actividades humanas cotidianas y el turismo son las que impactan y amenazan a sus ecosistemas con pérdida de biodiversidad y de los servicios ambientales que nos brindan. Hablemos de la basura generada en los meses estivales en el puerto de Progreso, la eutrofización de sus aguas por aumento del aporte de nutrientes y materia orgánica de aguas negras y grises (aguas con jabón y detergentes) y el incremento de la demanda de agua dulce que escasea y provoca la penetración de la cuña salina.

La recolección de la basura en Progreso la realiza el sindicato único de recolectores y el Ayuntamiento, con un costo promedio de 10 pesos por bolsa de 10 kg. El basurero municipal de Progreso está ubicado al poniente del puente Paraíso de la carretera Mérida-Progreso, que desde 2015 está saturado y su manejo no ha sido resuelto. En Progreso se generan 50 toneladas de basura al día para una población de 40 mil habitantes, por lo que la producción de basura por habitante es de 1.2 kg al día (casi ocho veces menos que los ciudadanos de Mérida). Sin embargo, en la temporada el volumen de basura aumenta a más de 300 toneladas al día, traduciéndose en una producción de 7.5 a 9 kg de basura por habitante. Si consideramos una familia de cinco personas, cada día generan de 40 a 50 kg de basura, lo que implica un pago diario de 50 pesos por llevarse la basura, y de mil 500 mensuales. Con este sencillo dato podemos entender fácilmente que son los veraniegos de la temporada los que provocan un aumento de casi 250 por ciento el volumen de basura del puerto. La otra demanda de los vacacionistas es el agua, donde sistemáticamente se adquiere a través de pipas que venden el líquido vital.

Para seguir gozando de la temporada y que ésta sea durable se tienen dos ejes de acciones: las ciudadanas y las que son responsabilidad de autoridades municipales y estatales. A escala ciudadana, con el tema de la basura, uso de agua y productos de limpieza se pueden aplicar las siguientes recomendaciones: elegir productos a granel; dejar en Mérida todos los embalajes de lo que se lleva al puerto; en el puerto, separar la basura y reducir los residuos sólidos (doblarlos y aplastarlos), éstos tienen valor y les serán de útil a la gente que los recolecta para su subsistencia; reutilizar los residuos sólidos (bolsas plásticas, botellas pet, envases de vidrio, etc); consumir local, siempre acompañado de un sabucán.

Con estas recomendaciones se reduce significativamente el volumen de basura, el consumo de agua y se viajará ligero. Recordemos que los plásticos representan casi 85 por ciento de los desechos y que éstos terminarán en el mar. A las autoridades entrantes al municipio de Progreso les corresponderá la instalación e implementación de una planta de separación de residuos sólidos y sección de composteo en el área de disposición final de la basura. Ya es hora de no utilizar envases de poliestireno y plásticos en los alimentos y las bebidas que se venden en la vía pública y restaurantes, y más en los poblados de la costa. El desarrollo de embalajes innovadores-verdes es una oportunidad de economía circular.

Autoridades que entran y sociedad participativa debemos actuar para disminuir la basura y su mal manejo que están causando graves problemas al medio ambiente (contaminación de manglares, ciénaga, acuífero) y la salud de sus habitantes residentes o de temporada (riesgo de infecciones, acumulaciones de gases y lixiviados tóxicos). Tenemos derecho a seguir gozando de la temporada, de que ésta sea durable y no presenciar su ocaso. En la educación ambiental, y sobre todo en nuestra forma de consumo cotidiano, está la solución durable de nuestra bella costa esmeralda del Mayab.

*Investigadora Cinvestav IPN

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