Joana Maldonado
Foto: SQCS
La Jornada Maya
Viernes 22 de junio, 2018
Más allá de los resultados que emanen de la elección del próximo 1 de julio, la participación de las mujeres en el proceso electoral ha sido de lo más destacable que los electores hemos podido ver y para muestra, basta con rememorar los últimos debates organizados por el Instituto Electoral de Quintana Roo –Ieqroo-, los cuales pese a su formato acartonado y ordinario, lograron discusiones entretenidas y bien logradas, así como la exposición aunque breve pero clara de las propuestas.
María Hadad Castillo, la candidata priísta a la presidencia municipal en Othón P. Blanco, aunque un poco fuera de lugar sus ofensivas, fue el factor más controversial en el debate entre los candidatos en Othón P. Blanco, mientras que el aspirante varón de Morena, Hernán Pastrana, prefirió no asistir a debatir, por estrategia o falta de propuestas, mostrando una falta de respeto al electorado. Sin embargo, a la priísta le faltan muchos años para poder hablar íntegramente de corrupción y otros temas dentro de este instituto político, si quiere sonar congruente.
La carrera limpia en el servicio público, su ideología y expresiones, además de sus propuestas viables hacen de María Hadad una extraordinaria candidata; aún así, la contienda está cerrada entre dos de sus oponentes y la dejan fuera de la posibilidad de la victoria, quizá por su pertenencia al PRI.
En el caso del debate de Solidaridad, Cristina Torres, la edil con licencia que aspira a reelegirse abanderando la alianza del PAN-PRD y Movimiento Ciudadano, fue menos injusta en su afrenta con Laura Esther Beristain Navarrete, la candidata de Morena, quienes se tundieron en la discusión, pero con fundamento y sin acusaciones viscerales. Fueron sin duda, la sal y la pimienta de este ejercicio democrático organizado por un gris organismo electoral; además, dejaron claro que la contienda es entre ellas dos.
La victoria es casi segura para una de las dos contendientes en Solidaridad.
Niurka Sáliva y Mara Lezama, las dos candidatas a la presidencia municipal de Benito Juárez por el Partido Encuentro Social (PES) y Morena, respectivamente, fueron también el mejor componente del debate entre los candidatos a gobernar Benito Juárez; no sólo se atacaron, al menos Sáliva Benitez fundamentó su defensa, se les notó estudiadas y sabedoras de su discurso y propuestas, al igual que al independiente Issac Janix, pero...
En estos ejercicios tampoco se puede negar que hubo algunos excesos, expresiones de odio y descalificaciones que no necesitamos como ciudadanos ni como sociedad y que son prescindibles para determinar nuestro voto, menos aún en los contextos en los que vivimos de violencia e inseguridad.
Quiero referir al discurso xenófobo que emuló la candidata de Morena, María Elena Lezama, en contra de la abanderada del Partido Encuentro Social (PES), Niurka Sáliva Benitez, naturalizada mexicana y nacida en Cuba. Sobre todo ubicándose en un contexto en donde miles de mexicanos son violentados en otros países buscando mejores condiciones de vida. Basta dar una leída a los comentarios en redes sociales que emanan a partir del discurso de Lezama contra Niurka Sáliva. Todos de odio en contra de los extranjeros. ¿Necesita Cancún esto?
Lo que dijo Mara Lezama quien visiblemente perdió el control ante los ataques de la esposa de Gregorio Sánchez, es que Niurka Sáliva, por naturalizarse mexicana “niega su patria y el suelo donde nació” y que “nosotros los mexicanos defendemos nuestro país a capa y espada”, lo que significa que descalifica –quiero pensar inconscientemente- a los mexicanos que buscan nacionalizarse en otros países en la búsqueda de una mejor vida y los tacha de traicioneros.
Pero la omisión más grande de la candidata de Morena es haber olvidado la enorme concentración de extranjeros que decidieron vivir en Quintana Roo, sobre todo en Cancún se concentra un alto número de migrantes, más de 5 mil son nacionalizados y 2 mil 290 tienen doble nacionalidad, y que según el INE, éstos podrán votar el próximo domingo 1 de julio; es decir, en caso de que gane, lo que es muy seguro, María Elena Lezama tiene obligación de gobernar para todos ellos a los que llama traicioneros por servir en otro país.
La política es un territorio difícil, muy complicado, pero un buen político tiene como obligación ser ejemplar en acción y discurso, ser congruente y, como dice el compañero Colinas, engrosar su piel, porque seguramente al llegar al gobierno, será aún más cuestionada. Hubiéramos querido que fuera un buen debate lleno de propuestas y menos ataques; no fue así, como no lo han sido a nivel nacional tampoco.
Es cierto que las reglas electorales han vuelto obligatoria la participación de las mujeres y es verdad que los partidos deben trabajar más en la formación de nuevos cuadros para no seguir postulando a las mismas personas cada proceso, pero también es cierto que quienes fueron elegidas han hecho un buen trabajo y han sabido poner el sazón al proceso, con sus contadas y muy lamentables excepciones.
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