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Ana Ramírez
30/12/2024 | Cancún, Quintana Roo
La tarea de restaurar los arrecifes no ha sido fácil, pero se trabajan diferentes estrategias a nivel mundial y en la Riviera Maya se tienen avances importantes con un pequeño laboratorio desde el que expertos buscan salvar estos importantes ecosistemas. El programa de restauración de arrecifes del grupo hotelero Iberostar inició en el 2019 con dos viveros o guarderías de coral, una en el hotel de Playa Paraíso, en Riviera Maya, y otra en la isla de Cozumel; en el 2023 se integró uno más en Paraíso.
Inicialmente la meta fue empezar a trabajar en adaptarse al cambio climático y la primera fase del proyecto de restauración empezó con experimentos de termotolerancia, para lo cual iban al arrecife en busca de colonias sanas y con una rampa de calor se los llevaba hasta la temperatura que es generalmente donde se muestra blanqueamiento y evaluaban la eficiencia fotosintética.
“Aquí pueden ver algunos de los corales con los que trabajamos, nosotros trabajamos con corales duros. Hay dos tipos de coral: blando, que son los tienen estos movimientos así como más a merced de las olas, y los duros, que son los que efectivamente presentan resistencia y nos brindan protección costera. Entonces empezamos con estos experimentos y de ahí vamos escogiendo estas colonias que tenían mejor performance y las traíamos al laboratorio”, compartió Ariadna León, bióloga responsable del programa de restauración de arrecifes para México en Iberostar.
Por ahora, confirmó, no son un acuario ni tampoco un biobanco, quieren llegar a eso, pero están en el proceso y la idea siempre es restaurar, considerando que son especies amenazadas. Desafortunadamente, relató la bióloga, en el 2023 se vivió el blanqueamiento masivo, pero esto dio espacio -a pesar de la mortalidad de los trasplantes- para mapear todas las colonias que habían evitado la enfermedad, por lo que se desarrolló un protocolo de blanqueamiento propio.
“Empezamos a trabajar con esas colonias, seguimos en este proceso de microfragmentar, ahora hemos empezado a incorporar diferentes herramientas que se diseñaron en República Dominicana, con estructuras para que los corales crezcan y reproducirlos más rápidamente (pueden crecer dos a tres centímetros en un año)”, apuntó.
Foto: Ana Ramírez
Lo importante ahora, estimó Ariadna León, es seguir enfrentando la enfermedad, tratar de salvar las colonias que han sobrevivido, como en Banco Chinchorro, donde justo ahora llegó allí la enfermedad, por lo que esperan usar los protocolos creados para salvarlas, porque la pérdida de la especie implica la pérdida de funciones ecosistémicas, al estar todos asociados, ejemplo de ello es que las langostas son depredadoras de los caracoles, pero al pescarlas todas no hay quien consuma este depredador del coral.
Edición: Ana Ordaz