Antonio Bargas Cicero
Foto: Leones de Yucatán
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Miércoles 20 de junio, 2018
Mis respetos para los hermanos Arellano Hernández.
En cinco años los empresarios mazatlecos convirtieron a los Leones de un equipo con escaso talento, muy poco material en sucursales y en los últimos lugares de la Liga en campeones del Sur, y más allá son una de las organizaciones más reconocidas y respetadas de la LMB, con varios jóvenes desarrollándose en clubes de Grandes Ligas. Limpiaron y reconstruyeron una casa abandonada, como dijo Juan José, y lo hicieron con dedicación y profesionalismo. Hubo una inversión muy importante, e inteligencia y astucia para rodearse de mucha gente de beisbol, un de las claves de este ansiado campeonato.
Una de las decisiones acertadas fue contratar a Willie Romero como mánager; el venezolano hizo que la garra, unión y ambiente familiar volvieran a la cueva. El hoy couch en sucursales de San Francisco, con el director deportivo Juan Carlos Canizales, respaldado en scouts y buscadores de talento del más alto nivel, construyeron un conjunto que empezó a dominar la Zona Sur. El scout Sergio Hernández tuvo que ver en la llegada de Yoanner Negrín y Jesús Valdez No es casual esta era de hegemonía en el Sur; los Leones se han apoyado en gente que sabe para encontrar el talento adecuado y prepararse para el rival. Dos ejemplos son Héctor Castañeda y Raúl Ortega, siempre sentados detrás de home.
[i]EL Chapo[/i] de Vizcarra y David Cárdenas Cortés vinieron a terminar la obra. Desde que observé a este equipo en pretemporada había algo diferente y especial. Los jugadores divirtiéndose, vacilando, con mucha química, y siempre mostrando compromiso con la camiseta. El Chile en el campo, conviviendo y fomentando la armonía. Vizcarra logró que Mexicali dejara de ser el “ya merito” y se coronó con róster que por años armó Cárdenas.
Cuatro lideratos DE la Zona Sur. Dos súper lideratos. Dos Juegos de Estrellas en cuatro años. Una Serie del Rey. ¿Quién lo iba a imaginar en 2013? La mejor afición de México se merece todo eso. El triunfo es de todos, del público, que nunca deja de apoyar, de los peloteros, que se entregaron, y una directiva que armó una familia competitiva como en la gran época de 2006-07.
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