2 de Octubre no se olvida

Lorenzo León Diez

El 18 de octubre de 1968 la Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó que había resuelto conceder su separación del Servicio Exterior al embajador de México en la India, Octavio Paz, quien solicitó “quedar en disponibilidad”, pues el funcionario dio “crédito a versiones inexactas, difundidas por ciertos órganos de difusión extranjeros de los sucesos de Tlatelolco”. (El Día. 18 de octubre 1968).

Días después, el poeta declaró al diario Le Monde, desde Nueva Delhi: “Para que la democracia exista en México, es menester reformas que exigen la desaparición del PRI”.

Andrés Manuel López Obrador tenía en ese momento 14 años de edad. La versión oficial de lo que sucedió en la Plaza de las Tres Culturas, aceptó, desde ese momento –como lo declaró Díaz Ordaz unos diez años después, cuando fue nombrado fallido embajador de México en España– que los muertos no habían pasado de 40; sin embargo, el general Lázaro Cárdenas transmitió a su hijo Cuauhtémoc la triste y escandalosa realidad: 250 muertos, mil 500 heridos y tres mil detenidos. (Cárdenas por Cárdenas, Debate, 2017).

Desde entonces han pasado 52 años. El “2 de Octubre no se olvida”, tiene su constancia en las palabras del próximo Presidente de México: “Desaparecerá el Estado Mayor Presidencial”. (Simultáneamente –como lo vemos– a la práctica desaparición del PRI).

Aún no se entiende por los analistas que la intención de desaparecer este cuerpo de larga historia ciertamente se debe a un pago pendiente e histórico que se le cobra por la memoria histórica (2 de octubre no se olvida) a este cuerpo militar que fue el brazo ejecutor de la matanza.

La presidencia de Obrador debe entenderse como la más alta posibilidad de simbolización de una revolución de las conciencias. El Estado Mayor Presidencial tendrá toda la utilidad que se describe en la nota de La Jornada (Jueves 5 de julio 2018) y, en efecto, tiene el prestigio de haberse opuesto al golpe de Estado que ejecutó el jefe de la guarnición militar de la ciudad de México Victoriano Huerta en 1913, pero no podemos olvidar que fue el espacio que ejecutó las órdenes de los dos personajes más emblemáticos del México autoritario: Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, que pusieron al margen de la ley las acciones de esta corporación que se prestó a un acto terrorista contra el pueblo, como lo fue también el 10 de junio de 1971, el sangriento Jueves de Corpus.

Sin duda, ahora la seguridad del Presidente Electo y su familia es el acto prioritario, y deben encontrar los consejeros una solución rápida para cuando menos armar un cuerpo de prevención y protección del próximo primer mandatario… pero el hecho de que desaparezca este cuerpo militar cumple una deuda pendiente y es un acto que viene de la voz adolorida y que no dejará de arder: 2 de octubre no se olvida.

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